Los vecinos de ‘La Moneda chica’ de Kast: “Felices de que esté cerca de nosotros”

Se ha transformado en una tradición republicana y esta semana José Antonio Kast se sumó a ella. El lugar donde los gobernantes electos de Chile se instalan antes de asumir el mando, para coordinar tareas y tomar decisiones, es conocido coloquialmente como ‘La Moneda chica’. Una clara referencia al palacio presidencial chileno, donde meses después de su elección entrará como inquilino oficial. Lo tuvo Salvador Allende (1970-1973), Patricio Aylwin (1990-1994) —cuando aún el dictador Augusto Pinochet ocupaba La Moneda— y los que lo sucedieron. Tras su triunfo en los comicios del domingo, Kast ya tiene un nuevo centro de comando en el que operará los 87 días entre su victoria en las urnas y el traspaso del poder del 11 de marzo próximo. Allí definirá sus próximos movimientos e incluso medidas trascendentes, como la designación de los miembros de su próximo Gabinete.

El lugar elegido es una casona en el barrio del municipio de Las Condes, en el sector oriente de Santiago, en la calle La Gloria, a metros de la Avenida Apoquindo, por un lado, y de la Escuela Militar, por el otro. Una arteria de una cuadra cuyos orígenes se sitúan a la década de 1950, cuando era completamente residencial. Hasta hoy las dos vías de la calle están divididas por una franja de vegetación. “El sector se desarrolló sobre antiguas chacras ubicadas al oriente de la avenida Américo Vespucio, con hitos como la construcción de la Escuela Militar y el decisivo aporte de la colectividad española, que adquirió amplios paños para su urbanización y levantó residencias junto al emblemático Estadio Español”, explicaron a EL PAÍS desde el Estudio Brügmann, entidad especializada en patrimonio.

En sus inicios, La Gloria era una calle de elegantes casas familiares. Sin embargo, hoy está poblada por edificios de más de 10 pisos. “Ha cambiado mucho este barrio. Antes había más casas, y en estos años se han construido muchos edificios”, recuerda María Irene Sepúlveda, una diseñadora en vestuario de 69 años, que vive hace dos décadas esta calle. Quedan cinco de esas antiguas casonas y solo una sigue siendo de vivienda. Las restantes cuatro son empresas u oficinas, como aquella con el número 88, que fue arrendada al menos por tres meses como sede del presidente electo de Chile, ‘La Moneda chica’ de Kast.

“Es un barrio tranquilo, muy residencial, de pocas oficinas, de departamentos, donde se ve mucho a la gente caminando diariamente, gente de la tercera edad y también gente más joven que saca a pasear a sus perros”, dice Isabel Ross, abogada de 34 años, que vive hace cuatro en La Gloria. Destaca que el lugar tiene muy buena conectividad, cerca de la estación de metro Escuela Militar, de centros comerciales y de la importante avenida Apoquindo. Precisamente la esquina de Apoquindo con La Gloria era muy conocida en el sector oriente de Santiago porque ahí funcionó durante décadas el Bowling, que cerró sus puertas en 2004.

La casa donde se instaló José Antonio Kast como presidente electo, acomodada hace años para su uso como oficina, estaba en venta hace unas semanas. Su valor era de unos 8.600 millones de pesos (unos 9,4 millones de dólares), según una publicación en un conocido portal en internet de venta y arriendo de propiedades. Según el mismo aviso, la casona, de 1.156 m² de superficie total, se entregaba “totalmente amoblada y lista para operar”. Tiene 98 puestos de trabajo, 31 privados, 18 baños, dos comedores, siete bodegas y 12 estacionamientos. No menciona un dato adicional y estratégicamente relevante: aunque tiene su frente por La Gloria, el terreno se extiende hasta la calle paralela, La Castellana Norte, con una entrada y salida alternativas.

Para muchos de los residentes fue una sorpresa la llegada del nuevo vecino. Corría el rumor de que algo así podía pasar, comentarios que se fueron confirmando al observar trabajos la semana previa a las elecciones en esa casa que estaba desocupada hace meses. Pero el hecho de que ‘La Moneda chica’ esté en su cuadra no es ningún problema. “El barrio en ese sentido ha estado mucho más tranquilo con la presencia de Carabineros [de la escolta] y de los equipos de prensa” apostados afuera de la casa, afirma Francisco Toledo, ingeniero comercial de 34 años, quien vive hace cuatro ahí. “Puede que haya algún trastorno para el barrio, los primeros días, o quizá durante momentos puntuales, pero después la gente se va a acostumbrar y va a volver a ser tranquilo”, sostiene.

La llegada de Kast a La Gloria 88 se produjo el lunes pasado, cuando se reunió con parte de su equipo, pero también hubo vecinos que se acercaron a saludar al futuro presidente de Chile. Desde su ventana, en un edificio del frente, observó todo ese ajetreo María Irene Sepúlveda. “Hacía pasar a la gente al jardín de a poco para tomarse una foto con ellos. Incluso uno de mis nietos bajó, pero no alcanzó a entrar”, comenta entre risas. Las jornadas de trabajo en esas oficinas estarán marcadas por las reuniones, las tareas de coordinación y las visitas protocolares, como las que se produjeron este miércoles: con el arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomali, y con los jefes de Fuerzas Armadas y de las policías.

Ninguno de los vecinos se mostró contrariado por la presencia de ‘La Moneda chica’ en el barrio. Entienden que llegarán curiosos y que habrá mucho movimiento de periodistas, pero “no ha habido gran revuelo o algo que pueda molestar a la gente que vive acá” sostiene Ross. Al contrario, se muestran contentos. “Todo bien. Votamos por él, así que estamos felices de que esté cerca de nosotros”, declara Jaime Beltrami, un empresario jubilado de 65 años, quien vive en esta calle del municipio de Las Condes, donde Kast ganó con el 78% de los votos.