Ir al contenido
_
_
_
_

Segundo encierro de San Fermín 2025 | Larguísimo (5 minutos y 22 segundos) y peligroso segundo encierro de los imprevisibles toros de Cebada Gago

Un herido por cornada en la axila derecha y siete contusionados conforman el balance provisional de la carrera

Varios corredores caen mientras son perseguidos por los toros de la ganadería Cebada Gago durante el segundo encierro de los Sanfermines, este martes en Pamplona. Foto: Jesús Diges (EFE)
Antonio Lorca

Larguísimo ―5 minutos y 22 segundos― y muy peligroso ha resultado el segundo encierro de San Fermín, protagonizado por los astifinos e imprevisibles toros de la ganadería de Cebada Gago.

Uno de ellos, de nombre Caminante, de capa negra y 575 kilos de peso, quedó rezagado en la calle Estafeta, ocupada por una muchedumbre que impedía el paso de los animales, y produjo innumerables lances de peligro en distintos momentos del trayecto hasta la plaza. Lo sorprendente es que el balance provisional solo recoja un herido por asta de toro y siete contusionados en hombros, pierna y cara. Las imágenes hablan por sí solas del trabajo a destajo que ha tenido esta mañana el capotillo de San Fermín, que no ha dado abasto para salvar a unos y a otros de los afilados pitones de ese toro, que también ha pasado lo suyo rodeado de extraños, en un terreno desconocido, sin saber hacia dónde tenía que dirigirse.

Han sido muchos los mozos que han sentido cómo los cuernos rozaban sus camisetas, hombros y espaldas sin que, por fortuna, hicieran carne; pero la emoción, primero, y el miedo, después, ahí han quedado para contarlo.

Caminante se ha sentido como gallina en corral ajeno, solo, despegado de la manada, lejos de sus hermanos y conocidos, perdido entre la muchedumbre, que lo llamaba y lo tocaba sin que él conociera las intenciones.

 Uno de los toros de la ganadería Cebada Gago se queda retrasado y los pastores intentan reconducirlo.

Resbalaba una y otra vez en el mojado adoquinado de las calles, daba vueltas sobre sí mismo buscando una salida, lanzaba cornadas en una acera y en la contraria, y su miedo le parecía insuperable cuando pasada el tiempo y seguía perdido en una jungla ruidosa y molesta.

Al final, tras una carrera interminable, Caminante llegó al ruedo, lo que pudo sonarle a algo parecido a la gloria; no era su dehesa querida, no estaban sus compañeros, pero se sentía más libre. Entonces, unos señores con capotes ―los dobladores― lo invitaron a seguir el camino de los corrales. Y lo que no se vio en la tele es el abrazo en el que se fundió con el resto de la manada cuando vio a los demás, todos juntos, sanos y salvos, del ejército enemigo, blanco y rojo, de las calles.

Todo había comenzado minutos antes, cuando el cohete anunció a las ocho en punto la apertura de la puerta de los Corrales de Santo Domingo. Los toros y cabestros estaban despiertos desde el amanecer, prueba de su fuerte carácter, y fueron los bueyes lo que tomaron la delantera, de modo que hasta cinco toros salieron los últimos a escasos metros de la cabeza.

El recorrido por la cuesta de salida fue meteórica, y así continuó a la llegada de la plaza consistorial y hasta la calle Mercaderes. Se palpaba que los corredores estaban al tanto de la peligrosidad de los toros y prácticamente todos los animales corrieron en solitario, mientras que mozos y mozas se pegaban a las paredes.

Así transcurría el espectáculo hasta la curva de Mercaderes; uno de los toros resbaló y creó cierto desconcierto, pero lo sorprendente es que la larga calle Estafeta era un enjambre blanco y rojo que literalmente impedía el paso de la manada.

Ahí fue donde se perdió el toro Caminante y comenzó a defenderse con su única arma posible, los pitones; hubo volteretas impresionantes, atropellos, algunos pequeños montones, barridos por las aceras, y así hasta el túnel de entrada a la plaza, donde el toro ha respirado cuando ha visto el horizonte del ruedo.

Cinco minutos y 22 segundos marcaban los rejones cuando el toro perdido encontró su camino; un encierro largo, demasiado largo, un peligro añadido que solo gracias a la fortuna no ha revestido mayor gravedad.

Así, tras un movido e inesperado paseo matinal por las calles de Pamplona, descansan en los corrales los seis toros atletas de la ganadería de Cebada Gago: Campero, cárdeno de 545 kilos; Puntero, castaño claro de 570 kilos; Caminante, negro entrepelado de 575 kilos; Lioso, cárdeno claro de 580 kilos; Cotorrito, negro, de 520 kilos, y Avanto, negro de 545 kilos.

Esta tarde, a partir de las 18:30 horas, serán lidiados por los diestros Antonio Ferrera, Pepe Moral y Román. Pepe Moral sustituye en el cartel a Víctor Hernández, aún convaleciente de la fractura de cráneo que sufrió el pasado 21 de junio en la plaza de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz. Aunque ya recibió el alta hospitalaria, los médicos le han recomendado un reposo absoluto para garantizar su recuperación.

Tercer encierro San Fermin 2025

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_