El espíritu de ‘El Eternauta’ une a los movimientos de resistencia a Milei
Jubilados, científicos, médicos, feminismos y otros colectivos convocan a una protesta conjunta contra el Gobierno argentino el día 4


Un espíritu de resistencia colectiva une a los sobrevivientes de la Buenos Aires diezmada por una nieve tóxica letal y ataques de cascarudos de la serie El Eternauta con los opositores al ajuste del Gobierno de Javier Milei. En la ficción, los que logran sintonizar la radio pueden escuchar: “No estamos derrotados, la resistencia vive”, “No están solos, juntos somos fuertes”, “¡Viva la resistencia, viva Argentina!”. En la vida real, este mensaje ha salido de las pantallas para propagarse por las calles del país sudamericano.
Los manifestantes que protestan contra el desguace del Estado usan máscaras que imitan a la del protagonista de la serie, Juan Salvo, pero a la vez los salvan del gas pimienta lanzado por los antidisturbios. Se visten con capuchas y trajes que protegen en simultáneo del frío y de la identificación policial. Tras pelear por separado, la semana que viene marchan juntos jubilados, científicos, médicos, docentes, feminismos, personas con discapacidad y trabajadores de prensa, entre otros.
La convocatoria conjunta anunciada para el próximo 4 de junio muestra que la oposición más coordinada al Gobierno de Milei no está hoy dentro del Congreso —con el peronismo, los macristas y radicales enredados en peleas internas— sino fuera de él.
El punto de encuentro será la céntrica plaza frente al Congreso. Allí nació hace justo diez años Ni Una Menos, la semilla de un movimiento contra la violencia machista que creció y echó raíces por todo el país. El número de feminicidios se mantuvo sin cambios, por encima de los 200 anuales, pero el feminismo se anotó victorias en otros ámbitos. Las víctimas de violencia rompieron el silencio y la sociedad las arropó, cayeron a más de la mitad los embarazos adolescentes no intencionales, el Congreso legalizó el aborto, aprobó las listas electorales paritarias y el cupo laboral para transexuales, entre otras medidas a las que hoy se opone Milei.
“Diez años de Ni Una Menos, diez años de salidas colectivas”, subraya este movimiento en su llamado a las calles. En vez de movilizarse el 3 de junio, la fecha en que se conmemora la primera movilización de 2015, las feministas argentinas acompañarán la protesta de los miércoles de los jubilados.
¡NADIE SE SALVA SOLX!
— #VivasNosQueremos (@ColectivoNUM) May 30, 2025
EL #4J VAMOS A LA PLAZA DE LOS DOS CONGRESOS.#4J#UnirLasLuchasEsLaTarea #FueraMilei pic.twitter.com/gSCvPXge4H
“Lo viejo funciona, Milei”, puede leerse en las pancartas que levantan cada semana frente al Congreso hombres y mujeres que trabajaron durante décadas, pero que ahora cobran una jubilación que no les alcanza para llegar a fin de mes. La frase de las pancartas es una adaptación de la que pronuncia el ingeniero Favalli en El Eternauta al poner en marcha automóviles y aparatos creados décadas atrás.
La pensión mínima, que reciben siete de cada diez jubilados, equivale a 300 dólares, al borde de la línea de la pobreza. Los manifestantes se concentran frente a la puerta de entrada de la Cámara de Diputados e intentan dar varias vueltas alrededor del edificio legislativo, pero cada miércoles hay enfrentamientos con la policía: algunos pensionistas marchan por la calzada en vez de hacerlo por la acera y la respuesta son porrazos, balas de goma y gases lacrimógenos. El saldo: 406 heridos en lo que va de año, según el Centro de Estudios Legales y Sociales.
A la movilización del 4 de junio están convocados también docentes, médicos y científicos. El pasado miércoles, como si hubiesen sido clonados en un laboratorio, cientos de Eternautas con máscaras e impermeables salieron del Polo Científico y Tecnológico de Buenos Aires. Protestaban por los bajos salarios que reciben y la fuga de cerebros que pone en peligro la continuidad de muchas investigaciones. Los salarios han perdido entre un 40% y un 50% respecto a la inflación desde que asumió Milei, hace un año y medio. Los recursos para compra de equipamiento y reparación se han recortado y está frenado el ingreso de nuevos becarios al Conicet, el principal organismo de ciencia de Argentina.
“Estamos trabajando muy por debajo de nuestras posibilidades, arreglándonos con lo que tenemos, algunos subsidios de afuera, y compartimos reactivos y máquinas, pero hay líneas de investigación que se están rompiendo”, advirtió en diálogo con La Nación Manuel de la Mata, investigador adjunto del Conicet en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne). “Hay equipos que costaron miles de dólares que no se puede ni soñar con reparar cuando se rompen o cumplen su ciclo de servicio”, confirmó la vicedirectora del Ifibyne, Anabella Srebrow. Esta científica molecular comparó la situación actual con “consumir el contenido de una heladera que no se repone: cuando se acaba, se acaba”.
La misma situación crítica atraviesan los hospitales públicos de Argentina, en especial aquellos de alta complejidad que dependen del Gobierno nacional. El caso más emblemático es el Garrahan, centro pediátrico de referencia al que acuden familias de todo el país en busca de tratamiento para aquellos niños que necesitan intervenciones complejas o sufren patologías graves y raras. El jueves pasado, su personal realizó una huelga de 24 horas y marchó hasta el Ministerio de Salud para exigir salarios dignos al Gobierno. Este hospital realiza cerca de 10.000 cirugías al año, incluido un centenar de trasplantes a niños y adolescentes, la mitad de los que se hacen en Argentina. Pese a la gran especialización requerida, el salario de los médicos que realizan allí su residencia o acaban de ingresar no llega a los 950 dólares estimados para la canasta básica familiar. En otras palabras, para poder subsistir dependen de la ayuda de sus familias o complementar ese exigente trabajo con otros.
El Garrahan es, junto a la universidad pública, uno de los escasos muros que resiste el embate mediático de Milei. Aun así, la calidad de su atención se agrieta cada día más. La respuesta pública del Gobierno ha sido acusar a las autoridades del hospital de irregularidades y advertir que no aumentará la inversión en salud. Aunque en paralelo abrió un canal de negociación para intentar destrabar el conflicto, por ahora no ha dado resultados.
Una semana atrás, el actor que da vida al Eternauta, Ricardo Darín, usó el precio de las empanadas para ejemplificar el alto costo de vida de Argentina y la dificultad de muchos argentinos para salir adelante. “Nadie se salva solo”, repiten carteles publicitarios de Netflix, pancartas de protesta y camisetas. Ficción y realidad se entrecruzan.
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