La gripe aviar golpea a la exportación de carne de Brasil, uno de los pilares de su economía
Un foco detectado en el sur del país ya ha cerrado el grifo del comercio de carne de pollo con más de 30 naciones

Un foco de gripe aviar en una granja en el sur de Brasil amenaza uno de los sectores más pujantes de la economía brasileña: la exportación de proteína animal. El 16 de mayo las autoridades brasileñas informaron que habían detectado la enfermedad en una granja de Montenegro, en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur del país. Cerca de 17.000 aves de ese criadero fueron abatidas como medida preventiva. También se detectó otro foco en un zoológico cercano, donde murieron decenas de patos y cisnes. El Gobierno informó rápidamente, y acto seguido llegaron, casi de forma automática, las medidas más temidas: los vetos a la importación.
China fue el primer país en anunciar que dejaba de importar carne de pollo de Brasil. Después, se sumó la Unión Europea. La lista se ha ido ampliando día a día y ya son más de 30 países. El alcance del veto depende del acuerdo bilateral que cada país tenga con Brasil. La mayoría bloquean las llegadas desde cualquier punto de Brasil, pero otros, como el Reino Unido o Japón, lo limitan a la región donde se encontró el foco, lo que para los productores brasileños supone un gran alivio.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería aplicó los protocolos de emergencia, con barreras sanitarias y medidas de rastreo para controlar el virus. Se están estudiando otros tres posibles focos en diversos estados del país. También había sospechas sobre un posible caso en humanos, en un trabajador de la granja, pero finalmente dio negativo. Las autoridades resaltan que no hay riesgo en el consumo de carne y huevos, y que el salto de la enfermedad a humanos es algo muy excepcional.
La H5N1 llegó a Brasil en mayo de 2023, pero hasta ahora sólo se había detectado en aves salvajes, sobre todo migratorias. En estos dos años se analizaron más de 2.900 casos sospechosos, de los cuales apenas dieron positivo 168. Estos días, el ministro del ramo, Carlos Fávaro, recordaba que la gripe aviar ya lleva años circulando por el mundo y que era “inevitable” que tarde o temprano llegara a Brasil. De todas formas, defendió la rapidez y la eficacia de las medidas adoptadas en Brasil, donde de momento sólo se sacrificaron 17.000 animales, frente al más del millón que hubo que abatir en Estados Unidos, donde la enfermedad se descontroló.
De hecho, la situación en Estados Unidos, con los precios de los huevos por las nubes en los supermercados, es lo que hace que de momento sea de los pocos grandes países que no ha puesto barreras a las exportaciones brasileñas. En lo que va de año las exportaciones de huevos de Brasil a Estados Unidos aumentaron más un 800%. Está por ver si ese flujo se mantendrá en los próximos meses.
Brasil presume de ser el mayor exportador de carne del mundo. Un tercio de toda la carne de pollo que se consume en el planeta sale de Brasil. El año pasado, vendió 5,2 millones de toneladas de este producto a 151 países, lo que generó unos ingresos de 9.900 millones de dólares, según los datos de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA). Para Brasil, el principal quebradero de cabeza en estos momentos es China, el principal importador. El año pasado el gigante asiático compró más de medio millón de toneladas de pollo brasileño y cada mes de veto supone unas pérdidas de 100 millones de dólares para el sector. Por eso, el Gobierno se está esforzando para que las autoridades chinas alivien la prohibición. La Embajada de Brasil en Pekín solicitó al órgano de aduanas chino que restrinja el veto a la zona del foco, y no al conjunto del país. De momento, no hay respuesta.
El portazo de China a las exportaciones de pollo brasileño llegó justo cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva finalizaba un viaje oficial en el que se alcanzaron numerosos acuerdos bilaterales y se anunciaron más de 4.700 millones de dólares en inversiones chinas en Brasil. En medio de las turbulencias mundiales por la guerra arancelaria de Donald Trump, el sector ganadero de Brasil celebró como una conquista histórica que China aceptase por primera vez empezar a importar carne de pato o de pavo brasileño. La euforia tendrá que esperar. De momento, el sector cuenta los días en el calendario. Si pasan 28 días sin que se detecten más casos, Brasil estará considerado libre de la enfermedad. Será el momento de llamar a los socios y convencerles de que pueden volver a comprar.
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