Daniel Ortega amenaza con expulsar a todo diplomático que “se entrometa en los asuntos” de Nicaragua
La embestida se produce en un clima de creciente aislamiento internacional, tras echar a representantes de Brasil, España, el Vaticano y la negativa a recibir al embajador propuesto por Estados Unidos


Daniel Ortega ha vuelto a la primera línea para revolverse contra la comunidad internacional. Después de una ausencia de la escena pública de casi un mes, que causó todo tipo de rumores sobre su estado de salud, el caudillo sandinista ha multiplicado sus apariciones en televisión durante las últimas semanas. La más reciente fue la noche del lunes 2 de junio, un acto para ascender a unos generales del Ejército en el que lanzó una amenaza perentoria a los embajadores acreditados en Managua: expulsará a cualquier diplomático que “se entrometa en los asuntos internos del país”.
“Aquí, nosotros tenemos bien clara nuestra posición frente a los embajadores que quieran entrometerse. Lo dice la canción Soberanía [una de las más recientes de la propaganda oficial]: ‘Allá afuera, que digan lo que quieran, pero en tierra nica, donde ondea la bandera azul y blanca, que fue defendida por la bandera roja y negra de Sandino: el que se trate de entrometer: ¡afuera!”. La amenaza a las delegaciones ocurre en un contexto de agravamiento de la deriva dictatorial de los copresidentes Ortega y su esposa, Rosario Murillo. La pareja gobernante ha cruzado nuevos umbrales autoritarios: arrestó a mandos del Ejército, desmanteló el sistema judicial, reformó la Constitución para legalizar el despojo de nacionalidades y hasta confiscó un monasterio para convertirlo en universidad.
La amenaza a los diplomáticos extranjeros surgió al mencionar que el encargado de Negocios de Estados Unidos en Cuba fue convocado por la Cancillería de la isla porque, según Ortega, “empezó a querer mandar en Cuba”. “Se sentía delegado del imperio; se sentía un cónsul del imperio norteamericano y que tenía bajo su dominio a Cuba [...]. Aquí no, que vayan a dar esas declaraciones, afuera, pero aquí se respeta la bandera azul y blanca, y la bandera roja y negra”, reiteró.
Esta advertencia tensa aún más el trabajo que las legaciones que aún quedan acreditadas en Managua. No sería la primera vez que el régimen de Ortega y Murillo expulsa a embajadores. En agosto de 2024, el máximo representante de la Embajada brasileña, Breno de Souza, fue expulsado por no asistir al acto del 45° aniversario de la Revolución Sandinista. Esta decisión se produjo poco después de que el presidente Lula da Silva revelara que Ortega no respondía a sus llamadas, lo que agravó los choques diplomáticos entre ambos países.
El régimen también prohibió el regreso a Nicaragua de María del Mar Fernández-Palacios, embajadora de España, tras un viaje a su país en 2021. Mientras, el nuncio del Vaticano, Waldemar Stanisław Sommertag, fue expulsado en 2022 después de referirse a los opositores encarcelados como “presos políticos”. La salida del religioso marcó un punto de inflexión total en las relaciones entre la Santa Sede y Managua.
Uno de los episodios más sonados ocurrió también en 2022, cuando el régimen sandinista rechazó a Hugo Rodríguez como nuevo embajador de Estados Unidos en Managua. “Este [Rodríguez] ni siquiera ha venido al país y ya empezó a despotricar, pues que se quede afuera, gritando lo que quiera, pero aquí en tierra nicaragüense se respeta mi bandera”, espetó en ese entonces Ortega. Hasta la fecha, Estados Unidos no tiene embajador en Managua, pero nombró a un encargado de negocios, Kevin O’Reilly, actual máxima figura de la diplomacia norteamericana en Nicaragua.
Fuentes sandinistas también relataron a EL PAÍS que el régimen ha implementado medidas para controlar y restringir las actividades del cuerpo diplomático en Nicaragua. Estas acciones incluyen la eliminación de la figura de “decano diplomático”, anteriormente ostentada por el Nuncio Apostólico, y la imposición de restricciones a la movilidad y actividades de los diplomáticos. “La situación es de tal tensión, que el Ministerio de Relaciones Exteriores o la misma Rosario Murillo vive llamando a los embajadores de Francia, Unión Europea y Alemania para increparlos. O cualquier que no esté alineado con el régimen”, relató una fuente cercana a la Cancillería sandinista.
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