Pablo Castrillo, ciclista del Movistar: “Cuanto mayor es el rival y el reto, más me motivo”
El ciclista de Movistar, que venció dos etapas en el curso pasado, aspira a repetir hazaña


Aparece por los jardines del Novotel Torino con la cara somnolienta, frotándose los ojos, todavía digiriendo el café. Pero cuando le preguntan por la Vuelta, por lo hecho y por lo que está por hacer, Pablo Castrillo (Jaca; 24 años) abre los ojos, sonríe, rememora y se emociona. Dos etapas le encumbraron en la carrera del curso pasado, entonces con el Kern Pharma, y cambiaron su vida, reconocido por la calle y hasta por el pelotón, fichado después por un Movistar que ha perdido a Enric Mas por lesión y que comparecerá en la ronda sin un líder. Papel que Castrillo, un día antes de comenzar la Vuelta, rehúsa con la aquiescencia de los gerifaltes del equipo, focalizado en repetir gesta de etapa sin mirar la general.
Pregunta. ¿Cómo se pasa del hockey hielo a la bici?
Respuesta. Empecé con el patinaje artístico un par de años y después me pasé al equipo de hockey porque allí en Jaca es normal. Jugaba de delantero, pero me gustaba la defensa. Patinaba mejor que manejaba el stick y lo practiqué desde los seis a los 15 años. Entre medias, hice alguna carrera popular porque mi padre tiraba hacia el atletismo, y después descubrí el ciclismo por mi madre y mi hermano Jaime. Con el tiempo entré en el Lizarte —filial del Kern Pharma— gracias a él, que estaba con el primer equipo.
P. Jaime llegó también al Movistar y lo dejó por depresión. Luego, regresó el año pasado a un equipo de Segunda de Portugal, pero ya no rueda más. ¿Está bien?
R. Sí, muy bien. Está haciendo otras cosas y está gusto. La bici ahora la tiene para disfrutar. No se entrena ya, solo es un hobby. Es un cicloturista cualquiera, aunque uno que es muy rápido.
P. ¿Qué le pasó para dejarlo?
R. Ese mundo no era lo que él quería. Estuvo ahí tiempo, que le costaba estar con los profesionales, y el año pasado lo volvió a intentar, pero vio que no era su campo. Dejarlo es lo mejor que ha hecho. Y lo que yo hago también es para Jaime porque gracias a él descubrí un deporte maravilloso.
P. Movistar tiene una psicóloga. ¿Es una figura necesaria?
R. Sí, es importante. Te prepara para los momentos malos, donde realmente puedes aprender.
P. Usted, sin embargo, pasó por los mejores momentos el año pasado al vencer dos etapas. ¿Las ha vuelto a ver?
R. Muchas, muchas veces. Aún no me lo creo y se me ponen los pelos de punta. Sobre todo, la etapa de Cuitu Negru, que fue increíble. Ayer la estaba viendo otra vez para recordarla y para motivarme. El año ha pasado muy rápido.
P. ¿Por qué dio un salto tan grande el año pasado?
R. Es algo que viene de antes, de los años en los estaba en el filial, que te van haciendo como ciclista y que cuando llegas a profesionales lo haces más hecho. Luego, el primer año fue de aprendizaje y de sufrir, de que me doblaran en la última etapa de la Volta Catalunya. Pero te van curtiendo. Eso y mejorar la alimentación con el nutricionista del equipo, además de entrar en muchas fugas, que es algo que siempre me ha gustado. Y en el segundo año hice alguna general bien y llegué a la Vuelta con ganas; quería conseguir alguna fuga. Pero me vi con piernas, tuve algo de suerte y estaba en un equipo en el que los rivales no miran tanto. No te lo ponen fácil, pero sí que te dan un poco más de cancha. Ahora, ya solo con llevar el maillot de Movistar es mucho más difícil conseguir fugas. Eso sí que lo he notado.
P. Llega a esta Vuelta sin un líder como Mas. ¿Cogerá su papel?
R. No. Yo no voy a mirar a la general. Aquí estamos todos con ganas de intentar una etapa y cada uno tendrá su oportunidad. El equipo está hecho para intentarlo.
P. ¿No quiere la general?
R. Es mi tercer año. Como mucho, puedo hacer alguna general de una semana, como se ha visto. Pero para las grandes vueltas no estoy y no sé si llegaré a estar. Queda mucho trabajo y muchos años. Pero de momento, intentaré cazar una etapa como hice el curso pasado. Me contento con estar cerca de disputar alguna y tratar de ser el más combativo como el año pasado. Y si ganara una etapa, sería ponerle la guinda al pastel.
P. ¿Tras esas dos etapas se dio cuenta de que era de la élite?
R. Poco a poco me iba dando cuenta, pues lograba alguna buena general, como en la Vuelta a Burgos. Yo me decía: ‘Esto es un camino de ir poco a poco’. Pero luego vinieron esas dos etapas y lo acortaron.

P. ¿Le abrumó el boom?
R. Un poco. Al principio es muy bonito porque con esas dos etapas la gente me envió todo su cariño. Muchos me decían que no les dejaba dormir las siestas. Es un buen piropo. Lo disfruté bastante. Pero luego no diría que me sobrepasó, pero sí que se me hizo raro y me costó entender que pasas de que no te conozcan a que te paren por la calle. Y también me hizo conocido en el pelotón.
P. Tanto que tuvo al menos cinco pretendientes, todos del World Tour.
R. Sí, fue un orgullo. Pero esas dos etapas te dan para elegir y poder decidir dónde estar. Y eso fue el Movistar.
P. Equipo español, le dan cancha y le preparan para el futuro, y buen salario. ¿Eso es gracias a ciclistas como Pogacar, Vingegaard, Evenopoel, Roglic, Van der Poel…, que han elevado el ciclismo?
R. En todos los sentidos, sí. Son gente que arrasa con todo y que cada vez es más difícil de ganar porque son prodigiosos y porque trabajan muy duro para ello. Eso hace que cada año sea más exigente y que el nivel medio suba, también que se vaya tan rápido en todas las carreras.
P. Pero dicen de usted que le encantan los retos, ¿es así?
R. Me motivan bastante. Cuanto mayor es el rival y mayor es el reto de la carrera, pues más me motiva intentar hacer algo. Tengo capacidad para sufrir y la convicción de que puedo lograrlo. Luego saldrá o no, pero siempre tengo las ganas de intentarlo
P. ¿Le gusta sufrir?
R. Sí, me gusta. Hay veces que cuesta porque no estás en un momento de forma muy bueno y cuesta mucho, pero cuando las patas van... es un sufrir diferente.
P. ¿Y cómo es que ha mejorado tanto en las cronos en comparación con el año pasado?
R. Al final vengo a un equipo como Movistar, que tiene más medios, y luego he trabajado mucho con Iván Velasco, que es el que hace todo el trabajo de dinámica y cronos. Y tener una cabra en casa con buenos acoples, con un cambio de posición y sobre todo muchas horas, se nota.
P. Vive en casa de su madre, ¿no?
R. Sí. Tengo pensado irme, pero es todo un proceso.
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