Sale de la cárcel José Zara, uno de los homicidas del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, tras 15 años de prisión
El exbrigadier del Ejército, hoy de 82 años, era parte de la DINA, la policía secreta de Pinochet. En 1974 fue parte de los agentes que asesinaron al matrimonio en Buenos Aires, con un atentado explosivo


La madrugada de este martes, el brigadier en retiro del Ejército chileno, José Zara Holger, abandonó el penal de Punta Peuco, una cárcel ubicada a 150 kilómetros de Santiago, donde cumplen sentencias más de 130 exuniformados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Zara, de 82 años, exagente de la DINA, la policía secreta de Pinochet, que dirigía el exgeneral Manuel Conteras, alias el Mamo, terminó su condena a 15 años por los homicidios, en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974, del excomandante en jefe del Ejército, Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, quienes murieron luego que detonara en una bomba en su automóvil en Buenos Aires, Argentina.
La portavoz de la Administración del presidente Gabriel Boric, Camila Vallejo, tras conocer que el exuniformado salió de la cárcel, ha señalado en su cuenta de X que “como Gobierno lamentamos que el exintegrante de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), José Zara, haya terminado su condena sin contribuir al esclarecimiento del paradero de las víctimas de desaparición forzada. Más aún, en este año, que se cumplen 50 años de la macabra Operación Cóndor, y 51 años del asesinato del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert".
El crimen de Prats, un militar constitucionalista, y su esposa, ocurrido un año después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, fue uno de los tres atentados que la DINA cometió fuera de territorio chileno en contra de opositores a la dictadura. El 5 de octubre de 1975, Bernardo Leighton, exministro del Interior del exmandatario democristiano Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y su esposa Anita Fresno, sobrevivieron, pero con graves secuelas, a un atentado en Roma, donde estaban exiliados, en el que también participaron grupos neofascistas italianos. Y, el 21 de septiembre de 1976, los tentáculos de la dictadura llegaron hasta Washington, Estados Unidos, donde fue asesinado el excanciller de Salvador Allende, Orlando Letelier junto a su asistente Ronnie Moffit, luego que la DINA hiciera estallar una bomba dentro del automóvil en que viajaban.
Como Gobierno, lamentamos que el exintegrante de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), José Zara, haya terminado su condena sin contribuir al esclarecimiento del paradero de las víctimas de desaparición forzada.
— Camila Vallejo Dowling (@camila_vallejo) August 26, 2025
Más aún, en este año, que se cumplen 50 años de la macabra…
La condena en contra de José Zara, cuyo alias como agente era Mauricio Rivera, fue confirmada la Corte Suprema chilena en junio de 2010, aunque le rebajó la pena de 20 a cinco años. La investigación, que realizó el juez chileno Alejandro Solís, determinó que la DINA actuó como una asociación ilícita. La sentencia también recayó en contra de Manuel Contreras, fallecido en 2015, y su segundo, el brigadier en retiro Pedro Espinoza Bravo, quien tiene cientos de sentencias y continúa en prisión en Punta Peuco. También fueron condenados Raúl y Jorge Iturriaga Neumann, Cristoph George Willike y Juan Salgado. Además de la exagente y escritora Mariana Callejas, quien era esposa de Michael Townley, ambos responsables del asesinato de Prats y Cuthbert. Callejas fue sentenciada a cinco años de cárcel, pena que cumplió en libertad. Falleció en 2016, a los 86 años, en una casa de reposo en el municipio de Las Condes, en el sector oriente de Santiago.
Carlos Prats, excomandante en jefe del Ejército, tenía 56 años cuando fue víctima del atentado. Salió de Chile junto a su esposa rumbo a Buenos Aires tras ser alertado de que era seguido por la policía secreta de Pinochet. No se equivocó: la DINA instaló a un grupo de sus agentes, entre ellos el civil Enrique Arancibia Clavel, para que reportara todos los pasos de Prats y su esposa. Como espía, Arancibia usaba el alias de Luis Felipe Alemparte. La justicia argentina lo condenó en 2004 a pena perpetua por el doble homicidio; murió en 2011, asesinado a puñaladas en el departamento en que vivía en la capital de Argentina, mientras estaba en libertad condicional.
Carlos Prats y Sofía Cuthbert tuvieron tres hijas: Sofía, Angélica y Cecilia Prats Ctuhbert. En 2024, cuando se cumplieron cinco décadas del asesinato de sus padres, publicaron el libro Lo que tarda la justicia (Editorial Debate): “Han pasado 50 años y tenemos la certeza y la comprobación jurídica de que Carlos y Sofía fueron unas de las primeras víctimas de un engranaje internacional siniestro en el que participó un jefe de Estado, funcionarios diplomáticos, oficiales de Ejército, terroristas de extrema derecha y un sinúmero de personas faanáticas”.
Una cárcel controvertida
En su su última Cuenta Pública, del 1 de junio, uno de los principales anuncios que realizó el presidente Boric fue la transformación de Punta Peuco, donde el 80% de los uniformados que están presos supera los 80 años, en un penal común.
Boric recordó que fue en 1995 —en el Gobierno del democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle(1994-2000)— que se autorizó la construcción de la cárcel. “Era otro Chile y desde mi punto de vista no existe justificación para ese privilegio”, señaló.
Punta Pueco es, precisamente, la cárcel de la que acaba de salir José Zara.
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