En un desafío a Milei, la oposición en Diputados aprueba más fondos para las universidades
Con 158 votos a favor y 75 en contra, el peronismo y otros partidos insisten con una mejora presupuestaria similar a la que el presidente argentino vetó el año pasado


Como una pesadilla recurrente para Javier Milei, la Cámara de Diputados volvió a aprobar un proyecto que aumenta el presupuesto de las universidades públicas, víctimas de la motosierra presidencial. El Congreso argentino ya había sancionado una ley similar el año pasado, después de masivas protestas de estudiantes y profesores con amplio apoyo social. Pero en octubre el presidente ultraderechista la vetó. Ahora los legisladores de distintas fuerzas opositoras volvieron a la carga y consiguieron un vasto respaldo en la Cámara baja: 158 votos a favor, 75 en contra y 5 abstenciones.
Mientras el proyecto pasa al Senado, donde debe ser aprobado para convertirse en ley, ya se cierne la amenaza de un nuevo veto de Milei: para el mandatario, todo incremento presupuestario es un atentado contra su máximo objetivo de gestión, el superávit fiscal.
La sesión de Diputados realizada este miércoles fue acompañada, en los alrededores del Congreso, en el centro de Buenos Aires, por una protesta de jubilados, quienes exigían, como cada semana, un aumento de sus pensiones, fuertemente ajustadas desde que asumió Milei. Asediados por un importante operativo policial, esta vez tenían una razón más para reclamar. El lunes pasado, el presidente ejerció su poder de veto y anuló una ley que les otorgaba un incremento “excepcional y de emergencia”.
El proyecto para mejorar el presupuesto de educación superior fue elaborado por las propias universidades nacionales, con apoyo de los sindicatos del sector. En realidad, no se trata de un aumento, sino de un ajuste por inflación. El texto impulsa una actualización de los fondos destinados a universidades y de los salarios de su personal de acuerdo con la inflación acumulada en los últimos dos años. Es que Milei gobierna sin presupuesto aprobado por ley: como no consiguió respaldo parlamentario, se limitó a prorrogar el presupuesto de 2023 tanto para 2024 como para 2025.
Aunque hoy la inflación ronda el 2% mensual, en sus 20 meses de gestión el índice acumulado superó el 200%. Por decreto, el presidente fue actualizando algunas partidas y desestimando otras. En el caso de las universidades, la pérdida presupuestaria y salarial está cerca del 30%, un nivel similar al que sufre toda la administración pública nacional.
“Estamos en una situación insólita, otra vez venimos a la carga con la necesidad de dar una respuesta a la universidad pública argentina”, abrió el debate la diputada Blanca Osuna, del frente kirchnerista Unión por la Patria. La legisladora sostuvo que “no hay justificación alguna” para el incumplimiento del Gobierno de su obligación de financiar a las universidades y advirtió que el actual presupuesto para la educación superior es el más bajo, en términos reales, en dos décadas.
A lo largo del debate, que insumió más de seis horas, quedó claro el apoyo transversal que cosechó el proyecto: además del peronismo, que es la principal fuerza opositora, también se pronunciaron a favor diputados del Frente de Izquierda y de bloques de centro, como la Unión Cívica Radical y Encuentro Federal, entre otros. “La política educacional de este Gobierno es claramente el desprecio por la universidad pública. No podemos dejar pasar por alto el ajuste, el destrato y la estigmatización que sufre esa cuna igualadora que es la universidad pública nacional”, dijo el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, otra de las bancadas que impulsó el proyecto.
En contra se posicionaron La Libertad Avanza (LLA), la fuerza de Milei, y el PRO, el partido conservador liderado por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019). Ambas agrupaciones acaban de cerrar una alianza electoral para las próximas elecciones legislativas y en el Congreso operaron en sintonía. Su principal argumento fue que incrementar los fondos universitarios desestabilizará el superávit de las cuentas públicas alcanzado por Milei.
“Es incompatible con el compromiso de equilibrio fiscal asumido por nuestro presidente con la ciudadanía”, dijo Mercedes Llano, diputada de LLA. “Si este proyecto se aprueba, el esfuerzo de cada argentino habrá sido inútil. Volverá a romperse el equilibrio fiscal, habrá más pobres en la Argentina y menos alumnos de las capas más necesitadas en las universidades”, justificó Alejandro Finocchiaro, diputado y exministro de Educación de PRO.
La amplia mayoría de votos a favor de mejorar los fondos universitarios dirimió la discusión. Pero pronto volvió a plantearse un debate casi en los mismos términos en torno al siguiente proyecto bajo tratamiento, la declaración de emergencia para el sistema de salud pediátrica, otra de las áreas ajustadas por el Gobierno. Ese proyecto, que entre otras medidas asigna más recursos al mayor centro de pediatría del país, el Hospital Garrahan, también fue apoyado por la mayoría de la Cámara: obtuvo 159 votos a favor, 67 en contra y 4 abstenciones.
En el Senado se prevé que ambos proyectos serán aprobados y convertidos en ley. De ser así, Milei deberá decidir si firma nuevos vetos, como aseguró que haría con todas las leyes que supongan mayor gasto o inversión estatal. La educación y la salud públicas son temas sensibles para la sociedad argentina y, a diferencia del año pasado, esta vez están muy cerca las elecciones de diputados y senadores: en septiembre se votará en la provincia de Buenos Aires y en octubre se harán los comicios nacionales. Por lo pronto, en busca de algún rédito electoral, Milei anunció que dejará de insultar a quienes lo critican.
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