La jueza de Huesca da al MNAC hasta septiembre para presentar su calendario de devolución de las pinturas del monasterio de Sijena
Un auto asume la ejecución definitiva de la sentencia avalada por el Tribunal Supremo después de que el museo pidiera conocer “las condiciones de la sala capitular” del centro religioso


La batalla judicial por la devolución de las pinturas murales del Monasterio de Sijena suma un nuevo capítulo. La jueza Rocío Pilar Vargas, magistrada del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca, ha dictado este jueves la orden de ejecución definitiva de la sentencia que obliga al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a restituir las pinturas románicas. El auto asume la petición del Gobierno aragonés para que las obras sean devueltas en un plazo máximo de siete meses, si bien da al museo catalán un plazo de diez días para que presente también su propia propuesta de cronograma. Teniendo en cuenta que el mes de agosto es inhábil, el MNAC podría prolongar su respuesta hasta la primera semana de septiembre, lo que le permite ganar más tiempo para culminar los informes técnicos que quiere presentar ante la jueza para intentar frenar la devolución, poniendo énfasis en la suma fragilidad de las obras del siglo XIII. Algunos de ellos han sido encargados a expertos internacionales.
El principio de vulnerabilidad expresado por el MNAC es asumido por la jueza, que en su auto expone que la ejecución de la sentencia es “especialmente compleja“ y su ”cumplimiento inmediato no es posible”.
Este nuevo paso judicial se conoce casi una semana después de que el pasado viernes 18 de julio el MNAC registrara el último de sus escritos, en el que manifestaba su deseo de conocer las condiciones de la sala capitular del monasterio de Santa María de Sijena, el lugar de donde fueron arrancadas en 1936 las pinturas que cubrían buena parte de sus arcos y paredes como única fórmula para salvarlas de la intemperie. El director del museo, Pepe Serra, ya había dejado claro semanas antes que el proceso de traslado de lo que queda de esos frágiles murales constaba de tres partes (desmontaje, transporte y entrega) y que era imposible elaborar un plan sin conocer cada una de ellas.
El MNAC ha informado en varias ocasiones a la jueza de su “incapacidad técnica” para mover las pinturas sin dañarlas. Como respuesta, el Ejecutivo de Jorge Azcón presentó un escrito en el que incluía un informe sobre la viabilidad del traslado. Aquel plan de trabajo planteaba varias fases de documentación previa y ensayos de procedimiento; redacción de los proyectos de desmontaje, embalaje y traslado; licitaciones de los servicios; y ejecución de los proyectos de desmontaje, embalaje y traslado.
En esa hoja de ruta de los trabajos había presión añadida: el Gobierno aragonés reclamaba 5.000 euros diarios de multa en caso de incumplimiento de los hitos fijados en el cronograma. El auto desestima esa petición, al menos de momento. Además, se advirtió de un posible delito de desobediencia por parte del director del museo, Pepe Serra, y del presidente de su patronato, Joan Oliveras.
La dirección del MNAC ya contaba con la resolución del juzgado durante estos días una vez había concluido el plazo de ejecución voluntaria de la sentencia. En opinión de la dirección, el inicio del procedimiento formal de la ejecución de sentencia no modifica su estrategia, que se basa en la presentación de informes técnicos para tener una evaluación actualizada de su estado y acreditar la complejidad y los riesgos de trasladar las obras hasta el monasterio de Sijena.
La jueza, además del auto que confirma la restitución de los murales, ha dictado una resolución en la que ordena al MNAC a permitir a los técnicos designados por el Gobierno de Aragón a analizar las obras, además de tener acceso a los informes sobre ellas. Cuando accedan al museo, para poder trabajar en condiciones, el espacio de exposición que replica la sala capitular del monasterio de Sijena se tendrá que cerrar al público.
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