Trabajadores y universitarios desafían en la calle a la motosierra de Milei en una nueva oleada de protestas

Si el control de la inflación es el objetivo primordial de Javier Milei, no muy lejos entre sus prioridades está el control de la calle y de las protestas sociales. Sindicatos, jubilados y estudiantes universitarios, entre otros, desafían esta semana al Gobierno ultra de Argentina, con marchas y medidas de fuerza en rechazo a la motosierra que lleva un año y medio recortando al Estado. La respuesta del Ejecutivo fue el despliegue de un vasto operativo policial en el centro de Buenos Aires.

Más de un centenar de sindicatos se agruparon en un “Frente de lucha por la soberanía, el trabajo digno y los salarios justos” para enfrentar el plan económico de Milei: confluyeron gremios del transporte, la industria, los servicios y de la administración pública, entre otros sectores, junto a organizaciones que representan a trabajadores informales y desocupados.

La primera protesta del nuevo frente multisectorial se concretó este miércoles y tuvo como destino, en el corazón del centro porteño, al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. Es la cartera que lidera Federico Sturzenegger, el encargado de trazar la línea de puntos que recorre la motosierra para desguazar el aparato estatal.

Sobre la calle, al ritmo de los tambores y los redoblantes que hacían sonar los militantes sindicales, banderas argentinas se mezclaban con carteles con mensajes contra el Gobierno. Alrededor de la protesta, estaba desplegado un amplio operativo policial, con profusión de vallas y agentes con bastones y escudos.

“Las decisiones en materia de trabajo y producción, hoy dirigidas por el ministro Sturzenegger, colocan al pueblo trabajador ante una de las peores degradaciones sociales y económicas que nuestra Patria haya conocido”, dice el documento que leyeron los manifestantes. “No podemos aceptar la crueldad disfrazada de ‘déficit cero’ que arremete contra todo lo colectivo, empujándonos a un individualismo extremo, para facilitar la dominación y el saqueo”, añade. La declaración rechaza, además, “el endeudamiento con el FMI”, “la entrega de recursos al poder económico extranjero” y “la imposición de un techo a las paritarias [las negociaciones salariales], mientras se ejecuta un brutal ajuste en áreas tan sensibles como la educación, la salud, la ciencia, la infraestructura y las políticas sociales”.

Las columnas de trabajadores se dirigieron luego hacia el Congreso nacional y se sumaron la protesta que todos los miércoles protagonizan jubilados y pensionados, uno de los sectores más afectados por el ajuste de ingresos instrumentado por el Gobierno. También allí se hacía notar la presencia de las fuerzas de seguridad.

Las protestas contra el recorte del gasto público volverán a expresarse este jueves, cuando se manifieste la comunidad universitaria, otro sector particularmente afectado por la motosierra de Milei. Por el desfasaje entre la inflación y los incrementos otorgados, los salarios de los profesores perdieron entre un 25 y un 30% de su poder de compra desde que asumió el Gobierno ultra, de acuerdo con los cálculos de los sindicatos. El presupuesto de las universidades sufrió una merma similar entre este año y el anterior, cuando ya había caído respecto de 2023.

En conjunto, las autoridades universitarias, las federaciones estudiantiles y los gremios de profesores y personal no docente convocan a una marcha federal que se replicará en las principales ciudades del país. En Buenos Aires, la movilización tomará la forma de una marcha de antorchas y se dirigirá al Ministerio de Educación nacional. El objetivo es que se sancione una Ley de Financiamiento Universitario, cuyo proyecto ya fue presentado en el Congreso, para recomponer y garantizar los recursos de las casas de estudios. El año pasado, el Parlamento aprobó una ley con los mismos propósitos, pero fue vetada por Milei.

Según explicó el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Oscar Alpa, buscan que los docentes y empleados cobren “un salario digno” y que las instituciones educativas cuenten con “recursos mínimos e indispensables para funcionar”. “No tenemos respuestas respecto de obras paralizadas o pedidos de actualización de becas estudiantiles y la situación del sistema científico es muy grave, prácticamente todo el financiamiento está cortado”, remarcó. “Si esto no se modifica, tendremos dificultades reales para seguir funcionando”.