El rey Baltasar, acompañado de 20 refugiados de Open Arms en Reus

La carroza del rey Baltasar fue foco de atención en la cabalgata de Reus. El rey negro y sus pajes repartieron tantas sonrisas y puñados de caramelos como sus colegas Melchor y Gaspar, entre todos lanzaron unas seis toneladas de dulces, pero la comitiva de Baltasar recorría las calles de Reus tras haber realizado un viaje muy largo y calamitoso.

Baltasar y sus pajes pertenecían a un grupo de refugiados que el pasado verano fueron rescatados por un barco de la ONG Open Arms, que los auxilió cuando trataban de cruzar el Mediterráneo en patera. Habían salido de Libia y, tras ser rescatados por Open Arms y rechazados por Italia, terminaron en Barcelona. Pasaron los primeros días de su estancia en Cataluña en Esplugues de Llobregat pero, más tarde, la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado, CCAR-CEAR, asumió su tutela y los derivó a un centro residencial de Reus, donde han estado viviendo desde entonces.

La capital del Baix Camp era una de las ciudades catalanas que tenía por costumbre ayudarse de pintura negra para maquillar a su rey Baltasar pero este año se ha sumado a la campaña #Baltasardeveritat, impulsada por Casa Nostra Casa Vostra, y consideró oportuno escoger a personas de raza negra para que guiasen la carroza real. Se trata de una iniciativa que también han seguido ciudades como Girona, Valls, Cervera, Solsona o Tremp. En Reus, la presencia del grupo de refugiados rescatados por Open Arms motivó que el consistorio les propusiese a una veintena de ellos que formaran parte de la cabalgata real. Hubo que explicarles algunas nociones sobre la magia de la fiesta pero la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado valora la experiencia de manera muy favorable y apunta que estas acciones muestran "la parte positiva de los refugiados" y propician "la integración" de los migrantes en la sociedad que les da acogida.