Ganar y sufrir, puro Atlético en Eindhoven
Los de Simeone se imponen tras remontar el gol inicial del PSV con tantos de Julián Alvarez, Hancko y Sorloth, pero el campeón holandés no se rindió


De menos a más, el Atlético salió airoso de su visita a Eindhoven. Ganó cuando tiró de pierna firme para robar y se serenó para construir. Empezó encajando rápido el equipo de Simeone, pero se rehízo hasta doblegar a un PSV que se desplomó tras conceder el primer gol de Julián Alvarez por un error de Yarek. Hancko y Sorloth parecían haber dado cuenta del campeón holandés, pero un tanto de Pepi a falta de seis minutos le puso el corazón en la boca. Obispo tuvo el empate, pero no acertó a poner bien la bota a un metro de la línea de gol. El PSV apretó hasta el final.
El duelo era trascendental para el Atlético por la doble arista que presentaba. Por un lado, la necesidad de recuperarse anímicamente de las dos derrotas consecutivas cosechadas en el Camp Nou y San Mamés que le han descolgado a nueve puntos de la pelea por el título liguero. Por otro, la obligación de sumar los tres puntos para aspirar a acabar entre los ocho primeros de la liguilla para evitar la disputa de la ronda de dieciseisavos. De ambas cuestiones salió reforzado el Atlético con su meritoria victoria porque la consiguió bajo esa doble presión y con las sensibles bajas de Llorente, Giménez y Baena.
Con esos condicionantes que aliñaban la noche colchonera en Eindhoven, Simeone apostó por mantener a Pubill como central y pareja de Hancko. Lenglet fue al banquillo y el carril izquierdo fue para Ruggeri. En duda como está su valía para las grandes citas, la de anoche se le presentaba como una ocasión para medirle las hechuras. Al medio y a los mandos, Koke, escoltado por Barrios y Nico González, y arriba, Julián Alvarez y Sorloth. Una pareja también con mucha carga reivindicativa. El argentino, porque por encima de sus números, que no son malos, necesita protagonizar más acciones de peligro real. El noruego, porque su frialdad le aleja de la visceralidad de la que en ocasiones el Atlético y su entrenador y la hinchada necesitan para entrar en combustión. Sobre todo, cuando los partidos soplan con el viento en contra. Es una cuestión de piel y de molde. Sorloth está más hecho para correr al espacio que para sacar provecho de su envergadura. En el juego de cabeza no es muy preciso para dirigir los balones que gana cuando los peina y cuando tiene que martillear la pelota o peca de cuello blando o mide mal los tiempos. El flequillazo que pegó cuando estaba solo en la frontal del área pequeña fue otra prueba más de que su valor está más en su zancada y en su disparo que en el cabezazo. El PSV ya había marcado a los diez minutos después de que el campeón holandés pusiera a correr al menudo Driouech, la bala rápida que había escondido Bostz en su once para sorprender a Simeone. Tras una pérdida de Molina, el chico puso el turbo y cuando pisó área le regaló el gol a Till.
El tanto se había producido nada más ordenar Simeone a Oblak que dejara de jugar en corto ante el mal pie que estaban mostrando sus compañeros. Todo era muy acelerado y espasmódico. Los dos equipos querían construir rápido. Quitar y combinar de lo primero había mucho y de lo segundo, poco. Tanta pérdida favorecía la velocidad de Driouech y los trancos de Saibari y Till. Este último se marcó un eslalon antes de calcar con Driouech la jugada del gol, pero esta vez el extremo marroquí hizo mal la entrega. Se levantó el Atlético a ser menos apurado en la medida que empezó a ganar más disputas y a ligar más jugadas.
El PSV se acunó en su área a la espera de otro zarpazo letal, pero ya no se lo concedieron los futbolistas de Simeone. Tres disparos consecutivos de Barrios anunciaron a un equipo más asentado y dominador. Koke templó más y Sorloth empezó a hacer más daño por el pasillo izquierdo del área. Si la crecida del Atlético respondió a su mayor empeño y voltaje para meter el pie, el tanto del empate llegó después de una arrastrada de Giuliano para robarle la cartera a Yarek. El joven central valenciano no dio el pase rápido y vio como Sorloth recogía el toque de Giuliano para asistir a Julián Alvarez. A puerta vacía, no falló el argentino.
No perdonó el Atlético esa concesión y ya no perdió ni el hilo ni el gobierno del partido. Le quiso amenazar de nuevo el PSV en el inicio del segundo tiempo con Driouech, pero encajó rápido el segundo tanto. Kovar dejó muerto un disparo lejano de Molina y Hancko, que había subido a rematar el saque de esquina previo, empujó sin oposición el segundo tanto del Atlético.
Se desvaneció ya el PSV, rematado con una contra de libro que Barrios condujo por el pasillo izquierdo. Por el pasillo central corría libre Sorloth, que se encontró con un centro templadito. Un caramelo así no lo podía fallar por más que los remates con la testa no sean lo suyo.
| Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
|---|---|---|---|---|---|
|
17
|
9 | 6 | 3 | 0 | 3 |
|
18
|
9 | 6 | 2 | 3 | 1 |
|
19
|
8 | 6 | 2 | 2 | 2 |
|
20
|
8 | 5 | 2 | 2 | 1 |
|
21
|
7 | 5 | 2 | 1 | 2 |
| Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
|---|---|---|---|---|---|
|
5
|
12 | 6 | 4 | 0 | 2 |
|
6
|
12 | 5 | 4 | 0 | 1 |
|
7
|
12 | 6 | 4 | 0 | 2 |
|
8
|
12 | 6 | 4 | 0 | 2 |
|
9
|
11 | 6 | 3 | 2 | 1 |
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