Desastre total en Comic-Con
En el evento en torno celebrado en Málaga solo se divirtieron los invitados VIP


La muy esperada San Diego Comic-Con de Málaga ha sido un caos a la altura del Fyre Festival. La (esperadísima) Comic-Con es la versión española de un evento de clase A celebrado anualmente en San Diego, California. Un evento que giraba en torno a los tebeos, hoy expositor de series y películas de acción y fantasía (franquicias Marvel, D.C., Disney).
Todo mal desde la misma semana en la que se anunció: sin relación directa con el evento matriz, con una generosísima subvención de la Junta de Andalucía, y sin invitados cerrados. Un empresario compró los derechos de uso de la marca, se reunió con unos políticos, y entre robellón y robellón se habló de “ese negocio de los porteros electrónicos”. La empresa organizadora se formó hace menos de un año, y las entradas del evento salieron a la venta el 15 de mayo. El resultado lo hemos visto el pasado fin de semana: un desastre total.
Una organización ineficiente para todo menos para cobrar. Imaginen pagar 55€ (más IVA) por asistir a una charla, y no poder entrar, o tener un QR para una foto (a 90€) y que no haya lectores de QR. Hay aeropuertos en los que se come más barato. Salones de este tipo en España hay muchos, y todos están mejor (he ido a casi un centenar) que este en el que la entrada costaba 50 euros. Recibir 4,5 millones de subvención y montar este sindiós es una vergüenza.
El aterrizaje de la Comic-Con en Málaga es un espejo de todo lo malo que hay en torno a la cultura y al entretenimiento, y de todo lo malo que hay en torno al oportunismo empresarial y político. No entiendo que no se exijan unas garantías cuando hay dinero público de por medio (en eventos, pulseras, o aplicaciones móviles). No entiendo que se haya normalizado que lo más importante de un evento de tebeos sean cuatro actores famosos. Los únicos que se lo han pasado bien son los VIP, y alguno incluso ha tenido la poca vergüenza de reírse de los que sí pagaron la entrada y sí hicieron horas de cola para este despropósito. La organización ha tenido mucha suerte de que el colectivo frikis sea pacífico; esto llega a suceder en un evento deportivo y podría haber acabado en tragedia.
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