El ‘capitán’ Lara, el fenómeno electoral boliviano que quiere llegar al poder desde TikTok
La popularidad del candidato a vicepresidente de Rodrigo Paz fue decisiva para el pase a la segunda vuelta


La mayoría de los bolivianos tiene en la memoria la imagen del policía Edman Lara arrastrado por el cuello hacia una celda. Acababa de denunciar por corrupción a sus superiores y merecía ser castigado. Pero la cosa no salió como esperaban sus jefes. Las redes sociales comenzaron a llamar a Lara “futuro presidente” y su nombre se hizo popular. El domingo pasado, Lara acompañó a Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), como vicepresidente en la fórmula que ganó la primera vuelta para las presidenciales. El resultado fue una gran sorpresa. Bolivia discute ahora hasta donde Lara fue determinante para aupar a Paz desde los últimos lugares en los sondeos a la primera casilla de salida.
El “capitán” Lara, como lo llaman sus seguidores, tiene 39 años y nació en Punata, en el interior de Cochabamba. Después de graduarse de la escuela policial en 2007, desarrolló gran parte de sus 15 años de servicio en Santa Cruz de la Sierra, donde reside. Se hizo conocido grabando videos que mostraban a sus superiores aceptando sobornos para agilizar trámites o extorsionando a familiares de detenidos. Las denuncias le valieron su detención en 2023, acusado de “usurpación de funciones”, y la suspensión durante un año de la Policía. Durante ese tiempo se desahogaba en transmisiones en vivo en su cuenta de TikTok.
“El sistema está tan corrompido que los deshonestos en las instituciones son considerados un mal necesario porque producen plata sucia”, solía decir Lara en sus encuentros digitales. La expulsión definitiva de la Policía llegó en agosto de 2024. Decidió entonces terminar su formación en Derecho mientras vendía ropa de segunda mano junto a su esposa para mantener a sus cuatro hijos. Decidió entonces fundar un partido político, Nuevas Ideas con Libertad, inspirado en la sigla de Nayib Bukele, a quien cita como su referente político. Al igual que él, se presenta como la renovación, como una alternativa a la “vieja derecha” de la que forma parte Jorge Tuto Quiroga, su rival en la segunda vuelta, y a la hegemonía del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales.
El fangoso camino burocrático y financiero del sistema político no le permitió consolidar su sigla; tuvo conversaciones con otras agrupaciones y lo máximo que consiguió fue una candidatura a diputado por Santa Cruz, por el PDC. La organización se quedó sin aspirante vicepresidencial después de que el asignado originalmente renunciara. Entonces, el candidato presidencial del PDC, Rodrigo Paz, decidió poner en su lugar a Lara en mayo, al filo de los plazos establecidos por el órgano electoral. “Es formado, tiene academia, conoce la institucionalidad y enfrenta la corrupción, no solo con discursos, sino con hechos”, argumentó entonces Paz sobre su compañero de fórmula.
Un Lara emocionado hasta las lágrimas recibió el domingo la noticia del primer lugar que obtuvo el PDC. “Cuando uno cree en Dios, la fe mueve montañas”, dijo quien lleva la familia y la religión como bandera, junto a la lucha anticorrupción. La imagen de persona sencilla y modesta entró en conflicto con la que mostró al día siguiente de las elecciones, cuando salió a dar un envalentonado discurso en El Alto. Se quejó de que lo estaban relacionando con el MAS —por llegar a sectores antes afines a este partido—, culpó a su rival Quiroga de esta “campaña sucia”, le lanzó un insulto homofóbico, arremetió contra los dueños de los medios y le advirtió a su potencial presidente: “Yo soy la garantía, si Rodrigo Paz no cumple, yo lo encaro”.
La arenga le valió duras críticas de su oponente Tuto Quiroga, que lo tachó de “caudillista”. Lara se defendió desde TikTok: “¿La gente quiere que le aplauda al presidente si le veo robar? A la primera que vea cosas chuecas, de cualquier lugar, voy a denunciar”. Sin embargo, luego pidió disculpas: “Reconozco que, motivado por la rabia de la gente que hace trampa, me excedí tal vez en algunas declaraciones. Pido disculpas”. Desde entonces, el cochabambino ha sido el tema favorito de la prensa y las redes sociales bolivianas.
Sus detractores lo ven como un “populista”. Otros, en cambio, destacan su “estilo directo y transparente” y su falta de pasado político. Hasta Evo Morales habla del “capitán Lara”: primero le atribuyó la victoria del PDC y luego dijo que le “robó todo el programa social”. “Lo mejoró inclusive demagógicamente”, opinó. El exmandatario hace referencia a la duplicación del monto de la pensión para los jubilados y al salario universal para las mujeres que propone Lara.
La militante del PDC en La Paz Amelia Ramírez no tiene dudas: la victoria de Paz se debió al carisma y la cercanía del expolicía con la gente. “Ha viajado a todos los municipios, siempre acompañado de su esposa. Siempre con respeto a los pueblos y líderes indígenas, con quienes hacía apthapi [tradición andina de compartir alimentos entre familias]”. La población valoró, dice Ramírez, la austeridad de la campaña de bajos recursos, que consistía básicamente en visitar ciudades por tierra. Las banderas y pines se hicieron artesanalmente e improvisaron casas de campaña cuando llegó la noticia de la victoria.
A derecha e izquierda
Lara prefiere no ser asociado con ninguna ideología y considera a la derecha y a la izquierda como políticas obsoletas. Cree en una economía que llama mixta: “Del capitalismo me gusta el libre mercado y la libre exportación. Mientras que la igualdad es importante para que todos tengamos el mismo punto de partida, la seguridad jurídica y la garantía de que somos iguales ante la ley”. El programa de Gobierno del PDC habla de romper un “Estado tranca”, bajando los aranceles, otorgando créditos a intereses bajos y una repartición 50/50 de los ingresos entre el Estado central y los gobiernos autonómicos.
El expolicía, sin embargo, no se enfoca tanto en los aspectos económicos, sino en empatizar con los problemas que le cuentan sus seguidores, con quienes sigue conversando por TikTok. Dice que, como ellos, ha sido víctima de la corrupción de las instituciones. En su último video viral reta al candidato a vicepresidente contrincante a un debate en el mercado de abasto de Santa Cruz: “Bajemos a los sectores populares, respondamos las preguntas de los comerciantes, de los vendedores ambulantes y de los que van a buscar víveres”.
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