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El cambio climático amenaza los castillos del valle del Loira

Los fenómenos extremos de sequías e intensas lluvias ya están haciendo mella en estas joyas del Renacimiento francés vertebradas sobre el río

Amboise, valle del Loira (Francia)

En el Valle del Loira, el imponente castillo de Chennonceau, una de las joyas del Renacimiento francés y de los más visitados de la zona, se alza sobre el río Cher, afluente del Loira. Construido en el siglo XVI, sus cimientos siempre han estado sumergidos y debe ser así para evitar que la madera se pudra en contacto con el aire. En 2019 ya hubo que reflotarlo abriendo la presa más cercana, porque la sequía amenazaba los pilares que sostienen sus puentes. En el castillo real de Amboise hubo que hacer esta primavera trabajos urgentes de consolidación, en este caso porque, debido a las fuertes lluvias, más de 6.000 toneladas de tierra amenazaban con derrumbarse en una de sus fachadas.

Uno de los encantos de los llamados castillos del Loira es que los vertebra el río, aunque esto es también lo que hoy los hace más vulnerables al cambio climático. Los periodos de fuertes precipitaciones combinados con los de sequía extrema son cada vez más frecuentes en esta región y ponen en peligro las estructuras de estos monumentos, según alerta la organización Reseau Action Climat (RAC).

En un informe sobre las consecuencias del cambio climático en el patrimonio nacional, advierten de que los castillos renacentistas son especialmente vulnerables “pues están más expuestos a las variaciones hídricas”. Benjamin Crettenand, responsable de concienciación sobre cambio climático de la organización, explica que “son terrenos que, por su composición, sufren más los problemas de erosión provocados por la sequía y también las lluvias intensas, que van en aumento y amenazan con generar deslizamientos de tierra e incluso la destrucción de infraestructuras”.

El Valle del Loira es, “de lejos, la región de Francia más afectada por el fenómeno de expansión de las arcillas”, según la organización. “En estos suelos, los periodos de precipitaciones intensas contrastados con los de sequía provocan variaciones en el volumen del terreno, como pequeños movimientos, que generan fisuras que debilitan los cimientos”, resume Crettenand.

Más de 20 millones de franceses (sobre una población de 68 millones) están expuestos a las consecuencias de este fenómeno, que no sólo amenaza el patrimonio, sino también los edificios y viviendas, pues hay riesgo de desplome. En la región del Loira esto concierne al 67% de la población. El número de incidentes relacionados con este problema ha aumentado un 145% en las últimas dos décadas, según la Oficina de investigación geológica y minera (BPGM).

El Castillo de Azay-le-Rideau, en el departamento de Indre-et-Loire, Francia.

Karine Gloanec, consejera regional de turismo del Valle del Loira, admite que en los últimos años “hay una creciente preocupación por los castillos, pues estos periodos de sequía o fuertes lluvias son cada vez más frecuentes”. Y añade: “Los pilares de los cimientos son muy antiguos y soportan mal estas variaciones hídricas”. Las sequías frecuentes degradan el suelo y disminuyen su capacidad de absorción de la lluvia. Además, “están más expuestos a las catástrofes climáticas, en caso de que el río se desborde”, dice.

La amenaza ya es tangible. El pasado mes de febrero, el riesgo de derrumbe de la muralla sureste del castillo de Amboise, cuya construcción empezó en el siglo XV y donde está enterrado Leonardo Da Vinci, obligó a desalojar a más de medio centenar de personas y realizar trabajos urgentes de consolidación de la estructura de 2,5 millones de euros. Este castillo lo visitan unos 400.000 turistas al año. “La sequía debilita los pilares, pero el caudal del río puede crear también una fuerte presión sobre los mismos”, recuerda Karine Gloanec.

Esta ciclotimia climática no afecta sólo a los castillos, sino también a los impresionantes parques que los rodean. Es el caso del jardín del de Azay le Rideau, diseñado en el siglo XIX y que cuenta con especies que soportan mal los periodos de sequía. Esto, denunciaba su administrador, Benoît Grécourt, ha provocado la presencia de algas invasivas en torno al edificio, lo que obliga a los equipos de jardinería a tener que estar constantemente limpiando el perímetro. Una de las opciones que se exploran es la de sustituir las especies presentes por otras que requieran menos agua.

Según los cálculos de la consejería de turismo, al menos la mitad de los 150 castillos del Valle del Loira (no hay una lista oficial) están afectados por alguno de estos problemas vinculados al cambio climático. “Hay una reflexión conjunta, con otros países de la UE, sobre cómo podemos adaptarnos, incluso repensar el turismo”, explica Karine Gloanec. Los 42 castillos más conocidos de la zona reciben unos cinco millones de visitantes al año.

Fórmulas para proteger el patrimonio

La consejera explica que se ha creado un grupo de trabajo a nivel europeo con otras regiones turísticas y más afectadas que otras por el cambio climático, entre las que está Valencia, para abordar soluciones y “estudiar fórmulas para proteger el patrimonio. Se trata de compartir experiencias para afrontar este desafío y ver cómo financiarlo”, explica Glouanec.

Étienne Barthélémy, arquitecto jefe de monumentos históricos, ya advirtió de que “hay una necesidad significativa de hacer reparaciones en todo el patrimonio y esto es más necesario en algunos edificios”.

La región, junto con el sur de Francia, es de las más afectadas por la ola de calor de esta semana en el país, con temperaturas que han superado los 40 grados. La prefectura del Loira (la delegación del Gobierno en la zona) ha elevado la alerta por sequía, ante “el agravamiento de la situación por la ausencia de precipitaciones y las elevadas temperaturas”.

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