El Gobierno americano estudia ayudas financieras a Chrysler

Chrysler Motor Company recibirá ayuda del Gobierno federal americano para superar su difícil situación financiera. La compañía ha pedido reducción de impuestos, avales oficiales para conseguir créditos, limitaciones en la aplicación de las nuevas normas sobre contaminación y ayuda directa federal. Ayer anunció un portavoz de la compañía que las pérdidas en el segundo trimestre del año superan los doscientos millones de dólares (unos 13.000 millones de pesetas). Estas pérdidas son similares a las registradas a lo largo de todo el año 1978 y sitúan la perspectiva del presente ejercicio en un proceso de deterioro financiero grave.En 1978, Chrysler realizó el traspaso de todos sus activos europeos a Peugeot-Citroën, en lo que ha sido una de las operaciones financieras más importantes de los últimos tiempos. Esa venta proporcionó liquidez y salud financiera temporal a la sociedad americana, pero parece que no va a bastar para permitirla mantener su posición.

Representantes del Tesoro americano informaron ayer al Gobierno Carter acerca de los efectos que sobre la economía americana puede tener la crisis de Chrysler. Esta sociedad es la décima del país por su cifra de negocios (más de 15.000 millones de dólares) y la tercera del sector del automóvil. Las autoridades federales americanas han analizado a lo largo de los últimos meses los estados financieros de Chrysler y sus posibilidades de futuro, como paso previo al montaje de una operación de ayuda oficial.

Recientemente se apuntó la posibilidad de un acuerdo de la compañía americana con la alemana Volswagen, que supondría la toma de un paquete importante de Chrysler por parte de los alemanes. La noticia fue desmentida, y aunque la operación no se considera descartada, no parece que pueda producirse a corto plazo. Volswagen tiene gran interés en penetrar como constructor en el mercado americano, donde ya tiene alguna factoría, y la utilización de la base de Chrysler podría suponer su consolidación definitiva en USA, que sigue siendo el primer mercado de automóviles del mundo.