Un juez del caso de Bolsonaro discrepa de sus colegas y pide absolverlo de todos los delitos
Dos magistrados han solicitado la condena del expresidente de Brasil y quedan dos más pendientes


Uno de los cinco que juzga a Jair Messias Bolsonaro ha dado la sorpresa este miércoles con un contundente voto discrepante. La víspera dos magistrados votaron a favor de condenar al expresidente de Brasil por el delito de golpe de Estado y otros cuatro. El juez Luiz Fux ha empezado la jornada pidiendo que todo el proceso sea anulado porque, ha argumentado, el Supremo no es el tribunal competente para juzgar el caso. Y ha cerrado la jornada, once horas después, con la petición de que sea absuelto, por falta de pruebas, de los cinco delitos que se le imputan. Lo ha desvinculado del asalto del 8 de enero de 2023 y de los planes de magnicidio.
El magistrado Fux ha defendido que, sin derrocar un Gobierno no hay golpe de Estado. Y, en esa línea, ha descalificado buena parte de la denuncia de la Fiscalía General y la tesis del juez instructor, Alexandre de Moraes, en lo que atañe al expresidente Bolsonaro. Considera el juez discrepante que los comportamientos del ultraderechista no tenían ánimo golpista, que se encajan en la actividad política, que, además, le imputan delitos perpetrados por terceros —como en el asalto a Brasilia— o que lo que se presenta como borradores de decretos golpistas son documentos cuyo contenido completo se desconoce.
Fux ha alertado contra “el juez inquisidor”. Y, tras advertir de que una condena debe apoyarse en pruebas más allá de la duda razonable, ha recordado que el Supremo sienta jurisprudencia.
El magistrado Fux también ha asumido como propia la tesis de las defensas de los ocho causados de falta de tiempo para analizar lo que ha calificado de “tsunami de pruebas” y ha llamado la atención sobre lo veloz de este caso. Fux ha solicitado la anulación ante “la incompetencia absoluta del Supremo para juzgar este proceso porque estos acusados ya habían perdido sus cargos”. Bolsonaro dejó de ser aforado al salir de la Presidencia, el 31 de diciembre de 2022. Y, en caso de que fuera competencia de la alta corte, sostiene el juez discrepante, debería ser analizado por el pleno, no por una sala.
El duro voto de Fux tiene potencial, según analistas, de abrir una senda por la que las defensas podrían solicitar la anulación del caso en el futuro. La intervención de Fux ha logrado que los abogados del expresidente cambiaran el gesto grave de la víspera por caras sonrientes todo el día.
El juez discrepante ha recordado el precedente del caso Lava Jato, la megainvestigación contra la corrupción que se deshizo como un azucarillo tras llevar a decenas de poderosos políticos y empresarios a la cárcel. El Supremo ya “anuló un proceso con más de cien recursos por la simple falta de competencia de un juez”, ha recordado Fux en referencia al caso Lava Jato.
Como ha escrito la columnista Malu Gaspar en O Globo: “La idea era plantar la semilla para que, si en el futuro el clima político cambia, como ocurrió en el caso del petista [el presidente Lula], la condena de Jair Bolsonaro también pudiera ser revertida”. La periodista se refiere a la estrategia de Lula para lograr que el Supremo anulara las condenas contra él. El abogado que ideó aquella estrategia, Cristiano Zanin, fue premiado por Lula con una plaza en la alta corte y ahora es uno de los cinco que juzga a Bolsonaro.
Las divergencias entre los jueces de la sala primera del Supremo se conocen sobre la marcha porque el tribunal, la sala primera del Supremo, delibera ante público, con sesiones retransmitidas en directo. La absolución o la condena requieren el voto de tres de los cinco togados del tribunal.
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