El Athletic y Nico Williams renacen y descuelgan al Atlético
Los de Valverde se imponen en un partido trepidante con un golazo de Berenguer en el tramo final

Sorloth falló un cabezazo para ganar y en la siguiente jugada, Berenguer soltó un zurriagazo ajustado que revive al Athletic y descuelga al Atlético de la Liga. La secuencia retrató un duelo sobreexcitado y trepidante a todo campo que los futbolistas de Ernesto Valverde soportaron y manejaron mejor. Un palo para los de Simeone, a nueve puntos ya del Barça, una buena dosis anímica para el Athletic. Su técnico pudo celebrar la mejor versión de Nico Williams, apagado como pululaba por el campeonato porque la merma física de sus molestias musculares le limitan velocidad y chispa. Necesitaban el menos de los Williams y su equipo un partido así.
Los dos equipos se desempeñaron desde la primera jugada con el fervor de los que sienten que están al límite de alejarse de su gran objetivo en el campeonato. Los de Valverde, renovar participación en la Liga de Campeones, los de Simeone, prolongar la pelea por el título el máximo tiempo posible. Dos entrenadores que ordenaron a sus futbolistas que aplicaran todo el manual del fútbol actual. El juego convertido en duelos individuales a todo campo y las revoluciones al máximo, principalmente para la presión. Que el juego no pare y la pelota vuele tras el quite. Dos toques como mucho y a correr a los espacios. Y el primero en correrlos fue Jauregizar, a la derecha, que le puso un centro a Nico Williams que no llegó. Después, Areso también puso un caramelo que Guruzeta convirtió en pifia.
Curioso lo de Areso y Pubill. El primero era el objetivo del Atlético para reforzar el lateral derecho. El segundo, estrenó anoche titularidad en la Liga como central. Fue una de las grandes apuestas de Simeone en un once en el que no podían figurar por lesión Llorente, Giménez, Cardoso y Baena. Tuvo buenas hechuras Pubill, que pasó con nota el examen de los cuerpeos con los delanteros, que es uno de los registros que al principio puede hacer dudar más a los laterales recién reconvertidos a centrales. También enseñó la concentración que requiere la posición cuando se cruzó como un rayo para salvarle la espalda a Hancko.
En ese fútbol a dos porterías, el Atlético también trataba de aguijonear. Su mejor acción fue una peinada de Nico González, que ha asumido el rol de peluquero. La recogió Julián Alvarez a la carrera en la derecha. Su toque medido lo engatilló Almada con una buena volea rasa. Unai Simón, a contrapié, con la punta de su bota derecha, hizo una de esas paradas imposibles que aún justifican su titularidad para Valverde y Luis de la Fuente. En un par de recortes en la media luna y el disparo mordido que enganchó, cuando tenía a Giuliano libre a su derecha, delataron a Julián Alvarez como estrella necesitada de recuperar brillo. Eso sí, su trabajo en la presión es incuestionable. El problema es que su tallaje como jugador diferencial depende de las acciones de ataque que sean determinantes.
Ese tipo de partido a todo gas generaba un contexto ideal para Nico Williams, más afilado y afinándose y creciendo hasta reinar en el partido. También era un buen hábitat para un llegador como Sancet, igualmente necesitado de levantar el vuelo. Areso le sirvió dos buenos centros que remató sin tino. En ese vaivén del juego, también jugaron papeles determinantes los mediocentros. En el Athletic, Jauregizar y el resabiado y fino Ruiz de Galarreta. En el Atlético, Barrios, al que Simeone le otorgó el mando ante las ausencias de Baena y Cardoso y la suplencia. Mandó para marcar el ritmo de juego de su equipo con conducciones o toques de primera. Su escolta, Gallagher, de alguna manera retrató lo que también desprendía tanta viveza en el juego. Las pérdidas y la precipitación en las entradas que generaron cuatro amarillas en menos de veinte minutos, la suya, la de Jauregizar, Laporte y Galarreta. El francés tuvo que retirarse a la media hora con problemas musculares.
El ritmo abocaba a un partido que de caer de un lado u otro iba a depender del que tuviera más pulmones y del fondo de armario que entrara mejor. Fue el Athletic el que mantuvo más tiempo su presencia en campo contrario tras la reanudación. Jaleado por una grada entregada, Williams rompía machacón y puso balones de gol a Guruzeta y a Sancet. Simeone y Valverde fueron dando carrete a sus suplentes. El Cholo había dado entrada a Koke para dejar en el vestuario en el intermedio a Gallagher. Luego entraron Raspodori, Ruggeri y Griezmann. Este por el alicaído Julián Alvarez. Valverde puso en Unai Góméz, Rego, Izeta y Gorosabel. Sorloth falló ese cabezazo franco y Berenguer, con su zurdazo asestó el golpe definitivo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































