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La estrategia del UAE, el ‘Equipo A’ de la Vuelta

El conjunto dirigido por Matxin ha ganado la crono y dos etapas tras sendas fugas planeadas

Joxean Fernández Vuelta a España
Jordi Quixano

Tenían los datos de los vatios que movía cada uno y el coeficiente de aerodinámica (CdA), tenían estudiada la posición del corredor y los relevos para sacar el mayor provecho de cada uno, además de trabajada la aerodinámica. Pero antes de que comenzara la contrarreloj por equipos en Figueres y después de hacer el recorrido a modo de reconocimiento, Joxean Matxin, mánager del UAE, torció el gesto y señaló que no se había hecho bien, que había que mirar el colectivo antes que el individual. Los corredores, aplicados, pidieron repetir el circuito. Matxin asintió y, acabada la etapa, ya con el triunfo del equipo, sonrío y abrazó a todos, que en un corro entonaron el grito para estas ocasiones. “¡UAE, UAE!”, soltaron con fiereza. Por entonces, no resultaba difícil imaginarse a Matxin guillotinando un puro y encendiéndoselo con orgullo, también soltando la célebre frase de John Hannibal Smith, el jefe del Equipo A: “Me encanta que los planes salgan bien”. Sucede, sin embargo, que al UAE les han salido bien en tres ocasiones y dos de ellas fueron a través de la fuga, únicos en conseguirlo en lo que se lleva de esta edición de la Vuelta. Eso también estaba planeado.

En la concentración de altura previa a la ronda, el staff del UAE decidió quién acudiría a la Vuelta. Se quedaba fuera de la ronda Pogacar, vencedor del Tour, y entraba Ayuso, por más que no estaba en un pico de forma. “Él me pidió hacer la Vuelta cuando acabó el Giro, pero no sabíamos qué pasaría y lo dejamos para más adelante. Y al llegar aquí, se explicó que Ayuso era colíder porque sus órdenes no suelen ser las de trabajar para los demás. Pero en Andorra decidimos que no estaba para la general, que se dedicara a las etapas”, revela Matxin. Y, equipo agitador y combativo, modificó los planes a la carrera. Pero siempre con una premisa —“Trabajamos como si no hubiésemos ganado nunca. Pero actuamos como si ganáramos cada día”, explica— y, como eco, la frase que le da a cada uno y a modo de bienvenida: “Quiero que te diviertas, pero ganando”.

Desde el principio de la temporada, todos los corredores tienen un PDF y un calendario de lo que harán, incluso si será una carrera para hacer de líder o para trabajar para el grupo. “También lo reciben los entrenadores, para que cuando tienen que trabajar para el equipo estén al 90% y cuando tienen que trabajar para ellos mismos busquen ese 100%. Excepto en el Tour, que buscamos siempre al 100% de todos”, aclara. Y, además de esa información, una semana antes de que comenzara la Vuelta, Matxin envió un dosier a cada ciclista con el plan a seguir, cuáles eran las etapas importantes, las reglas de los cinco y tres kilómetros, la ruta... Una tablilla dividida en las tres semanas de competición, también especificados los rivales y el orden de la fila estipulada para la carrera. “Quién tira el primero, quién tira el segundo, quiénes son para el plano, quiénes son para la fuga y para la montaña, quién es colíder y quién es líder”, amplía Matxin.

Aunque todavía quedan indicaciones para el meeting antes de cada carrera en el autobús, que es donde se suele dar las indicaciones generales, pero también las particulares, como dónde atacar si es el caso. “Pero los ciclistas son muy inteligentes y ya saben también leer las carreras”, apunta. Como hizo Vine en Andorra, cuando atacó en una bajada por sorpresa porque nunca ha sido un prodigio con la cuesta abajo. “Pero vive ahí y se lo conocía perfectamente, sabía que si entraba fuerte en una curva no se iba sorprender”, desliza. Lo de Ayuso en la siguiente etapa, camino de Cerler, estaba más al detalle. “Porque me dijo que los del Visma no le dejarían entrar en la fuga. Pero le respondí que se conocía la subida porque entrenaba por ahí, que en llano puede que no, pero que en una subida como esa, haría la selección natural”. Y así fue, ganador de una etapa de pe a pa. Pero ya no está para la general. “Por eso voy a modificar el plan de la carrera, pues ya no será colíder, y hay que cambiar los roles”, esgrime.

Para conocer al dedillo la etapa, UAE utiliza VeloViewer, que es un GPS que les especifica todo. “Cuál es la zona de abastecimiento, cuál es la zona donde vamos a estar dando agua. Quién lo va a hacer. Cuándo empieza el puerto y cuántos kilómetros, dónde va a estar el coche para hacer el avituallamiento…”, señala Matxin. Y eso lo van dictando los directores deportivos del equipo. Aunque a veces no sale todo redondo y Vingegaard, en la última etapa, descompuso al pelotón y también a UAE. “Nos sorprendieron. No esperábamos que atacara ahí, a 11 kilómetros de meta, y nos faltó organización en un momento crítico”, acepta Matxin, al tiempo que elogia a Almeida por buscar su ritmo antes que seguir a Vingegaard porque, considera, podría haber entrado en pájara. Y porque cree que el portugués puede vencer al gran favorito. “Queda, por estadísticas, un 66% de Vuelta. Deportivamente y a nivel de recorrido, queda un 75%”, apunta. El plan está hecho.

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Sobre la firma

Jordi Quixano
Redactor de Deportes en EL PAÍS desde 2003. Licenciado en la Universidad Ramon Llull. Ha cubierto una Eurocopa, un Mundial y varias Vueltas a España, además de llevar durante años la información del Barcelona, también del Atlético y ahora de polideportivo.
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