La Compañía Nacional de Danza recupera la excelencia del virtuosismo
La formación pasea por la historia del neoclásico con obras de Balanchine, Godani y Forsythe, en un programa realzado por las interpretaciones de sus bailarines


Cuando Muriel Romero se puso al frente de la Compañía Nacional de Danza en 2024, declaró que lo hacía al servicio del proyecto y que la agrupación institucional abarcaría la danza del pasado, del presente y del futuro. Un año después y tras dos presentaciones del colectivo, #INCUBATIO Circumambulatio, el pasado mayo en los Teatros del Canal de Madrid, y NumEros, programa estrenado este jueves y que podrá verse hasta el 21 de diciembre en el Teatro de la Zarzuela, la declaración de intenciones de abarcar todo (o casi todo) tipo de movimiento se va cumpliendo.
Si en #INCUBATIO la danza huía de exhibicionismos para colocarse en una plasticidad contemporánea, enmarcada también en el uso tecnológico que Romero desarrolla como coreógrafa, en NumEros es el extremo opuesto lo que atraviesa el planteamiento artístico: la perfección de la forma, la exigencia técnica neoclásica y el virtuosismo, que lo empapa todo. Y en esta línea, el perfil de los bailarines de la compañía, que pasó más desapercibido en #INCUBATIO, es absoluto protagonista, pues en sus exigentes interpretaciones recae casi todo el peso del programa. En este sentido, no solo consiguen situar el credo de las propuestas a la altura requerida, sino que devuelven a la CND a un nivel cercano a la excelencia artística que hacía tiempo no se veía en la agrupación, por diversos motivos.
NumEros, cuyo título evoca la técnica y la profundidad, las matemáticas y la emoción, recoge la evolución de la danza neoclásica (o una propuesta del desarrollo de este estilo) con tres de sus nombres punteros: George Balanchine, abanderado de la técnica; William Forsythe, revolucionario del género y uno de los creadores más importantes de la historia, y Jacopo Godani, seguidor (y alumno en su momento) del segundo, también nombre referencial.
Serenade, de George Balanchine, abre el programa. Estrenada en 1935 por la Escuela del American Ballet en Nueva York, esta obra supuso la apertura del ballet clásico hacia lo no narrativo, es decir, hacia el uso de la danza para crear escenas de cierta abstracción dramática, sin necesidad de cuentos o historias que la sustentaran. A pesar de esa ingenuidad que suele recaer en las primeras veces de algo, Serenade, en el origen de la danza neoclásica, ha resistido al paso del tiempo por la sencillez y pulcritud de la estructura y puesta en escena. No es fácil interpretar la contención y lo mínimo a través del ballet más formal. Pero desde la primera escena, en la que el cuerpo de bailarinas estáticas aparece tras la subida del telón con tul y zapatillas de puntas, en una limpia escenografía trazada por tonos azules, se observa una seguridad interpretativa por parte del elenco que atravesará todo el programa.
Serenade ya formó parte del repertorio de la Compañía Nacional de Danza cuando se llamaba Ballet Nacional Clásico. Bajo la dirección de María de Ávila, esta obra se estrenó en 1983. Anoche, entre el público de la Zarzuela, había antiguas bailarinas que interpretaron el clásico de Balanchine en aquella CND. La Orquesta de la Comunidad de Madrid interpretó en directo la música de Chaikovski, Serenata en Do mayor para orquesta de cuerda, Op. 48, que da vida a la obra.

Esta pulcritud y elegancia adquiere riqueza de vocabulario, intensidad y filigrana, sin abandonar la limpieza, a medida que avanza el programa. Especialmente con la segunda pieza, Echoes from a restless soul, con firma de Jacopo Godani. Estrenada en 2018, esta coreografía es buen ejemplo del lenguaje ya maduro de Godani, en el que pueden evidenciarse las influencias que recibió de William Forsythe al inicio de su trayectoria, pero también su aportación personal, que pasa por la habilidad por construir combinaciones sin fin, en una serie de pasos a dos y cuartetos. Sobre la composición para piano Gaspard de la Nuit, escrita por Maurice Ravel en 1908 e interpretada en directo para la ocasión por Gustavo Díaz-Jerez, la obra adolece, tal vez, de una profundidad discursiva que vaya más allá de lo meramente técnico. La ubicación de los bailarines, casi siempre en el lado izquierdo del escenario, cerca del piano, añade la intencionalidad de cohesión entre música y movimiento, pero a la larga constriñe posibilidades de lecturas más dinámicas.
Cierra el programa la genialidad de William Forsythe, aquí con Playlist (Track 1,2), una obra que algunos consideran “menor” en la trayectoria del coreógrafo americano, porque solo dura 10 minutos y porque tira de frescura y sentido del humor. Pero tal vez por eso, y sobre todo porque es un nuevo ejemplo de la ruptura tan revolucionaria (en esta coreografía, incluso gamberra) y abrumadora que Forsythe viene abanderando con el ballet más formal, es un broche adecuado que deja al público con la energía muy alta.

Si el programa se abre con un elenco de bailarinas, se cierra con uno de 12 bailarines, también sincronizados, exigentes e impregnados del espíritu Forsythe, que pasa por una exigencia extrema en la formalidad, sin perder cierto flow corporal en momentos clave. Pasar de una cosa a la otra en microsegundos, y llevar el lenguaje del clásico a la vibración de la música electrónica funk, sobrepasa el virtuosismo.
Para el complicado montaje, aprendizaje e interpretación de esta pieza corta ha estado al frente José Carlos Blanco, que formó parte de la Compañía Nacional de Danza como bailarín, cuando la dirigía Nacho Duato, y que desde hace tres años colabora con William Forsythe en la puesta en escena de sus trabajos. Este conocimiento de la obra de Forsythe se estrechó precisamente en aquellos años de la CND dirigida por Duato, que programó no pocas obras del creador norteamericano y a través de quien lo descubrieron muchos espectadores en España. Además, la CND cuenta en la actualidad con Ana Catalina Román como asistente de la dirección, vinculada al trabajo de Forsythe desde 1984 como bailarina solista del Ballet de Frankfurt.
NumEros es un programa concebido con coherencia y corrección, sin riesgos y apostando por la expectativa que el gran público tiene sobre esta compañía. También pensado con precisión y limpieza. Y la ejecución de los bailarines, en varios planos de interpretación (lo técnico, pero también lo musical y energético), eleva la velada. Según la intención de Muriel Romero para esta compañía, lo próximo debería pasar por un lenguaje más actual, con creación de mujeres contemporáneas.
En paralelo, la compañía atraviesa un nuevo episodio en su larga trayectoria de conflictos laborales. Los bailarines de la CND y los del Ballet Nacional de España, las dos formaciones de danza de titularidad estatal, amenazan con una convocatoria de huelga el próximo 19 de diciembre, con concentraciones en la puerta del Teatro de la Zarzuela, por la precariedad laboral que declaran vivir. Un asunto que viene de largo en la historia de este colectivo público.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Lo más visto
- Nemo devuelve el trofeo que ganó en Eurovisión por el apoyo de la UER a Israel: “No creo que deba estar en mi estantería”
- La carta de Ábalos a Guaidó: “Hemos enviado a Víctor de Aldama para que sirva de enlace en nuestras relaciones”
- Lituania declara el estado de emergencia para hacer frente a la oleada de globos procedentes de Bielorrusia
- Jornada política del 11 de diciembre de 2025 | El PSOE convoca este viernes a las responsables de Igualdad de sus federaciones por el ‘caso Salazar’
- Dimite un miembro de la ejecutiva federal del PSOE tras un nuevo caso de supuesto acoso






























































