Ir al contenido
_
_
_
_
elecciones primarias
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuesta arriba

Si bien Chile tiene margen para crecer a mayor velocidad, hoy las dificultades que enfrenta el país son mayores y de distinta naturaleza a las que había hace unos años

El interior del local de música 'Crown Plaza' en Santiago, muestra un ambiente vacío, en octubre de 2024.

A menos de cinco meses de la primera vuelta presidencial de noviembre y a pocas horas de las primarias del oficialismo la temperatura en la escena política chilena naturalmente sube y en esa escalada, cosa no tan obvia en procesos anteriores, el debate económico ha tenido amplio protagonismo.

Un protagonismo bienvenido, como también lo es el consenso que se aprecia en los contendores respecto de la urgente necesidad de que el país salga del pozo de bajo crecimiento en que está empantanado desde hace más de una década. No obstante, en el área chica el debate sigue dejando que desear y un regusto a gira internacional por modelos externos, donde Suecia, Noruega, Singapur, Irlanda e Islandia son destinos comunes, en circunstancias que el viaje a Portugal o España en que muchos políticos se embarcaron no sólo está lejos de terminar, sino que la meta se ve cada vez más lejos.

Es en este ambiente que en los últimos días se han conocido algunos análisis independientes que debieran captar mayor atención entre quienes aspiran a dirigir el país, ya que develan no sólo dónde realmente hay que poner más energía, sino que también cuán cuesta arriba es el trabajo que se deberá acometer para zafar de las arenas movedizas del estancamiento de la última década.

El primero de dichos análisis está contenido en un conciso y preciso documento elaborado por dos expertos del FMI, quienes aseguran que si bien el país tiene margen para crecer a mayor velocidad (como lo hicieron otras naciones que en el pasado alcanzaron un nivel de ingresos comparable al nuestro), hoy las dificultades que enfrenta el país son mayores y de distinta naturaleza a las que había hace unos años, como son la tendencia demográfica al envejecimiento de la población y la coyuntura de evidente desaceleración de la economía mundial.

En cifras, el documento de los expertos del FMI estima que el país afronta un “lastre demográfico” (envejecimiento poblacional y sus consecuentes efectos en participación laboral) que “reduce por sí solo el crecimiento potencial de Chile en 0,25 puntos porcentuales”; mientras que las contingentes circunstancias del ciclo productivo internacional y sus efectos, entre otros, sobre el crecimiento de Estados Unidos amagan las perspectivas de Chile, donde una posible menor expansión norteamericana de un punto en la próxima década podría producir un retroceso adicional de 0,8 puntos porcentuales en el crecimiento potencial de Chile.

Si se conecta este análisis con las proyecciones contenidas en el reciente Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central (que acaba de refrendar rangos modestos de expansión del PIB en 2026 y 2027 de entre 1,5% y 2,5%) no deja de tener sustento el deprimente pronóstico que anticipan los expertos del FMI, que “sugiere un crecimiento tendencial a largo plazo de alrededor del 1,9%”, de mantenerse los supuestos del análisis.

En suma, un panorama mal aspectado, al que se podrían añadir un sinnúmero de ingredientes ampliamente conocidos que dificultan la capacidad de salir del hoyo, uno de cuyos síntomas menos mencionado es el dramático problema de productividad que arrastra el país por años. Al conocido diagnóstico de los casi 16 años en que la productividad no ha realizado aportes al crecimiento (Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, enero 2025), hace unos días Clapes UC añadió evidencia fresca con su Índice de Productividad del primer trimestre 2025, que anotó una variación interanual nula.

Hoy son el tamaño del Estado, la burocracia del aparato público, la eficiencia del gasto fiscal, las indemnizaciones por años de servicio, el “impulso a la demanda”, los impuestos y las contribuciones los temas que animan el debate. Todos temas necesarios de abordar y en que los electores necesitan saber qué se propone. Sin embargo, hay un par de ingredientes contextuales que se mencionan en el análisis del FMI que deberían tenerse en cuenta: que el estímulo macro de corto plazo hoy no es alternativa y que las medidas estructurales por el lado de la oferta (no la demanda, hay que decirlo) son necesarias.

La lista de mecanismos a los que echar mano que incluye el documento del FMI pueden parecer menos sexy o quizás demasiado manoseadas (y sin reales avances por años), pero no dejan de ser importantes en el debate: un mayor gasto en I+D (Chile registra cerca de 0,4% del PIB en esta cuenta mientras el promedio de la OCDE anota un 2,75%), mejorar la eficiencia regulatoria y la entrega de permisos y estimular la participación laboral mejorando el acceso a los servicios de cuidado infantil, en donde es sabido que el debate en torno a la sala cuna universal ya se ha extendido por más de 15 años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_