Mauricio Osorio: el banquero que cierra las brechas financieras del campo

Mauricio Osorio nació, en 1979, en Buenavista, un corregimiento de apenas ochenta casas perteneciente al municipio de Ocaña, Norte de Santander. Como tantos otros habitantes del campo colombiano, creció en un entorno en el que el acceso a la educación, la salud y otros servicios era limitado. Al terminar quinto de primaria, tuvo que trasladarse a Ocaña para hacer el bachillerato y, más tarde, a Bucaramanga, gracias a un crédito del Icetex, para estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Industrial de Santander.

Con el título universitario bajo el brazo, y sin haber trabajado antes en una entidad financiera, Osorio descubrió el mundo de los microcréditos. Le llamó la atención por una sencilla razón: podía ser la base para cerrar las profundas brechas financieras del país, esas que había conocido en Buenavista.

“Pensé que el microcrédito sería una excelente oportunidad en los territorios rurales, donde la oferta de crédito es deficiente. En muchas zonas del país, lo más cercano a un préstamo legal es una cooperativa, pero primero debes ahorrar. De ahí nació la idea de atender este sector rural, que es mucho más diverso de lo que se piensa. No todos se dedican a la agricultura: hay personas con ferreterías, panaderías o restaurantes, que también necesitan un crédito para iniciar o expandir su negocio”, puntualiza.

Con pocos recursos, en 2006 Osorio decidió hacer un piloto en Aguachica, Cesar, para comprobar si era posible llevar servicios financieros a las familias rurales que nunca habían tenido acceso a un crédito formal. El experimento fue un éxito. Las solicitudes de crédito sobrepasaron las expectativas. Así nació Crezcamos, concebida para romper las barreras de la exclusión financiera y abrir oportunidades donde la banca tradicional no llegaba.

En 2009, Osorio logró que el Fondo Luxemburgo Rural Impulse —una entidad respaldada por el Banco Europeo de Inversiones y dedicada a financiar instituciones de microfinanzas que prestan servicios a poblaciones rurales de bajos recursos— invirtiera 4.000 millones de pesos en Crezcamos. Tres años después, consiguió que Desjardins International Development y ASN Microkredietpool (fondo establecido por ASN Bank y Oxfam Novib) aportaran 12.000 millones de pesos adicionales. Esos recursos le permitieron una rápida expansión de su compañía: entre 2011 y 2013, la entidad experimentó pasó de 16 a 49 oficinas en toda Colombia. Hacia finales de ese periodo, Crezcamos contaba con más de 66.000 clientes y una cartera superior a los 124.000 millones de pesos.

En 2019, dio otro paso decisivo: obtuvo la autorización para captar dinero del público, convirtiéndose en una entidad vigilada por la Superintendencia Financiera. Su solidez le ha permitido acceder de forma constante a inversiones internacionales. En 2020, Crezcamos recibió una inyección de 6,5 millones de dólares del fondo MEF y del banco sueco SEB, destinados a ampliar la inclusión financiera en Colombia. Por toda esta gestión, en 2023 Osorio recibió el Premio EY™ al Emprendedor del Año en la categoría Social.

Hoy, los clientes de Crezcamos cuentan con un portafolio completo de productos que incluye cuentas de ahorro, créditos y seguros. Fiel a su espíritu innovador, Osorio ha impulsado soluciones poco comunes en el sistema financiero colombiano, diseñadas para responder a las necesidades específicas de las zonas rurales. Consciente de que el clima es uno de los factores más impredecibles y determinantes en la actividad agrícola, promovió la creación de un seguro climático que protege a los productores frente a lluvias excesivas o sequías. “Cuando uno trabaja en el campo”, explica, “el clima es lo que menos puede controlar”.

Crezcamos ha consolidado una presencia territorial significativa en el país, con 98 oficinas, el 70% en municipios de menos de 100.000 habitantes. A lo largo de estos casi 20 años de existencia, la entidad ha otorgado más de 1.300.000 créditos y ha acompañado a más de 600.000 familias rurales. Actualmente, su cobertura alcanza cerca de 500 municipios, lo que la convierte en una de las instituciones de microfinanzas con mayor alcance en las zonas rurales de Colombia.

Con el sueño que tuvo hace más de 20 años, cuando apenas era un recién graduado, Osorio ha contribuido a cerrar las brechas financieras que separan al campo colombiano de los grandes centros urbanos. Gracias a Crezcamos, hoy miles de familias rurales acceden a servicios financieros en lugares donde antes la banca era impensable. “Cuando abrimos una oficina en un pueblo en el que nunca hubo un banco, la gente siente que algo cambia”, afirma Osorio". Dicen: “Por fin llegó el banco’. Estamos en lugares como Río Viejo, Santa Rosa, Barranco de Loba, Astrea o Chivolo, municipios donde nadie imaginaba una entidad financiera. Esa cercanía empodera a la gente y ayuda a cerrar las brechas”.