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Marc Márquez completa el fin de semana perfecto en el GP de Aragón

El líder gana en Motorland y amplía su ventaja al frente del campeonato tras dominar con holgura todas las sesiones, un hito inédito en la última década

Marc Márquez durante la carrera del Gran Premio de Aragón.
Guille Álvarez

Ni las migajas dejó Marc Márquez en su jardín de Motorland, en otro golpe encima de la mesa que pone orden en el Mundial. El resto de la parrilla sabía que el pleno estaba en las manos del líder del certamen, y nadie erró en los pronósticos. Impecable a lo largo de un fin de semana perfecto, primero en las siete sesiones sobre el asfalto, el 93 remachó la faena con una victoria de cabo a rabo en el GP de Aragón este domingo. El piloto español de Ducati, ocho veces ganador en Márquezland en 14 participaciones, supo controlar su superioridad y evitar los excesos de confianza que ya le llevaron a caerse del liderato en Austin y Jerez. En el podio le acompañaron su hermano Álex y su compañero de garaje Pecco Bagnaia.

Este nivel de perfección de Márquez no se le veía en ningún piloto desde hacía más una década, cuando fue él mismo, quién si no, el que completó otro fin de semana redondo en el GP de Alemania de 2015, precisamente su jardín más prolífico. Marc pasó la apisonadora sin pasarse de la raya tras una buena salida que le mantuvo en cabeza tras su pole de récord y posterior triunfo al sprint el sábado. “Aquí iría rápido hasta en bicicleta”, avisaba Álex a los ingenieros de Ducati y Gresini cuando fueron a comparar datos con el hermano. No hace demasiado, Bagnaia ya había dicho que su compañero sería capaz de hacer competir hasta un tractor. Tal es la superioridad del ocho veces campeón del mundo que emerge de Alcañiz con 32 puntos de margen sobre el pequeño de la familia y 93 sobre su vecino de rojo.

“Ha sido un fin de semana increíble. Liderando todas las sesiones, con concentración plena y el foco puesto en mí. Hasta la gente se preguntaba qué me pasaba, pero era solo la tensión necesaria para mantener la cabeza en su sitio. Esta victoria era obligatoria en nuestro garaje, una victoria que me autoexigía y lo que toca en los circuitos favorables si queremos llevarnos el título”, comentó el vencedor. Después de celebrar a lo grande con el graderío, bailando y abrazándose con su hermano, la fiesta continuó en los garajes. Este no deja de ser el cuarto doblete familiar en un gran premio de MotoGP, todavía más especial al estar tan cerca de Cervera, la población natal de ambos.

Los sábados hasta han normalizado el resultado con ocho de ocho este curso. “Aunque parece normal, sigue siendo algo histórico y lo disfrutamos como se merece, más aquí con toda la familia y los amigos presentes, estando al lado de casa”, sonreía. De nuevo los padres, Julià y Roser, fueron de los principales animadores de la gresca cuando el prosecco burbujeó por el pad.

En una carrera aparte muy animada, los otros dos integrantes del podio se dieron por satisfechos. Estaba Marc en otra galaxia y luego el resto. Álex fue el mejor de los mortales una vez más, la cuarta vez esta campaña, y es el único piloto que se mantiene a tiro en la tabla (se reparten 37 puntos por fin de semana). “Estoy satisfecho, la segunda plaza era el máximo posible en este circuito. Es lo que tiene coincidir aquí con un tipo como Marc”, esgrimía.

También sonreía Bagnaia, que tras un sábado horrendo y venir de sumar cuatro puntos en los dos últimos grandes premios, encontró algo en su Desmosedici para plantar cara con ciertas garantías al segundo del campeonato. Aunque está lejos de donde se imaginaba todavía, marchó de Motorland con una sonrisa. “Esto es más que un buen resultado. De aquí salimos habiendo dado un paso al frente importante y con la confianza recuperada. Es un alivio, lo necesitaba”, reconocía el hombre llamado a luchar por el título a principios de año.

Más allá de la ristra de vueltas rápidas de Márquez escapado en cabeza, por detrás se pudo disfrutar de bonitas batallas de Bagnaia con las KTM de Pedro Acosta y Brad Binder, cuarto el murciano en su mejor resultado del año y caído finalmente el sudafricano. Franco Morbidelli y Fermín Aldeguer se besaron más de una vez en la lucha por la quinta plaza, finalmente para el italiano. El campeón de 2020 Joan Mir, séptimo en meta, se lo pasó en grande en su mejor resultado de las dos últimas campañas con la Honda, y Marco Bezzecchi volvió a demostrar el potencial de Aprilia tras remontar por segundo día consecutivo de la 21ª plaza hasta la octava.

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Sobre la firma

Guille Álvarez
Graduado en Ciencias Políticas por la UPF y máster en Periodismo Deportivo y Comunicación por la Blanquerna-URL, ha pasado por las redacciones de La Vanguardia, la revista VICE y Mundo Deportivo. Colabora con la sección de deportes de EL PAÍS desde 2022, donde ha cubierto el Mundial de MotoGP y varias ediciones del Rally Dakar.
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