Una inspección de Consumo de Andalucía detecta “irregularidades” en Una Partida Más, la compañía que promete y retrasa el regreso del videojuego ‘PC Fútbol’

El saque de inicio se pitó hace más de dos años. Pero el balón sigue clavado en el centro del campo. En febrero de 2023, se anunció el esperadísimo regreso de PC Fútbol, un videojuego que se hizo de culto en los años noventa. Miles de usuarios corearon su entusiasmo en foros, redes sociales y chats. Unos 1.300 hasta se lanzaron a comprarlo por adelantado. Desde entonces, sin embargo, solo se ha movido la fecha de lanzamiento: patada hacia adelante, una tras otra, hasta acumular una veintena de retrasos. El más reciente, hace apenas una semana. Así que, finalmente, ha intervenido un árbitro: la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía confirmó a EL PAÍS que hubo una inspección a la empresa desarrolladora, Una Partida Más, a raíz de una denuncia de una asociación de defensa de los consumidores, y que se detectaron “irregularidades”.

En concreto, una fuente del organismo aclara por escrito: “Con motivo de la denuncia, por parte de la Inspección de Consumo se realizaron actuaciones inspectoras para comprobar los hechos denunciados, habiéndose detectado irregularidades que pueden ser constitutivas de infracciones a la normativa de Consumo”. El siguiente paso consiste en analizar la documentación, las actas de la inspección, así como las alegaciones de la empresa, para determinar qué infracción concreta puede haberse cometido: de todo ello dependerá que se inicie, o no, el procedimiento sancionador. El 23 de mayo el último comunicado oficial en la web de PC Fútbol 8, además de informar del enésimo aplazamiento, pedía “comprensión, ante la complejidad que supone crear una nueva versión de un juego tan mítico”. Pero paciencia y empatía del público se agotaron hace tiempo. Las instituciones sí quieren comprender, aunque un aspecto muy distinto: qué está pasando exactamente.

“Nunca se ha realizado ninguna investigación en nuestra empresa por parte de ningún servicio de Consumo. Lo único que se nos ha solicitado, mediante una consulta puntual, fueron datos generales sobre número total de ventas y devoluciones, y, en concreto, cuántas correspondían a usuarios andaluces. Nuestra respuesta fue clara: no recogemos datos por comunidad autónoma al no tener obligación legal de hacerlo en las precompras. No se nos ha pedido documentación adicional ni aportado ninguna indicación de que exista expediente abierto alguno”, responde por correo electrónico Héctor Prats, al frente de Una Partida Más. Y agrega: “Entendemos el interés que puede generar cualquier información vinculada a PC Fútbol, pero también queremos expresar nuestro cansancio por la desinformación y el acoso”. Prats recuerda, además, que él mismo decidió detener desde agosto de 2024 la venta del juego, “por responsabilidad empresarial, precisamente para evitar confusiones y especulaciones”.

PC Fútbol convierte al jugador en responsable total de un equipo de las principales ligas europeas de balompié masculino: de la plantilla a la relación con la prensa, del estadio al mercado de fichajes, sobre el usuario recae el peso de contentar tanto a la afición como a las cuentas. Y de demostrar desde el banquillo aquella convicción que cualquiera cultiva en secreto desde el sofá: la de ser el mejor entrenador del mundo. Cada cual podía buscarse su reto ideal: encumbrar a un equipo de aficionados hasta la cima del fútbol mundial; juntar estrellas galácticas y lidiar con sus egos; descubrir y cultivar el nuevo Messi, venderlo a peso de oro, fichar otro proyecto de genio, y vuelta a empezar. De ahí, precisamente, el nombre de la empresa que ahora intenta rescatarlo: Una Partida Más.

La compañía original, Dinamic Multimedia, editó siete entregas entre 1992 y 1998, al ritmo de una al año. Poco a poco, se ganaron un sitio en la historia de los videojuegos. Y en el corazón de millones de aficionados, que compartían trucos y sugerencias igual que los cromos en el colegio y anhelaban al jovencísimo portero Mickael Landreau o el extremo ruso Andrei Kanchelskis. La empresa cerró en 2001, PC Fútbol ya no tuvo más capítulos, pero se quedó en la memoria de sus jugadores. Sinónimo de nostalgia, disfrute, de un fútbol más auténtico y pasional, incluso de juventud. Lo que celebró un reciente libro de Albert Traguany, editado por Game Press. Y a todo eso apelaba el mensaje en la red social X (entonces Twitter) que silbó el inicio de una nueva era, el 7 de febrero de 2023: “Os prometemos que habrá PC Fútbol 2023 y que lo construiremos juntos. Con los usuarios, por primera vez”.

