Gerard Martín, el hombre inesperado para resolver el jeroglífico de la defensa del Barcelona
El lateral, suplente de Balde la temporada pasada, se ha erigido como la solución para cubrir el vacío en el central izquierdo tras meses de pruebas


Hansi Flick prometió, tras la derrota ante el Chelsea, que se vería un mejor Barça. Este martes, ante el Atlético de Madrid, cumplió. Por primera vez en un gran escenario, el equipo venció como lo hacía el Barcelona de la temporada pasada: eléctrico, vital y con remontada, la quinta del curso en siete partidos. Lo hizo con intensidad, gracias al regreso a la titularidad de un Raphinha que comandó al equipo y levantó la grada, y a un Pedri estelar, el pegamento que une todas las piezas. “Nuestra actuación ha sido de otro nivel ante un gran rival. Necesitábamos una victoria así para ganar confianza”, aseguró Flick en la rueda de prensa posterior. Parte de la mejora se explicó también en una versión más sólida en defensa, que venía sufriendo este curso tras la dolorosa marcha de Iñigo Martínez, y que dejó al Atlético con tan solo dos remates a portería. Y la solución ha sido inesperada: Gerard Martín.
Flick ha probado esta temporada hasta cinco parejas distintas de centrales, modificando el eje de la zaga titular en trece ocasiones de un encuentro a otro. Un vaivén de pruebas para suplir una baja tan sensible como la de Iñigo mientras el club rastreaba el mercado. Y con una defensa en la que Cubarsí presentó problemas en la rodilla, Koundé no es el mismo del año pasado, Araujo ha pedido tiempo para recuperarse anímicamente tras su expulsión en Stamford Bridge y Christensen no termina de cuajar. En la ecuación, Eric García, fundamental, es utilizado por Flick en diferentes posiciones —central, lateral y mediocentro— gracias a su gran polivalencia, y Balde es dueño de la banda izquierda.
Pero el alemán necesitaba un central zurdo para naturalizar la salida de balón. En su rompecabezas, Flick reconvirtió a Gerard como central, y lo probó en los entrenamientos. El lateral, tras cinco años en la cantera del Cornellà, llegó al filial del Barça en 2023. La temporada pasada ya subió al primer equipo, y su rol se limitó a ser el suplente de Balde, a quien tuvo que sustituir por lesión en la semifinal ante el Inter de Milán. En la vuelta, dio una asistencia, pero también fue señalado en uno de los goles del conjunto italiano. Quedó devastado por la derrota. Szczęsny se acercó a él mientras lloraba tras el encuentro. “Perderás cien partidos importantes, ganarás otros cien ¿Dónde estabas hace dos años? Mira dónde estás hoy: esto es el baño de San Siro, y estabas jugando una semifinal de la Champions”, le consoló el portero.
Su andadura como central en el Barça comenzó ante el Athletic Club, en el regreso del fútbol al Camp Nou 909 días después del último partido. Su madre, antes del encuentro, le envió fotos de él de pequeño viendo un enfrentamiento en el Camp Nou. Era su estreno en el feudo azulgrana, también como central, al menos en el Barcelona: en la temporada 2022-2023 ya jugó como zaguero en Cornellà.
Y funcionó. También ante el Alavés el pasado fin de semana, y de nuevo este martes ante el Atlético. Más allá de las sensaciones, los datos avalan su notable rendimiento: cinco duelos ganados de siete, ocho balones recuperados, otros ocho interceptados y dos entradas exitosas de tres. Gerard crece bajo las órdenes de Flick, el mismo que la pasada temporada revitalizó a Raphinha, a quien el equipo ha echado en falta durante su lesión.
El regreso del brasileño a la titularidad, junto al de Pedri, resultó decisivo. “Sabíamos lo difícil que era ganar, pero lo conseguimos jugando como equipo”, dijo el brasileño, el jugador que más veces remató a portería junto a Lewandowski (cuatro). Simeone se rindió ante él: “No sé cómo no ganó el Balón de Oro”.
Con Raphinha de vuelta, el equipo recupera intensidad y presión, una de las quejas de los centrales. “Cuanto más presionamos arriba, más cerca estamos de la portería y más balones recuperamos”, explicó el brasileño. Lamine Yamal, por ejemplo, robó nueve balones. La nota negativa fue la lesión de Dani Olmo, que había marcado ante el Atlético y empezaba a coger ritmo con tres tantos seguidos: estará un mes de baja por una luxación en el hombro izquierdo tras una mala caída después de anotar.
Las individualidades vuelven a aparecer y el Camp Nou vibra, lejos del frío Montjuïc. Con un hombre inesperado como Gerard Martín como solución, el Barcelona vuelve a brillar en un gran escenario, vuelve a remontar y vuelve a sentirse líder.
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