El cine español cincela su recuerdo a golpe de talento (y singularidad)
Las películas más votadas han sobrevivido al paso del tiempo por su apuesta autoral, su experimentación y sus raíces eminentemente españolas


Convengamos en que pasan muchas cosas en medio siglo. Convengamos en que hemos vivido un terremoto político, artístico y social en España estos últimos 50 años. Y en el mundo del cine, los seísmos han sido aún mayores. Por modas, por cambios legislativos, por corrientes industriales, incluso por ley de vida: ninguno de la media docena de cineastas españoles que desde el martes próximo participarán en el festival de Cannes había nacido cuando murió Franco. La Transición no la vivieron, la estudiaron en clases de Historia.
Algo parecido ocurre con la lista de los 53 votantes de la encuesta: la mayor parte se mueve entre los cuarenta y los cincuenta años. Y el detalle no es menor: han visto películas de las votadas no en su estreno, sino en vídeo, DVD, plataformas digitales, pases por televisión o ciclos en filmotecas o festivales de cine. En total, mencionaron 215 filmes.




















El tiempo también cambia perspectivas, agiganta leyendas y empequeñece películas. No las pone en su sitio, porque opiniones hay para todos. Pero esta lista de medio centenar de títulos desgrana un viaje por el tiempo y un posible acervo para estudiantes y aficionados al cine. Si bien es cierto que en sus 10 primeros puestos solo hay un título del siglo XXI —el prodigio de Alcarràs, de Carla Simón, que además es la primera realizadora que aparece en el ranking—, queda claro que las nuevas generaciones, más allá de ese puñado de títulos irrefutables de finales de los setenta y la década de los ochenta, no tienen buena consideración de los resultados de la Ley Miró, que allá por 1983 priorizó un cierto cine de autor abierto al público en detrimento de largometrajes industriales, una dicotomía en la que el cine español ha intentado sobrevivir en precario equilibrio: ¿impulso a las comedias de gran público y que actualmente son casi siempre remakes, alejadas de una risa que beba de lo local, o una experimentación más pensada para viajar con gran éxito por festivales de medio mundo? La cuadratura del círculo, un enigma que solo ha resuelto Pedro Almodóvar.
Almodóvar ha colocado siete películas entre los primeros cincuenta lugares, y una octava como Volver se ha quedado a las puertas. Ha logrado algo impresionante: cada generación posee un almodóvar favorito, y por ello su éxito parece no tener caducidad: pasan los años, entran nuevos espectadores, y estos eligen su título almodovariano favorito. Y en ese terreno resbaladizo de la comedia de autor, junto a Almodóvar aparecen Luis García Berlanga, José Luis Cuerda, Fernando Trueba y Álex de la Iglesia. Lo que refrenda que la carcajada brotada de la singularidad es muy bien recibida.
Esos títulos y otros solidifican otra percepción: las leyendas permanecen. Como el productor Elías Querejeta, más y mejor autor que algunos de sus directores. O que lo atrevido, lo singular, gana. Así lo ratifican el malditismo de El desencanto; el vampirismo y el riesgo de Arrebato; la peculiar idiosincrasia de Amanece, que no es poco; la sobria contundencia de Los santos inocentes; los vacíos emocionales, los silencios de la posguerra y la pintura vermeeriana de El sur; o la disección de un matrimonio que pone en perspectiva el sitio de la mujer española durante siglos de Función de noche encuentran nuevos amores en periodistas y expertos que apenas gateaban cuando se estrenaron. Si es que habían nacido.
Otro de los fenómenos más interesantes en el audiovisual español del siglo XXI asoma en esta lista: el de la nueva generación de cineastas, criados en el festival de Sitges, que abrazan el terror para trascender el género para contar algo más, incluso ahondar en su dramaturgia por un retrato social, sin perder nunca de vista que el postrero objetivo sea meter miedo y crear mal rollo. Hijos de Chicho Ibáñez Serrador y de la mítica ¿Quién puede matar a un niño?, han rodado trabajos referentes como [·REC], Tesis, Un monstruo viene a verme... Filmes que para públicos europeos, estadounidenses y asiáticos han significado el cine español, porque estos ejemplos eran los que se estrenaban en salas de medio mundo. Sobrevolándoles, un genio en esta prestidigitación, el mexicano Guillermo del Toro, con la primera película que entra sobre la Guerra Civil, El laberinto del fauno.
Este somero repaso acaba con la explosión de las realizadoras: la mitad de la sociedad española por fin la logrado que sus historias alcancen la gran pantalla. A esas voces empoderadas femeninas las estaban esperando ansiosas legiones de espectadores (sin distinción de género). Una de las pioneras de la nueva generación, Mar Coll, cierra la lista. La maestra Carla Simón es, tras Almodóvar, la primera directora en colocar un segundo título en el ranking y por votos se situaría en el sexto lugar de un hipotético listado de cineastas más votados. Aún queda recorrido para la equidad, y en ese brega ellas avanzan a golpe de talento.
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