El comienzo, de alguna manera, anunció lo que se venía. Eso sí, en otro sentido. El debut previsto pasó pronto al año siguiente, y PC Fútbol 2024, el proyecto que debía hacerse junto con el público, fue cancelado. De sus cenizas surgió PC Fútbol 8: no tendría apenas licencias de equipos, ligas y jugadores reales; lo montaría un pequeño equipo de desarrolladores; y al frente estaría Prats, que ya estuvo entre los impulsores de otra recuperación malograda en 2004. Lo cierto es que más de 1.300 seguidores compraron enseguida, por 25,94 euros, la promesa de una entrada para el partido que les hizo felices. La pasión, al fin y al cabo, no entiende de cálculos. “No se discute, se ama”, por decirlo con un célebre lema futbolístico, el de la Roma.

Las puertas al estadio de los sueños, sin embargo, siguen cerradas. En abril de 2024, los “patrocinadores” recibieron un correo que informaba de trabas. “Entendemos que esta noticia puede ser una sorpresa negativa […] Estamos convencidos de que estas mejoras harán que la espera merezca la pena”, se lee en el mensaje, compartido públicamente como otros muchos en la web satírica PC Excusa. Fue el primero, pero hubo muchos más.

“Es la última vez que lo aplazamos” (15 de mayo de 2024); “el 7 de junio es la fecha definitiva”; “Es cuestión de horas”, “Somos conscientes de que esta no es la primera vez que nos encontramos con retrasos” (hace dos semanas). El sistema de input, una cadena de archivos, problemas con créditos, base de datos o el simulador figuran entre los obstáculos surgidos. El 6 de noviembre, el usuario Eboke pudo retransmitir en la plataforma Twitch una prueba exclusiva de una versión demostrativa del juego. Duró unas dos horas, algo más que un partido de fútbol. Dio tiempo a comprobar que el título existía y tenía un esqueleto, pero también se bloqueó en un par de ocasiones sin guardar la partida, su equipo ganó 5-0 pese a colocar a un delantero en la portería y tanto los gráficos como la inteligencia artificial del simulador desataron vídeos satíricos con la música del Benny Hill Show de fondo. De la web oficial desapareció primero la fecha de lanzamiento, y luego Prats prefirió retirar la posibilidad de adquirir el juego. Mientras, sin embargo, la credibilidad del proyecto ha sufrido una goleada.

El propio Prats, en una rueda de prensa digital hace un año, explicó que buena parte de los compradores tempraneros había pedido, y recibido, su dinero de vuelta: “Yo no sé cuánto se cree la gente que hemos ingresado, pero está en alrededor de 35.000 euros en preventas, de los cuales se habrán devuelto unos 15.000 y quedan unos 20.000, de los cuales habrá unos 2.000 por devolver. Esto es así a día de hoy”. También declaró: “Yo estoy dejándome la piel, estoy dejándome el dinero. He dejado el trabajo, no estoy cobrando de esto y se me está acabando mi propio dinero […]. Sin la presión que tenemos, todo el mundo hubiera trabajado mejor”.

Desde entonces, ya fuera en algún medio o en el foro PCFutbolMania, del que es administrador, ha reiterado que el juego sigue adelante, reconocido algunos fallos, pero también lamentado los insultos y amenazas recibidos, así como culpado a trabajadores de su equipo que torpedearon el proyecto. La fecha real de lanzamiento sigue en el aire y ahora se suma otra incógnita: el desenlace de la inspección. Mientras, en el foro de aficionados Elotrolado el debate sobre PC Fútbol suma 639 páginas y nuevos mensajes cada día. A estas alturas, la mayoría se ríen de Prats y del proceso. Hay incluso quien le agradece al desarrollador tantos buenos momentos de diversión. En el fondo, es lo que le pedían al videojuego.