La Fiestas de Gràcia vuelven a evidenciar el malestar del barrio con el turismo: “Están alterando un entorno al servicio del turista”
La primera noche de una celebración marcada por las altas temperaturas y las aglomeraciones concluye sin incidentes

Las altas temperaturas y una humedad bochornosa se han cernido sobre Barcelona la noche del viernes a sábado, pero no han impedido que miles de personas salieran a las calles para visitar el gran reclamo de agosto: los trabajados decorados de las Fiestas de Gràcia. Todavía no daban las 20.00 cuando los demonios y dragones de las colles de foc ya escupían llamas por la calle de Travessera de Gràcia. Tras una larga marcha de música popular, gigantes y batucadas, el dragón del legendario Antoni Gaudí daba inicio al tan esperado correfoc, un acto popular que el año pasado no se celebró por el conflicto entre comisiones y Ayuntamiento. Pero el dragón de Sant Jordi advertía a los miles de turistas de que su presencia no es bienvenida en las fiestas con una pegatina al frente que leía: Tourism kills the city (el turismo mata la ciudad).
A los empujones involuntarios por hacerse con una instantánea del desfile, normalmente les seguía un sorry (disculpe, en inglés). Las llamas y las chispas del correfoc perdían entidad entre un mar de flashes procedentes de los smartphones de los visitantes que causaban un visible malestar entre los vecinos. Y es que un año más, la tensión se ha palpado en el ambiente del céntrico barrio barcelonés por la masificación turística y la consecuente gentrifricación. “Están alterando un entorno al servicio del turista. Las fiestas han pasado de ser algo popular y local a un reclamo turístico que asfixia al barrio”, denuncia Jan, miembro del grupo de hip hop en catalán Lírica de Trobadors, quien actuará en la calle de la Perla este sábado.
El minucioso decorado de cada una de las calles no es el único protagonista de las fiestas que se celebran entre el 15 y el 21 de agosto. Grafitis, pancartas y carteles cuelgan estos días de los balcones y las fachadas para lanzar un claro mensaje al Ayuntamiento de Barcelona, que recibió abucheos durante el pregón del jueves con un claro mensaje: “Fuera la especulación inmobiliaria”, aunque la denuncia por el genocidio en Gaza también ocupa gran parte de las reivindicaciones vecinales. El más destacado quizás es el que cuelga en la plaza del Raspall: Tourists, you’re not welcome (Turistas, no sois bienvenidos), aunque los miles de visitantes extranjeros no parecieran darse por aludidos por la consigna.
De las 23 calles decoradas, destaca especialmente la calle del Progrès, clara candidata a ganar el concurso y cuyo veredicto se hará público el 18 de agosto. Bautizada este año como “Progrefoc”, los visitantes se agolpaban a la entrada formando largas colas para poder adentrarse en esta pequeña calle vestida de fuego, lava y criaturas infernales. Unos metros más abajo, en la calle de la Llibertat, el paisaje cambia radicalmente. Nada más torcer la calle, a la izquierda, el sabio Yoda y el gigante Chewbacca custodian la entrada hacia universo de Star Wars obra del cineasta George Lucas, otro de los grandes reclamos de esta edición.
No obstante, tanto decoradores como restauradores han mostrado su desacuerdo durante la primera noche ante la prohibición de sacar los tiradores de cerveza, barras y neveras a la calle durante las fiestas, algo que sí hicieron en las anteriores ediciones. Para los más de 120 restauradores del barrio, la semana de fiestas supone entre un 15 y un 20% de la facturación anual, por lo que la prohibición puede implicar una importante pérdida de ingresos. Ana, coordinadora de la comisión de la calle de la Fraternitat, engalanada con elementos de un bosque de hadas, reconoce que cada año es más difícil recaudar fondos para la siguiente campaña debido al incremento de las prohibiciones. “Llevamos noches sin dormir. Esto lleva muchísimo trabajo detrás”, explica. Además, esta decoradora insiste en que hace años que hay personas que ya no residen en la Vila de Gràcia por el coste de vida, pero que siguen contribuyendo a la celebración.
Una noche sin incidentes
A pesar del malestar generalizado por la masificación y las prohibiciones del consistorio, la primera noche de celebraciones se ha saldado sin ningún incidente reseñable, según confirman los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana, y por el momento, el Ayuntamiento no ha concretado las cifras de asistencia.
En cuanto a movilidad, la primera jornada ha transcurrido tranquila, con el servicio de metro y autobús a pleno rendimiento durante toda la noche y sin aglomeraciones reseñables en ninguna de las estaciones. Respecto a los puntos lilas repartidos por la zona, tampoco consta ningún episodio destacable.
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