Milei anuncia una reducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias
El presidente ultra de Argentina cede a los reclamos del sector y baja los aranceles para soja, carne, maíz, sorgo y girasol


“No hay vuelta atrás, mientras yo sea gobierno vamos a seguir bajando los impuestos”, vociferó Javier Milei, mientras desfilaban toros, vacas y terneros en la tradicional Exposición Rural que se realiza cada año en Buenos Aires. El público que lo escuchaba en el acto central de la muestra, una amplia mayoría de productores agropecuarios y propietarios de tierras, respondió con aplausos, vítores y gritos de euforia. El presidente argentino acababa de anunciar una reducción de los aranceles que pagan las exportaciones, un reiterado reclamo del sector. La magnitud de los aplausos que los presentes derrocharon ante el mandatario ultra solo alcanzaría un nivel similar para celebrar las menciones a la detención de Cristina Kirchner, la expresidenta peronista condenada en una causa por corrupción.
En la fría mañana de este sábado, Milei entró en la pista central de la sede de la Sociedad Rural, en el barrio porteño de Palermo, saludando y sonriendo desde la caja de carga de una camioneta negra. Lo acompañaban su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y su ministro de Economía, Luis Caputo.

Si desde el primer momento quedó claro que Milei estaba en terreno amigo, la afinidad entre el presidente y los espectadores se potenció apenas iniciado su discurso, cuando confirmó que el rumor que había dejado correr la Casa Rosada en los últimos días se iba a concretar. Después de enumerar los que considera sus principales logros como presidente, por sobre todo el freno a la inflación y el superávit fiscal, Milei dijo que de “la catarata de problemas heredados por el sector, solo queda el yunque más pesado: las retenciones”, como se conoce a los aranceles que pagan las exportaciones agropecuarias. “Un gran flagelo que nunca debió haber existido”, definió.
El anuncio consistió en la reducción de las retenciones para la carne aviar y vacuna (pasan del 6,75 al 5%); el maíz y el sorgo (de 12 a 9,30%); el girasol (de 7 a 5,5%); la soja (de 33 a 26%) y sus subproductos (el 31 a 24,5%). La algarabía del público estalló recién cuando Milei mencionó a la soja, el cultivo dominante en el país sudamericano.
Poco antes, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, había abierto el acto reclamando el final de las retenciones, a las que consideró “peores que la peste, la inundación o la sequía”. La sintonía con Milei, con quien cruzó abrazos, saludos y guiños varios, fue total.
“Las retenciones son nefastas y siniestras. Fueron el resultado deliberado de un plan de la política, perpetuado por la casta. ¿Para qué? Para exprimir al sector más pujante del país", abundó Milei, entusiasmado por la ovación del público. El presidente aseguró que la reducción de los aranceles será permanente —en los últimos meses hubo una baja transitoria— y reiteró, como desde que asumió en diciembre de 2023, que buscará su derogación total: “Eliminar las retenciones es una obsesión para nuestra gestión”. Aunque la baja de aranceles implica una merma en los ingresos estatales, también supone un incentivo a la liquidación de exportaciones y la entrada de divisas. Ese es uno de los objetivos del Gobierno, en busca de aquietar el mercado de cambios.
La ampliación y el aumento de los aranceles a las exportaciones rigen desde 2002 en Argentina, cuando fueron restaurados para afrontar una profunda crisis económica y social. Las retenciones agropecuarias fueron sostenidas por los últimos gobiernos peronistas como una fuente clave de ingresos para las arcas del Estado nacional y como una estrategia para desacoplar los precios internos de los externos. Allí radica gran parte del enfrentamiento entre el peronismo, en particular el liderado por Kirchner, y el sector rural.
La edición 137º de la Exposición Rural recibió a un presidente que no atraviesa su mejor momento. La inestabilidad financiera asedia a su Gobierno, pese al reciente rescate que le concedió el FMI. El Congreso, con respaldo de los gobernadores provinciales, aprueba leyes que limitan su programa de ajuste fiscal. Y la definición de candidatos para las próximas elecciones legislativas expuso tensas diferencias y dejó múltiples heridos dentro de su partido, La Libertad Avanza (LLA). Ni siquiera dentro del Ejecutivo reina la concordia: Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, están explícitamente enfrentados, tanto que ella se ausentó del acto en la Rural.
La gran apuesta de Milei para seguir adelante es mantener el control de la inflación e imponerse en los próximos comicios: primero en los de la provincia de Buenos Aires, en septiembre, y luego en los nacionales, en octubre. Por eso, el discurso de campaña tuvo lugar en su disertación de más de una hora.
“Hoy existen solo dos modelos de país posibles: el modelo de la libertad y el de la servidumbre estatal, representada por el partido del Estado”, dijo, en alusión a sus opositores, principalmente a los kirchneristas, a quienes tildó de “degenerados fiscales” y “parásitos”. “No podemos dar por finalizada la guerra contra el modelo empobrecedor”, remarcó. “La casta está afilando los cuchillos para volver a sentarse en el poder”. Y les pidió a los productores agropecuarios: “No los dejen volver”.
La reducción de las retenciones no fue el único anuncio del presidente ultraderechista. “Vamos a vetar las leyes que buscan llevar al país a la bancarrota”, confirmó también. Se refería a las leyes aprobadas por el Congreso para mejorar las pensiones de trabajadores jubilados y para declarar la emergencia en la atención a personas discapacitadas, dos de los sectores más afectados por los recortes de la motosierra presidencial.
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