El alcalde de Málaga, ante los cientos de reclamaciones de la Comic-Con: “Es obvio que las colas excesivas tienen que resolverse”
Las administraciones públicas anuncian una reunión para resolver los problemas en esta primera edición mientras la organización dice estar en un periodo de “análisis y reflexión”, pero no ofrece más explicaciones


Más de 120.000 asistentes, un impacto económico de 50 millones de euros, hoteles al 94% de ocupación y restaurantes satisfechos con el gran aumento de la demanda. En principio, los números reflejan que la reciente San Diego Comic-Con celebrada en Málaga ha sido un éxito. El problema es que las cifras esconden una gran sombra detrás. Tan larga como las filas de espera que se han repetido durante los cuatro días y los numerosos problemas organizativos. Las redes sociales se han llenado de quejas de asistentes y tanto Facua como la OCU acumulan ya más de 550 consultas para interponer reclamaciones. Ayuntamiento de Málaga y Junta de Andalucía —que aportan más de cuatro millones de euros de dinero público al evento— ya han anunciado una reunión con los organizadores para “corregir errores”. “Es obvio que el tema de las colas, que han sido largas y excesivas, tiene que resolverse”, ha afirmado este martes el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre. La empresa organizadora, Dentsu Spain, ha declinado por el momento dar explicaciones aunque, señalan, son “conscientes” de que “hay que dar respuestas”.
En primavera, cuando se anunció el aterrizaje de la San Diego Comic-Con en Málaga gracias a la licencia obtenida por Dentsu Spain, el director ejecutivo de la cita, Javier Barberá, manifestaba a EL PAÍS que se había limitado el aforo a 45.000 personas. Aquel día, las administraciones públicas hablaron, sin embargo, de 60.000 entradas a un precio de 50 euros, que el año que viene —hay firmadas tres ediciones— subirá a 80 euros. Se vendieron en apenas unas horas, así que finalmente la organización decidió duplicar el número. Finalmente sacaron a la venta 120.000 tickets. “Escuchamos a los fans y decidimos ampliar el aforo para dar cabida a más gente”, relataron hace unos días desde la empresa. Son 30.000 asistentes diarios, previstos desde hace tiempo —la inmensa mayoría de entradas estaban agotadas— por lo que la excusa de que las expectativas se han superado —repetida en los últimos días por las administraciones— no tiene sentido. También es justo el límite de aforo del Palacio de Ferias donde se ha celebrado el evento, como recoge también la licencia otorgada por el consistorio, según han indicado fuentes municipales. Una gran afluencia que está detrás de los múltiples problemas vividos por los asistentes, que debían hacer una cola para entrar al recinto, otra para el edificio y una más para la zona de stands. Además de otras muchas para asistir a los paneles, conseguir autógrafos, entrar a la tienda oficial o llegar a la zona de restauración.

