La policía política venezolana arresta a Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas y disidente del chavismo
El político es fundador del PSUV y fue diputado y presidente del Parlamento Latinoamericano. El Gobierno no ha informado de las causas de la detención

Efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia han arrestado en la ciudad de Maracaibo a Rodrigo Cabezas, ex ministro de finanzas en los tiempos de Hugo Chávez, militante y fundador del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, y en los últimos años, crítico y disidente del Gobierno de Nicolás Maduro.
La denuncia sobre la detención de Cabezas, de 68 años, fue hecha en la noche del jueves por sus familiares, quienes exigieron información sobre su paradero. Voceros cercanos a Cabezas confirmaron que al exministro le fue permitida una llamada a su esposa para que esta llevara ropa y medicinas para su condición cardíaca a la celda donde está preso.
Hasta el momento, no hay información oficial sobre los motivos que originaron la detención de Cabezas. El periodista Vladimir Villegas informó en su cuenta de X que el dirigente fue trasladado en la mañana de este viernes desde Maracaibo a Caracas, para conocer las causas de su detención, de acuerdo a una información proporcionada por su hija.
Economista graduado en la Universidad del Zulia, Rodrigo Cabezas ha sido un militante de la izquierda venezolana durante cuatro décadas. En los años 80 formó parte del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, liderado por Moisés Moleiro, y luego, en la década de los 90, ingresó al Movimiento al Socialismo, MAS, fundado por Teodoro Petkoff.

De la fundación del PSUV a la disidencia chavista
Cabezas acompañó a Hugo Chávez desde los comienzos de la revolución bolivariana. Fundador del PSUV, fue diputado, responsable de las comisiones legislativas de finanzas y presidente del Parlamento Latinoamericano, Parlatino.
Cabezas fue uno los cuadros con conocimiento de economía más respetados del chavismo. Ministro de Finanzas de Chávez entre 2008 y 2009, fue el autor de la primera reconversión monetaria adelantada por este Gobierno, un proyecto que tuvo cierto éxito durante su primer año de implementación.
Cabezas se fue alejando sin estridencias de los mandos directivos del Partido Socialista de Venezuela hacia 2018, luego de un largo período de desencanto silente con la marcha del país. De acuerdo a su propia confesión, el alejamiento definitivo se produjo una vez que pudo comprobar que las preocupaciones personales, expresadas a la alta jerarquía revolucionaria, en torno a la gravedad de la crisis económica y la inminencia de la hiperinflación fueron recibidas con abierto desinterés y mal talante.
Cabezas se retiró entonces de la política activa y se dedicó a la docencia en Maracaibo, su ciudad natal. La gran mayoría de los cuestionamientos al Gobierno de Nicolás Maduro están relacionados con la estrategia económica, y su vínculo con el derrumbe socioeconómico vivido por el país en esta década.
Cabezas formó parte de la organización regional Zulia Humana, y se reunía ocasionalmente con políticos del chavismo disidente, así como de la oposición. En 2019, ofreció respaldo a Juan Guaidó, y, después, al candidato opositor Edmundo González Urrutia en 2024.
Venezuela, el país con más presos políticos de la región
El arresto de Cabezas engrosa una lista ya larga de dirigentes políticos, activistas civiles y periodistas que han sido llevados a prisión en el país desde finales de 2023, pero particularmente luego de las controvertidas elecciones presidenciales del 29 de julio de 2024.
La celebración de estas elecciones, con todas las denuncias de fraude que se vinieron en las semanas siguientes, constituyó un punto de inflexión en las relaciones de la sociedad venezolana con el Estado chavista. A partir de ese momento, la jerarquía revolucionaria perdió la paciencia con sus adversarios y endureció de manera inusitada sus procedimientos. Han sobrevenido desde entonces detenciones masivas, que han convertido a Venezuela en la nación con la mayor cantidad de presos políticos en América Latina.
La última ola represiva antes de la judicialización de Cabezas tuvo lugar el pasado mes de mayo, muy poco antes de las recién concluidas elecciones parlamentarias y de gobernadores. Varios dirigentes políticos y activistas civiles fueron llevados a la cárcel bajo la presunción de que formaban parte de una conspiración para alterar la paz del país en aquellos días.
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