Crece la revuelta científica contra Trump: 150 trabajadores de la Fundación Nacional de Ciencias denuncian su “desmantelamiento”
Los firmantes alertan de que los recortes salvajes harán que China sea el líder científico mundial, en el cuarto manifiesto similar en un mes tras los de la NASA, los Institutos Nacionales de Salud y la Agencia de Protección Ambiental


El tijeretazo anunciado por el Gobierno de Donald Trump del 56% al presupuesto de su Fundación Nacional de Ciencias “paralizaría la ciencia estadounidense”, según alertan en una carta abierta 150 trabajadores de esta agencia gubernamental, que en sus 75 años de historia ha financiado las investigaciones de 262 ganadores del Premio Nobel. Los firmantes denuncian “el desmantelamiento sistemático” de la entidad, con un recorte presupuestario que superaría el 70% en biología, ingeniería y educación científica. “De llevarse a cabo, socavaría el liderazgo científico de Estados Unidos y eliminaría la financiación para más de 250.000 investigadores y estudiantes”, advierte el texto, en línea con otros tres similares emitidos en el último mes por trabajadores de la NASA, los Institutos Nacionales de la Salud y la Agencia de Protección Ambiental. Es una rebelión científica sin precedentes.
En la fundación, con 9.000 millones de dólares de presupuesto anual, hay miedo. El Ejecutivo de Trump despidió en febrero a más del 10% de la plantilla, de manera tan arbitraria que un tribunal federal ya ha ordenado la reincorporación de algunos empleados. Solo uno de los 150 firmantes de la carta se atreve a figurar públicamente con su nombre y apellidos: el español Jesús Soriano, que estudió Medicina en la Universidad de Alicante y trabaja desde 2012 en la fundación estadounidense, conocida como NSF por sus siglas en inglés.
“Lo que está ocurriendo en la NSF no se parece a nada a lo que nos hayamos enfrentado antes”, lamenta Soriano, presidente del sindicato de los trabajadores de la agencia. “Nuestros miembros —científicos, responsables de programas y resto del personal— han sido atacados por realizar su trabajo con integridad. Se han enfrentado a represalias, despidos masivos y la retención ilegal de miles de millones en fondos para investigación”, explicó este martes en una rueda de prensa en Washington, junto a la congresista demócrata Zoe Lofgren. “Durante 75 años, la NSF ha convertido este país en un destino para estudiantes, innovadores y ganadores del Nobel. En poco más de seis meses, este Gobierno la ha hecho pedazos”, proclamó Lofgren.
La carta abierta detalla que el Departamento de Eficiencia Gubernamental —dirigido hasta mayo por el hombre más rico del mundo, Elon Musk— ha cancelado más de 1.600 subvenciones ya concedidas, “sin transparencia ni justificación legal”, anulando “miles de millones de dólares en inversiones previas”. Hasta ahora, la NSF, con una plantilla de unos 2.000 trabajadores, presumía de financiar la labor de más de 350.000 personas. Entre mayo de 2024 y abril de 2025, el presidente del órgano de gobierno de la NSF fue el ingeniero español Darío Gil, director mundial del área de investigación de la multinacional estadounidense IBM hasta que Trump lo nombró nuevo subsecretario de Ciencia e Innovación del Departamento de Energía.

Los 150 firmantes, encabezados por Soriano, exigen que se garantice su independencia, que se liberen los fondos retenidos y que los empleados de la NSF estén “protegidos frente a despidos motivados políticamente”, con un sistema laboral basado en el mérito. Los trabajadores han enviado su carta a los congresistas demócratas del Comité de Ciencia de la Cámara de Representantes como una denuncia oficial, para estar cubiertos por la ley de protección a informantes frente a posibles represalias del Gobierno de Trump.
La misiva se une a otras tres similares publicadas en el último mes: una firmada por unos 500 trabajadores de los Institutos Nacionales de la Salud, otra por casi 300 empleados de la Agencia de Protección Ambiental y una más presentada este lunes por otras 300 personas vinculadas a la NASA. Cientos de los firmantes son anónimos por temor a represalias. El Gobierno de Trump ya ha suspendido temporalmente a 139 de los empleados de la Agencia de Protección Ambiental que apoyaron la carta, según ha revelado el diario The Washington Post. Hace cuatro meses, más de 1.900 miembros de las academias científicas estadounidenses —la élite mundial de sus disciplinas— publicaron otra carta abierta en la que denunciaron el “peligro real” que supone “el ataque sistemático contra la ciencia” perpetrado por el presidente Donald Trump.
Los 150 trabajadores de la NSF denuncian que no pueden realizar su labor “bajo un clima de miedo, censura y sabotaje institucional”. Si los congresistas no corrigen el rumbo marcado por Trump, advierten, el daño será irreversible: “Por decirlo en pocas palabras, Estados Unidos cederá su posición de liderazgo científico a China y a otros países rivales”.
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