“Habíamos comprado las entradas a ciegas, sin saber nada de la programación, porque esperábamos un nivel similar a la cita original en San Diego. Pero no ha estado a la altura ni de lejos. Ha sido como otros eventos parecidos, pero con entradas mucho más caras y todos esos graves problemas de organización”, expone Paco Hernández, guionista y escritor que ha visitado el evento malagueño durante los cuatro días. “No vale decir que es el primer año”, cuenta. “Todos entendemos que se paga por la firma de una estrella o que habrá que hacer colas, pero no de este calibre. También eché en falta más autores nacionales e internacionales. El contenido tampoco ha sido gran cosa”, apunta quien habla sobre comics, cine y series en sus redes sociales a través del perfil De todo un Paco y pensaba que el evento sería “un punto de inflexión”. “Quitando a Schwarzenegger, al final ha sido más de lo mismo, pero más caro”, añadía otro profesional del sector, que acude desde hace años puntalmente a la Comic-Con en Estados Unidos. Muestra también su sorpresa. “No era tan difícil ver cómo se hace allí y copiarlo aquí. En San Diego es todo lo contrario: tienen 120.000 personas al día y todo fluye mucho más porque hay muchos accesos, más facilidad para moverse y una organización modélica”, asegura. “Parece que aquí estaban más pendientes de la repercusión económica y política que del evento en sí, olvidándose de la gente. Y, claro, ha pasado lo que ha pasado”, destaca para insistir que “quizá tampoco el espacio era el adecuado: hace falta un espacio muy grande y Málaga no lo tiene”. “Menos mal que este público tiene un talante pacífico. Gracias a ello no se ha liado una más grande y no ha habido avalanchas, aunque yo llegué a temer por mi salud”, sentencia.
“Un caos absoluto”
Sus palabras son parecidas a las de otros muchos que se pueden encontrar en redes sociales, como el resumen realizado por el ingeniero industrial conocido en internet como Joseph Locubin. “Un caos absoluto que ha empañado las ganas de decenas de miles de asistentes, que han viajado a Málaga para disfrutar del histórico evento y se han encontrado una experiencia indignante”, resumía. Unos y otros denunciaban las colas al sol, la falta de sombras, la escasez de fuentes con agua —el primer día solo había una y ya el sábado se instalaron varias más— o la ausencia de los organizadores a la hora de regular las filas de espera, que a veces se duplicaban o se mezclaban entre sí. Otros recordaban que en 2022 se celebró, justo en el aparcamiento de enfrente el Andalucía Big Festival, cita musical que también reunió a unas 30.000 personas al día sin que hubiera apenas problemas organizativos.

El público ha empezado una recogida de firmas en change.org para pedir la devolución de las entradas “por estafa”. Este martes llegaban a los 1.500 apoyos. Se suman a las “miles” de hojas de reclamación presentadas in situ por los asistentes —según quienes las recibían en los mostradores— y a las 200 que acumula la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y otras 350 consultas de usuarios “denunciando la caótica situación” vivida en el evento que ha registrado Facua. La entidad pide al ayuntamiento que sancione a la empresa por “las graves irregularidades” ocurridas, entre las que citan las “preocupantes” largas colas, la imposibilidad de acceder con agua y comida o una venta de entradas superior al aforo.
Fuentes municipales aseguran, sin embargo, que el aforo máximo para los exteriores e interiores del Palacio de Ferias donde se ha celebrado la San Diego Comic-Con en Málaga es de 30.000 personas y que dentro del edificio solo podía haber 20.000 de manera simultáneas “cifra que nunca se superó a lo largo de todo el evento”. También que, para no superar la capacidad en el pabellón 1 donde se encontraban los stands y las tiendas oficiales, el equipo de seguridad debía hacer paradas controladas del acceso, de ahí las colas interminables que se vivieron en el patio desde que se accedía a esa zona. O que no había lectores de código QR para comprobar quién había pagado o no por una foto con las estrellas invitadas.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, cree que este ha sido “el acontecimiento más importante” celebrado en el Palacio de Ferias y en la ciudad “en los últimos años”. Eso sí, este martes ha dicho que ahora hay que reaccionar al éxito obtenido. “Es obvio que el tema de las colas que han sido largas y excesivas tiene que resolverse”, ha indicado antes de anunciar una reunión de los responsables municipales del recinto con la organización para analizar la situación junto a la Junta de Andalucía. Ambas administraciones han financiado con 4,5 millones de euros en total el evento, buena parte procedente de fondos europeos. El domingo, el propio presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, había declarado que hacía falta celebrar ese encuentro para “corregir errores” y que se pudiera caminar con más libertad, aunque también dijo que de esa manera también podría aumentarse el aforo.
Mientras, la empresa responsable sigue sin responder a las quejas de los usuarios y ha evitado hablar en todo momento de las colas y los fallos cometidos. De momento solo aseguran que harán público un balance “en los próximos días” y, posiblemente, ofrezcan una rueda de prensa tal y como les han pedido desde el consistorio malagueño. “Estamos en análisis y reflexión, pero somos conscientes de que hay que dar respuestas”, concluyeron fuentes de la organización.
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