La electroacústica viva del grupo de Metz

La presencia en Alicante del Centro Europeo para la Investigación Musical y su conjunto L'ltineraire, dirigido por Mark Foster (Melbourne, Australia, 1957), ha sido capítulo de excepcional interés. No en vano Metz constituye hoy uno de los puntos neurálgicos en el dominio de la creación contemporánea. Estudio electroacústico, festival de noviembre, actividades de temporada y, además, la existencia de una ópera inteligentemente orientada, hacen de la ciudad francesa un punto de encuentro y difusión de las tendencias actuales.En medio de tan afanosos empeños hay que situar la personalidad emprendedora del compositor y promotor Claude Lefebvre (Calais, Francia, 1931), del que escuchamos un trabajo bien pensado y realizado: Lorraine, en el que la trompa (excelente André Cazalet) se articula con la electroacústica en sus más variados recursos.

Appels, de Michael Levinas (París, 1949), Momentos musicales, del ecuatoriano Mesías Maiguashka (Quito, 1938), Traits, de Michelle Decoust (París, 1936), Dèsodre dèrisoire, del rumano Cospin Miereanu (Bucarest, 1943) y Chakra, de José Manuel López (Madrid, 1956), obra premiada el año pasado en el concurso de composición de Alcoy, nos dieron medida de la riqueza de ideas y procedimientos, de planteamientos y direcciones de una creativa general a la que no sería difícil encontrar comunes rasgos, problemas y puntos de partida.

Sin embargo, entre el chispazo luminoso de la obra de Levinas, la sutilísima poética de Miereanu, la sólida estructuración de Lefebvre, el irresistible atractivo colorista de Maiguashka o el preciso y austero que hacer de López, hay la suficiente diversidad de expresión por la que el universo sonoro, instrumental y electroacústico, nos llega en todas sus posibilidades incorporado al pensamiento musical contemporáneo con una admirable efectividad. Los dos programas del grupo de Metz obtuvieron por parte del público una acogida entusiasta y bien matizada en la administración de los aplausos.

Derivaciones

Gracias al denodado trabajo del dúo violinístico Polina Kotliarskaia-Francisco Comesaña, se incorporaron a los ciclos alicantinos los nombres de Vich Santasusana (Barcelona, 1911) y Miguel Ángel Samperio (Santander, 1936), ambos con obras ligadas al estilo variativo, entendido en un caso como derivaciones y en otro a modo de comentarios irónicos. Gran sorpresa fue para muchos la fulgurante aparición de Juan Carlos Martínez Fontana (Madrid, 1962), un discípulo de Francisco Guerrero que en su Cejel IV encuentra formas de invención y tratamiento instrumental precisas y fuertemente imaginativas en el devenir de ideas y acontecimientos sonoros.Páginas del argentino-español Alejandro Cirilotti (La Plata, 1959), en una partitura ambiciosa, Mensaje al vacío; de María Escribano (Madrid, 1954) en Jondo: del alicantino Jesús Mula, en una suerte de homenaje a su tierra, y de Manuel Seco de Arte (Madrid, 1958), quien en su Concierto de la senda número 4 prosigue la relectura de músicas pretéritas, fueron claramente expuestas por el Sax-Ensamble de saxofones, piano y percusiones que dirige Francisco Martínez.

Otro grupo, el quinteto de viento de Stuttgart, se encargó de repasar el quinteto de González Acilu, estrenado en 1987, y la obra colectiva del iruñaco Taldea, El rapto de Europa, original de los navarros Teresa Catalán, Jaime Berrade, Patxi Larrañaga, Luis Pastor y Vicente Egea.

Los diferentes estrenos se suceden en una verdadera muestramusical, que ni más ni menos esto es lo que viene a ser el Festival de Música Contemporánea de Alicante.