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Ropa de diseño a precio de mercadillo

Una selección de 27 creadores emergentes presentan sus nuevas colecciones en Madrid

Destino clandestino. Así ha bautizado Pepa Iturriaga el encuentro de 27 diseñadores -jóvenes, otros no tanto- con varias cosas en común. Que su nombre no aparece en los circuitos "oficiales" de la moda española, que ejercen de creativos, productores y empresarios y que su ropa está hecha para la gente de la calle. El showroom Destino Clandestino se ha instalado en Travesía de San Marcos, 8 y hasta el martes ofrecerá ropa y accesorios muy "urbanos, cómodos y a buen precio", afirma su precursora Pepa Iturriaga.

"Es ropa que le sienta bien a muchos cuerpos", dice Andrea Álvarez, argentina de 35 años, mientras ella misma modela una falda de vaquero que tiene doble uso o doble look: un bolsillo grande en azul celeste al centro de la prenda o con un simple giro dos bolsillos pequeños y prácticos. Blusas, faldas y pantalones en algodón en las que predominan los colores fuertes y el estilo vintage "Ofrecemos piezas reversibles, giratorias, de doble uso, así la gente compra una prenda pero tiene varias opciones", agrega. Junto a Mariela Berembaum, regenta la firma Berembaum. Andrea vive en Madrid hace ocho años y Mariela permanece en Buenos Aires, así que el trabajo creativo se hace virtualmente. Producen la ropa en Argentina y luego se distribuye en tiendas de Madrid, Barcelona, A Coruña y en los showrooms como Clandestino, que son clave para darse a conocer, "el año pasado vendimos unas 200 piezas a precios entre 25 y 60 euros".

El colombiano Freddy Gaviria salió muy joven de Colombia para estudiar diseño de moda en Milán. Tras completar un curso de historia de la moda en Madrid, decidió probar suerte en España. Ahora tiene un pequeño taller con varias máquinas y un solo operador: él mismo. Diseña, corta, cose, filetea y hasta da las últimas puntadas a mano que requieren sus diseños. Lo hace porque le gusta y porque así se asegura de la calidad de las piezas, "no me gusta la etiqueta de diseñador emergente asociado a prendas mal acabadas" afirma enfáticamente. En este showroom presenta algunos de los diseños de otoño/invierno que estrenó en el pasado Ego de Cibeles. "Vestidos con la silueta de los años 60, una especie de nuevo minimalismo, con escotes profundos para combinarlos con tops de colores más subidos". Para el verano, este diseñador-sastre se decanta por lo clásico. Propone faldas drapeadas "con evocaciones a la ropa interior del siglo VXIII", en algodón, lino y seda.

Entre accesorios, tocados para el cabello y sobreros también está la ropa de Pappadam. "Ropa para gente desenfadada y que necesita combinar sus piezas de armario para ir a la oficina". Así define Verónica Gijón sus diseños. En el mercadillo de San Marcos, 8 esta madrileña estrena su colección de verano marcada por las rayas, las flores y los estampados abstractos en colores atrevidos y chillones. Agrega telas caladas, cristales swarosky y sedas estampadas, como un plumazo de fantasía. Papadam es el nombre un pan tradicional de la India. Verónica lo escogió por su sonoridad y porque "es una palabra que se puede decir en todos los idiomas". Y si que se dice. Los pantalones turcos "elegantes" y estilizados de Pappadam se comercializan en tiendas de España, Alemania, Francia, Italia, Inglaterra y Grecia. El diseño es netamente español con influencias claras orientales y la producción se hace íntegramente en Tailanda.

Otros 23 diseñadores españoles completan la oferta a la que se suma por primera vez Define Romance, una firma tailandesa que se estrena en el circuito de Destino Clandestino, que ya completa seis años acercando la moda de los nuevos diseñadores a compradores de Madrid, Valencia, Barcelona y Sevilla.

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