Alcaraz cae sonriendo, sin dramas: “Perder siempre es jodido, pero no estoy de bajón”
El español asegura que los segundos saques decidieron el duelo y admite que Sinner le desbordó desde el fondo, a la vez que reivindica su “temporadón”


Genuino para ganar, Carlos Alcaraz también lo es para perder. Nada de caras largas, pesadumbre ni tonos agrios: simple y pura aceptación. Que los nuevos jóvenes afrontan la vida de otra manera es evidente y el murciano, como lo hacen Lamine Yamal y otros talentos emergentes, ofrece un enfoque diferente y le da la vuelta. Le duele, obvio, pero ahí queda el trimestre, dice, esa secuencia de 24 triunfos consecutivos y los 20 que ha terminado contabilizando sobre la alfombra del All England Club, donde se coronó los dos años previos y tropieza esta vez con la fantástica insurgencia de Jannik Sinner. Él no esperaba menos.
“No me sorprende, porque sé que es un gran jugador, un gran campeón. Y los campeones aprenden de las derrotas. Sabía que iba a aprender de lo de París, que no iba a cometer los mismos errores que allí. Y en líneas generales, creo que ha jugado a un nivel muy alto”, expone el de El Palmar, que incide en dos apartados técnicos para razonar la derrota: “La clave han sido los segundos saques, me ha restado muy bien; gracias a eso, a la siguiente bola él ya estaba en posición de ataque y yo tenía que defenderme todo el rato”. “También le he regalado muchos puntos cuando él hacía el segundo saque. Debería haber restado mejor. Ha ganado con demasiada facilidad sus saques”.
A Alcaraz le penaliza el discreto porcentaje del servicio con primeros (53%) y a Sinner le aúpan sus cifras; ninguna, en cualquier caso, más expresiva que la referida a su determinación a la hora de ir a la red, con 30 aciertos en 40 subidas; 17 más que el rival, un competidor que habitualmente muerde primero. No esta vez. No ante un pegador así. Majestuoso recital del vencedor desde la línea de fondo. Desde el balcón, un muestrario de disparos —40 ganadores, dos por encima— y continuos cambios de dirección que han derivado el pulso exactamente hacia donde le interesaba. Con la idea de contragolpear, lo ha hecho por medio de una apuesta de riesgo.

“Es brutal”, subraya. “Ha habido momentos en los que no sabía qué hacer, estaba bloqueado mentalmente porque enfrente había alguien que no ofrecía huecos. Me ha llevado al límite en cada punto. Sentía que desde el fondo de la pista no le hacía daño”, admite Alcaraz, quien pese a todo, se marcha con un buen sabor de boca. Lo dicho, la nueva juventud y otra óptica. “Estoy muy orgulloso de la gira, ha sido superpositiva. Hemos aprendido a aceptar las cosas tal y como vienen. No es que esté mal, sino contento de todo lo que he hecho”. “Así se forja un gran campeón; no cuando se gana, sino cuando se pierde. Ahí es donde más se puede aprender y mejorar. Hay que aceptar el perder”.
Bueno para el tenis
El número dos del mundo dice tener “muy claro” en qué ha fallado y que apuntará esas “cosas a mejorar”. Superado ya el primer tercio de la temporada, se tomará unos días libres para oxigenarse en Murcia y posteriormente empezará a preparar la gira norteamericana en Canadá (del 28 de julio al 10 de agosto) y Estados Unidos (Cincinnati y US Open). Lo hará con buen ánimo. Es el que más triunfos (48) y trofeos (5) suma, y lidera la carrera anual, con el billete para la Copa de Maestros de Turín (en noviembre) garantizado: “Es un temporadón. Viendo cómo empezó el año, lo hubiera firmado”. Ganó en Róterdam, Montecarlo, Roma, Roland Garros y Queen’s.

“No es que esté de bajón, ni mucho menos. Nada más salir de la pista ya estaba sonriendo. En la vida hay que coger las cosas positivas y ser agradecido por todo lo que estas viviendo. He perdido contra un campeón, ya hemos visto su nivel, los tiros y la movilidad que tiene”, señala; “hay muchas cosas que mejorar, pero teníamos claro que cuando ha llegado el cuarto set tenía que disfrutar; entonces he empezado a sonreír, y ahí es cuando he tenido más oportunidades de romperle el saque [dos, una menos que en el primero]. Hay que hacer las cosas de la forma que uno piensa que son correctas”.
La cartilla de rendimiento revela que, efectivamente, su productividad con los segundos servicios (51%) ha sido baja; del mismo modo, que a su considerable cifra de aces (15) le han penalizado siete dobles faltas. Si en París se pudo reenganchar y terminar volteando el escenario del partido, en esta ocasión Sinner, por encima de origen a destino, a resuelto a su favor. “Antes eran Rafa, Roger y Novak. Ahora es el momento de que nosotros implantemos nuestro tenis, de que lleguemos a las rondas finales. Estoy muy contento de estar en esta posición y de hacerlo con Jannik. Es una rivalidad muy bonita para el tenis y ojalá podamos seguir creando nuestra propia historia”, cierra.
ZARPAZO EN EL ‘RANKING’
La derrota en la final inglesa supone un paso atrás para Alcaraz en el intento por arrebatarle a Sinner el trono del circuito. El italiano domina desde junio del curso pasado y, después de 58 semanas en lo más alto, iguala el registro establecido por el estadounidense Jim Courier. Ambos son duodécimos en el escalafón histórico.
Mientras, Alcaraz recibe un buen bocado en el casillero, puesto que defendía el éxito de hace un año, y eso supone que el de San Cándido amplíe su renta. El murciano llegó a la capital inglesa a 1.130 puntos y se va a 3.430. La última vez que ocupó la cima fue el 10 de septiembre de 2023, con un total de 36 semanas —por detrás de Ilie Nastase, 40—.
De cara a lo que se avecina, Sinner defenderá una cantidad sustanciosa de puntos. En concreto, 3.200 por el rendimiento pasado en Canadá (200), Cincinnati (1.000) y el US Open (2.000). En la carrera anual, sin embargo, Alcaraz manda con una diferencia de 1.540 puntos respecto al italiano. Cabe recordar que la race calcula la puntuación en el presente ejercicio y el ranking las 52 últimas semanas.
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