Lleno en Barcelona para oír poemas de Octavio Paz

El poeta y ensayista mexicano Octavio Paz dio ayer un recital de su poesía en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona. El local registró un lleno absoluto y paralizó durante toda la mañana el ritmo académico de las facultades situadas en el viejo edificio de la plaza Universidad, especialmente la Facultad de Filología. Presidió el acto el decano de la citada facultad, Gabriel Olivé, que pronunció unas breves palabras de bienvenida al poeta.Los primeros versos leídos pertenecen a varios de su libros ya publicados, mientras que los que cerraron el acto eran ocho poemas todavía inéditos. Al final de cada lectura, al igual que en el momento de su entrada en el Paraninfo, los casi mil estudiantes y profesores que abarrotaban el local prorrumpieron en aplausos.

Especial acogida tuvo la lectura de Viento entero, que el poeta explicó como un "ensayo de simultaneísmo, en el que cada estrofa describe un paisaje distinto, que acaba convergiendo en una misma emoción". Durante la lectura del fragmento que dice "este país es una mano abierta, sus líneas signos de un alfabeto roto" el silencio fue más grave aún, si cabe, que durante el resto de la lectura, seguida con atención por los asistentes.

Casi a continuación vinieron los poemas inéditos. Fue el primero un homenaje al astrónomo Ptolomeo, presunto autor de un himno a las estrellas, vistas como entes de inteligencia eterna y prueba de la perfección del universo y de la inmortalidad -del alma. Conversar, inspirado en un verso portugués -"conversar es vivir"- dedicado a Jorge Guillén, fue el segundo, al que siguieron Viento, agua, piedra, y Epitafio, recuerdo de un pequeño pueblo mexicano, en el que Octavio Paz pasó algunos años de su infancia.

Los versos quinto y séptimo estuvieron dedicados a dos pintores catalanes, Tápies y Miró, respectivamente. El primero de ellos, titulado Diez líneas para Tápies, es un homenaje al pintor y, más concretamente, a su obra mural, frecuentemente evocada en las palabras de Paz. El dedicado a Miró, titulado A la pintura de Miró, es también un homenaje al artista, que guarda una estrecha relación con algunos de los poemas de Alberti recogidos en el libro Los ocho nombres de Picasso, ya que, con reiterada frecuencia, se alude a "las siete manos de Miró". Entre ambos poemas, Paz leyó el titulado Ejercicio preparatorio.

El recital se cerró con la lectura del poema titulado A la poesía, dedicado al lingüista Roman Jakobson. En la presidencia del acto, organizado por el Departamento de Literatura Española y la Editorial Seix y Barral, estaban, entre otros, el decano de la Facultad de Filología, el poeta Pere Gimferrer y el catedrático José Manuel Blecua. Al acabar, los asistentes, puestos en pie, ovacionaron largamente al poeta.