Solo hay un número uno del mundo y se llama Scottie Scheffler
El estadounidense, líder con -14, acaricia el Open Británico tras una actuación majestuosa. Jon Rahm marcha con -2


Que el número uno del mundo es sin ninguna discusión Scottie Scheffler no solo es una línea y unas cifras en el ranking oficial. Es la superioridad que exhibe en un campo de golf cuando saca a relucir su mejor juego. Es la sensación de tener cada golpe bajo control, de hacer que la bola le obedezca como si estuviera encantada. Es la aparente sencillez con la que domina un deporte técnicamente tan complejo. Es el Open Británico de Royal Portrush, su liderazgo con mano de hierro con 14 golpes bajo el par, cuatro de ventaja sobre Haotong Li, cinco sobre Matt Fitzpatrick y seis sobre Rory McIlroy, Chris Gotterup, Harris English y Tyrrell Hatton. Jon Rahm marcha -2, a un mundo, a falta de la última jornada de este domingo (de 10.00 a 20.00 en Movistar Golf).
Es Scheffler y por detrás los humanos. Un eagle en el 7 y dos birdies remacharon un dominio total de la escena. Si todavía hay algo en juego es porque el número uno se permitió el lujo de no dejar sentenciado antes el torneo (oportunidades no le faltaron), pero sería una sorpresa catedralicia si no levanta la Jarra de Clarete.
Calamity is not in Scottie's dictionary.
— The Open (@TheOpen) July 19, 2025
A birdie every day for the world number one on 16. pic.twitter.com/Ut6HK1YMk8
Hay otras historias que contar en Royal Portrush, otros sueños. Li persigue ser el primer golfista chino que gana un grande, y Fitzpatrick y McIlroy quieren devolver a Europa la corona británica que no viste ningún europeo desde Lowry 2019. Pero todo depende de Scheffler. El número uno busca a los 29 años su cuarto grande después de las chaquetas verdes del Masters en 2022 y 2024 y del Campeonato de la PGA de este curso. Si este domingo abrocha este British, solo le faltará el US Open para completar el Grand Slam y se convertirá en el segundo jugador en la historia en coronarse en el major británico en el momento de liderar la clasificación mundial. El otro, Tiger Woods.
Por detrás, la vida terrenal. El putt continuó martilleando a Jon Rahm. El emboque que celebró desde dos metros y medio en el hoyo 10 fue el más largo que convertía desde el bingo en el 14 del jueves, 32 hoyos antes (el viernes acertó como máximo desde un metro y medio). La ronda de este sábado partió por la misma carretera llena de baches. El vasco cambió de look, pantalones morados y polo claro, pero el juego continuaba atascado en la misma ranura. La primera parada ya era cuesta arriba: doble visita al búnker, en la calle y antes del green, y bogey. Y la pesadilla que le ha frenado este Open, un putt de dos metros fallado en el 2 para birdie, otro de tres metros desviado para par en el 3, uno más de cinco metros fuera en el 4… Vinieron unas risas con Lowry, su compañero de partido, un birdie en el 5 y un guante regalado a una aficionada en el 6 tras alcanzarle con la bola antes de darse varios garbeos por el rough en el 7, 8 y 9. Hasta el putt convertido en el 10 y otro en la estación siguiente desde tres metros y medio.

Rahm parecía acelerar, pero bajó de marcha en el par cinco del 12. Curioso: el hoyo que estadísticamente es el más sencillo de Royal Portrush no lo ha estrujado ni una vez en toda la semana, de par en par. Esta vez le condenó un pateo muy corto desde fuera de green. La cancioncilla del putt de media distancia fallado se repitió en el 15 y el 17, y entre medias un birdie en el 16 desde cuatro metros y medio, la mejor diana del día para abrochar ese -2. Era su tarjeta más baja en este British, pero un descuento insuficiente para soñar con la Jarra. Seve todavía deberá esperar al heredero.
“Lo he hecho bien, pero no bastante. Muy bien con el driver, buenos swings, y los putts no es que los tirara mal. Ha habido muchos que los he dejado cortos o justo al final se iban. En buena línea iban muchísimos”, analizó Rahm. Después de un 14º puesto en el Masters, un octavo en el PGA y un séptimo en el US Open, este domingo le tocará remar si quiere acercarse a esos registros.
Una colección de 17 pares y un birdie en el 12 colocaron a Sergio García en el par y con el reto de un buena despedida para hacer méritos de cara a un billete para la Ryder.
Watch it. Watch it again. pic.twitter.com/I48KVCk80b
— The Open (@TheOpen) July 19, 2025
Y una situación extrañísima. Hoyo 11. Par cuatro. McIlroy da su segundo golpe desde el rough y en el momento de impactar a su bola, otra aparece de repente brotando desde el suelo. Ahí estaba, enterrada, hasta que el pelotazo del norirlandés la sacó de su escondite y la elevó en el aire. Rory alucinaba, como toda la multitud que le persigue y le empuja como el gran héroe local. Fue la imagen de este apasionante Open Británico que acaricia Scottie Scheffler.
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