La fotografía se sale de la cámara

La fotografía no entra en los museos y los coleccionistas particulares se acercan con más curiosidad ante una oferta que asoma por numerosas galerías dé Arco. En un recorrido por los pabellones 5 y 7 del parque ferial Juan Carlos I, de Madrid, los escasos maestros del blanco y negro, como Cartier-Brésson o Giséle Freund, se ocultan ante la avalancha de imágenes utilizadas por artistas como nuevo soporte. La cámara es otro pincel que se puede proyectar sobre tubos de plástico, superficies en blanco, motivos gráficos, arte electrónico o perderse en las numerosas propuestas de la técnica mixta.

El norteamericano Laurence Miller, de Nueva York, vuelve a Arco con su amplio fondo de nombres consagrados y jóvenes para descubrir hasta dónde llega el interés por la fotografía. En los tres primeros días de la feria, dice que ha vendido cinco obras a coleccionistas privados, un avance sobre la edición anterior. "Los museos ya empiezan a preguntar".La galería Miller, con material de Thorne-Thomsen, Jude, Callis, Levinthal, Ming y Metzker, refleja su interés por los autores de los años 40 y 50 y los asiáticos, que conoció en los buenos momentos de las ventas a museos japoneses. "Me gustan los artistas con sentido de la historia, pero me interesan también las nuevas tendencias". Frente al coleccionismo de Estados Unidos, señala la debilidad del europeo y su intención de incorporar algunos autores. Entre los españoles, cita a Daniel Canogar.

Miller está en la zona de las galerías del programa Cutting Edge y sobre el mismo filo de la navaja se encuentran Elgawimimer, de Nueva York, con Doimercq, Zulueta y Clarke, y Galerie des Archives, de París, con Paradeis, Cohen y una instalación de Pep Agut.

Los 16 retratos de Cartier-Bresson, en Babelia (pabellón 7), señalan el clasicismo y la innovación, en uno de los escasos blanco y negro, con los siete testimonios de Gisèle Freund frente a Frida Khalo, en los primeros cincuenta. Los fotomontajes y las instalaciones son habituales, como Paloma Navares y Marisa González (Aele-Evelyn Botella), Alejandro Garmendia (Antonio Machón), Paco Lara (Fernando Serrano), Verbis (Emilio Navarro), Moura (Quadrado Azul). Otros rescatan la obra fugaz, como Francesc Torres (Elba Benítez), o pintan con acuarela el blanco y negro, como Ouka Lele (Masha Prieto).

En las galerías abundan los trabajos artísticos con el propio material fotográfico, como Thomas Ruff (Johrien Schottle), Darío Villalba (Luis Adelantado); Barclay, Jaar y Baldeón (Oliva Arauna); Lominchar (Postpos), Ciuco Gutiérrez (Ángel Romero). A partir de fotografías se puede manipular y después ampliar, como Susy Gómez en las ya vendidas cinco piezas (Luis Adelantado) o formar parte del proceso de esculturas, como José Noguero, en la misma galería.

Más variantes registra la incorporación de imágenes para lograr otras superficies, como Sieverding (Bárbara Gross), Maribel Doménech (Punto), Hohenbachler (Bárbara Weiss), Antoni Socias (Ángel Romero), Ugalde (Buades). Ya tienen tratamiento de clásicos Madoz y García-Alix (Moriarty), Iturbide, Vallhonrat y Cualladó (Visor), Rivas y Saiz (Antonio de Barnola), Tony Catany (Trama), Sophie Calle (Luis Adelantado), Andrés Serrano (Elga Wimmer).

Yvonamor Palix, de París, lleva cuatro arcos con el espacio más inquietante; Ha logrado vender "pequeñas piezas", por primera vez, a particulares. La galerista mexicana está interesada por las nuevas tecnologías y la evolución de la imagen. Los nuevos soportes y la manipulación de la luz se muestran a través de Paloma Navares y Daniel Canogar. "Hay una manera de preservar las instalaciones y es pasarlas a las fotografías, como ocurre con las obras de Jorge Orta y sus proyecciones sobre edificios o paisajes o las de Sandy Skoglund, con obras hechas con carne picada o con pasas", declara Yvonamor Palix. La galería se comunica con la de Spectrum, de Zaragoza, para continuar las singulares visiones de Genovés, Navarro, Oriola, Corchero, Cortils y Ceballos.

La presente edición de Arco también quedará registrada en los Recorridos Fotográficos por Ian Wiblin, David Moore, Alberto García Alix y Manuel Sonseca, seleccionados por Myriam de Liniers. Sus documentos gráficos pasarán a la colección de Arco, junto a otros 33 autores.