La huelga de ayer
Comprendemos perfectamente el dramático síndrome del paro que afecta a tantas y tantas familias de honrados trabajadores. No existen soluciones taumatúrgitas ni panaceas milagrosas que resuelvan el problema de la noche a la mañana. Tampoco las instítuciones autonómicas son responsables de ese deterioro laboral, que es herencia de otros tiempos y otros contextos, ni tienen en sus manos capacidades ejecutivas para facilitar puestos de trabajo a quienes se han quedado en la intemperie. Qué más quisiera el Gobierno vasco, convertido por algunos en chivo expiatorio de todos los males que afectan a este país, que restarle traumas a un pueblo que los tiene en abundancia por tantas y tantas irresponsabilidades acumuladas desde los más opuestos visceralismos. Quién sabe si detrás de unas y otras manipulaciones colectivas no se está operando desde la sombra de intereses bastardos para que Euskadi no levante la cabeza de su propia identidad y de sus legítimas libertades.Eltecho cierto, al margen de cualquier teoría numérica partidista, es que la huelga de ayer no aportó nada positivo a la reivindicación del mundo laboral de Euskadi. ( ... )
24 de noviembre
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