Nace Violeta, la primera hija del presidente chileno Gabriel Boric y Paula Carrasco

A sus 39 años, el presidente chileno, Gabriel Boric, se ha convertido en padre: este miércoles en la noche ha nacido Violeta, su primogénita. Su pareja, la química ambiental de la Universidad de Chile y funcionaria del ministerio del Medio Ambiente, Paula Carrasco, de 31 años, ha dado a luz en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el único hospital universitario público del país sudamericano, también conocido como el Jota Aguirre. El nacimiento de la güagüa -como se le dice en Chile a los bebés- llega a menos de nueve meses de que el mandatario de izquierdas finalice su Administración, en marzo de 2026. Boric hará uso de los cinco días de permiso de postnatal masculino que rigen en la ley chilena. La pareja, que actualmente vive en el céntrico barrio Yungay -un sector bohemio y con mucha historia, pero afectado por la delincuencia- tiene previsto mudarse “en un tiempo más” al municipio de San Miguel, en la zona centro-sur de la capital, cerca de los abuelos de Carrasco y de plazas, almacenes y jardines infantiles.

Al menos en las últimas décadas, ningún presidente chileno se ha convertido en padre mientras gobierna: la prensa chilena recuerda que el último mandatario que tuvo hijos en el ejercicio del cargo fue Carlos Ibáñez del Campo, quien en 1928 y 1930 tuvo a sus hijos Margarita y Ricardo. Los funcionarios de La Moneda advierten por estos días la alta expectación que ha supuesto, tanto en Chile como en el extranjero, el nacimiento de la niña. No resulta evidente el impacto que este hito biográfico tendrá en la propia imagen de Boric, aunque en el Gobierno se asume que será positivo.

El mandatario chileno y Carrasco, una deportista de alto rendimiento, seleccionada nacional de baloncesto, se conocieron en el marco de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023. La presentación oficial de la pareja ocurrió en el inicio de las celebraciones de las Fiestas Patrias en septiembre del año pasado, cuando arribaron tomados de la mano a la inauguración de las fondas del parque O’ Higgins en Santiago y luego una cueca -el baile tradicional chileno-, el presidente Boric la besó públicamente.

Casi tres meses después, el 4 de diciembre, Boric subió una imagen de una ecografía a sus redes sociales, con un texto que decía: “La vida y sus bigbanes. Traerás a junio cada primavera, puntito. En tu espera, y siempre, daremos lo mejor de nosotros para que el Chile que te toque vivir sea más justo y feliz. Te amamos”.

Cuando se anunció el embarazo, la pareja vivía en casas separadas. En abril, días antes de que comenzara el prenatal de Carrasco, quien ya tiene un niño de siete años, ambos se mudaron a la casa donde vive el presidente en el barrio Yungay desde que llegó a La Moneda. Boric, nacido en Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, cuando era diputado y antes de asumir la Presidencia alquilaba un piso en el histórico y turístico barrio Bellas Artes, en el centro de Santiago. El mandatario eligió para vivir el primer barrio que se creó en la República, a mediados de 1800, marcando una diferencia con sus antecesores, que vivieron en el sector oriente de la ciudad, porque casi todos tenían familias y sus viviendas propias. Boric -que asumió con 36 años recién cumplidos- no tenía una residencia fija.

Ha trascendido que la pareja Boric Carrasco planea comprar una casa dos calles al sur del inicio del barrio El Llano, la zona más acomodada de San Miguel, una comuna de clase media. La propiedad en cuestión, de 1938, tiene una arquitectura estilo Tudor -como si fuera un castillo inglés- y está ubicada en un terreno de 792 metros cuadrados, de los cuales 235 son útiles. Está tasada en más de 500 millones de pesos (unos 529.000 dólares).

Durante el embarazo, fueron contadas las ocasiones en que la química ambiental acompañó al presidente en actos oficiales, pero sí se los vio juntos en lanzamientos de libros y obras de teatro. El último acto público en el que participó Carrasco fue la Cuenta Pública del mandatario celebrada el 1 de junio en el Congreso de Valparaíso, donde él le habló “a la Violeta del futuro” y luego le envió un beso a su pareja sentada en las butacas. “Quiero decirle a estos niños y niñas que sueñen, que jueguen, que se expresen, porque Chile también es de ustedes”, añadió.

En una entrevista con T13 Radio a comienzos de junio, el presidente Boric sostuvo que le gustaría ser un padre presente, que su hija pueda ser independiente de juicio y se forme un buen criterio y que se sienta querida. “No quiero que sienta que le impuse una manera de ser y que no cargue con mis traumas ni mis errores. Que, siendo Violeta Boric Carrasco, el peso del apellido por ser una figura pública le sea leve y que pueda desarrollar sus propias virtudes más allá de quién soy o fui yo”, afirmó. “Espero que no termine siendo la hija de, sino que yo termine siendo el papá de... Que a ella la reconozcan por sus propios méritos”, agregó. Además, destacó que junto a su pareja, Paula, trabajarán en conjunto para criar a Violeta: “No me cabe ninguna duda, los dos vamos a trabajar juntos en eso”.

Boric dejará la presidencia con 40 años y su base sólida de apoyo en torno al 30% durante los tres primeros años de su Administración dejan ver un papel futuro clave en la nueva izquierda chilena: ya sea para la elección de 2029 -no puede presentarse a la reelección de forma inmediata- o incluso en la siguiente, la de 2033. En el programa de televisión Tolerancia 0, adelantó: “Yo haré mis mejores esfuerzos y ejerceré mis mejores oficios después de seis meses de dejado el cargo, donde espero dedicarme a muy tiempo completo a la familia, a transmitir las experiencias desde el Gobierno”.