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El MNAC ultima una ofensiva de informes técnicos para desactivar la sentencia de Sijena y mantener las pinturas en Barcelona

El museo asegura que es imposible planear el traslado sin conocer las condiciones ambientales del monasterio que las debería volver a acoger

MNAC pinturas de Sijena
Dani Cordero

El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) no da su brazo a torcer pese a la sentencia firme del Tribunal Supremo y llevará hasta el último suspiro su negativa a mover las pinturas románicas de Sijena de sus instalaciones. “Cumplir la sentencia implica someterlas [las obras en litigio] a un alto riesgo de daños”, ha defendido este miércoles el director del museo, Pepe Serra, en su primera intervención pública desde que a finales de mayo se conociera el fallo del alto tribunal. En su opinión, existe ese “riesgo cierto, avalado científicamente” y quiere utilizarlo hasta el final. ¿Cómo? Con la preparación de un bloque de informes técnicos y científicos que desaconsejen el traslado de esas obras, encargados a los responsables de conservación del propio museo, pero también a expertos externos y de prestigio internacional, como la italiana Simona Sajeva, presidenta del Comité Científico Internacional de Pintura Mural de ICOMOS y posiblemente el mayor referente en la materia.

A todos esos informes se sumarán los que suscriban los diferentes técnicos que forman el grupo de trabajo formado por la jefa de conservación del MNAC, Carme Ramells, y expertos en la materia nombrados por la Generalitat de Catalunya, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona. El Gobierno de Aragón retiró a los suyos después de que el MNAC acudiera de nuevo a los tribunales para intentar frenar el traslado y ha solicitado la ejecución forzosa de la sentencia, que el Juzgado de momento ha desoído. En ese nuevo contexto, el museo pretende que cada uno de esos especialistas elabore sus propias conclusiones sobre el estado de las obras y los peligros que entrañan su traslado y que lo firmen, de forma que acrediten su posición desde un punto de vista únicamente técnico.

Dos técnicos analizan las pinturas del monasterio de Sijena en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), este miércoles en Barcelona.

Toda esa batería argumental, que se sumará a todos los documentos utilizados durante la última década, se presentarán a través de un escrito de oposición durante la última ventana legal que abra el instructor judicial. En el MNAC, que cuenta con el concurso de abogados de la Generalitat, consideran que hay precedentes de sentencias no ejecutadas que permitirían zanjar un caso que, en su opinión, atañe a un patrimonio tan valioso como singular. “Es un bien de 130 metros calcinado, con forma curva y de mil años. Los vestidos jurídicos le van cortos, porque es raro”, lo ha descrito Serra.

Pese a que el patronato del MNAC ha manifestado su voluntad de acatar y cumplir con la sentencia que le obliga a restituir las obras del siglo XIII arrancadas en 1936 del monasterio de Santa María de Sijena, considera que tiene que prevalecer la defensa de ese patrimonio considerado Bien de Interés Cultural (BIC). Y cualquier movimiento supone un riesgo difícilmente reparable. Técnicos del MNAC han acreditado unos 40 puntos en los que las pinturas se han deteriorado pese a llevar 30 años en una situación estable en el seno del museo. Sin ese control, sobre todo de humedad, el riesgo podría crecer exponencialmente.

De ahí que, una vez decidida la propiedad del bien por parte de la Justicia, sea esta la que tenga que decidir teniendo en cuenta el criterio de expertos si es viable cumplir la sentencia sin poner en peligro lo que queda de los murales vistieron las paredes de la sala capitular del monasterio de Sijena. El MNAC está en una tesitura: o afronta el posible delito de no preservar un BIC del que conoce su fragilidad o el vinculado al desacato ante una sentencia judicial. “Queremos preservar el bien y también proteger a nuestros equipos técnicos”, ha dicho Serra en la primera comparecencia ante medios de comunicación desde que se conoció la sentencia que ha puesto al museo en uno de los momentos más críticos de su historia.

Serra también ha dejado claro que es imposible efectuar un plan de traslado sin conocer las condiciones técnicas del lugar adonde tendrían que volver las pinturas: la sala capitular del monasterio de Sijena, del que hay dudas de que pueda acoger en condiciones las obras pese a las obras de reforma que asumió el Gobierno de Aragón, con fondos europeos incluidos. El director del MNAC, muy medido con sus palabras, ha señalado desconocer “acreditación técnica o formal sobre el destino” de esos murales y ha aseverado: “No se puede hacer proyecto de retirada sin saber cómo se instalará”. Esa es otra cuestión que tendrá que dilucidar el Juzgado de Huesca.

El MNAC ha esgrimido siempre la extrema fragilidad de las pinturas románicas para evitar su traslado. Su director ha señalado tener “esperanza” de que ese argumento tenga el suficiente peso a ojos de la Justicia para evitar su traslado y la pérdida de unas condiciones ambientales que se han mantenido estables durante las tres últimas décadas. De hecho, para destacar esa debilidad, los técnicos del museo contraponen el estado de las pinturas de la sala capitular extraídas en 1936, y que fueron víctimas de un incendio, con otras profanas arrancadas en 1960 y que también están afectadas por la sentencia. Sobre esas últimas, Serra ha asegurado que no queda otra cuestión que devolverlas, dada que su estado no reviste la misma gravedad que las de la sala capitular que fueron arrancadas tras estar sobre las llamas.

Durante su intervención, Serra ha dejado una pregunta sin responder, depositándola directamente sobre el tejado del Ministerio de Cultura: ¿Por qué no ha elaborado este ningún informe que desaconseje el traslado de los murales de Sijena? “Se ha de preguntar al Ministerio de Cultura”, ha respondido ante la pregunta de una periodista, obviando que se han visto en el patronato del museo. Pero sí ha hecho ademán de cargar contra el Gobierno de Aragón al considerar que presiona con el traslado a conciencia de que “no corre con ningún riesgo” en el cumplimiento de la sentencia, ya que será el MNAC el que tenga que asumir el desmontaje, traslado y entrega final de las pinturas.

Mientras Serra defendía su punto de vista en Barcelona, La Cortes de Aragón votaban a favor seis proposiciones no de ley de PP, PSOE, Vox, CHA, A-TE y PAR sobre la devolución de las pinturas murales del Monasterio de Sijena, mientras que una iniciativa de Podemos no ha sido aprobada. En esos textos se apremia al Gobierno de Aragón a reclamar la ejecución de la sentencia, pero algunas de ellas también piden que se reclamen otros bienes de Sijena y que el Ejecutivo de Jorge Azcón ponga recursos para partidas presupuestarias dedicadas al mantenimiento y rehabilitación de los bienes culturales de Aragón. La proposición no de ley de Podemos rechazada incluía un punto en el que se rechaza “cualquier tipo de coacción” sobre los especialistas designados para consensuar “la mejor de las soluciones posibles al traslado de las pinturas murales” de Sijena.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 
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