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El Tribunal Supremo de Portugal le concede la libertad a ‘Papá Pitufo’, el zar del contrabando pedido en extradición por Colombia

Diego Marín se beneficia de un habeas corpus mientras se define si logra un asilo político o si es deportado a Colombia para continuar su proceso por contrabando

Diego Marín, alias Papá Pitufo
Valentina Parada Lugo

Diego Marín, conocido como “el zar del contrabando” en Colombia, ha quedado en libertad mientras se define su extradición desde Portugal. El Tribunal Supremo de Justicia del país europeo le ha concedido un habeas corpus al encontrar que se han cumplido los tiempos máximos que puede estar en prisión a la espera de su posible envió al país sudamericano.

Conocido como Papá Pitufo, Marín fue detenido en diciembre de 2024 en Lisboa. Tenía una circular roja de la Interpol solicitada por Colombia, que pide que regrese para responder en los procesos penales que enfrenta por los delitos de concierto para delinquir agravado y cohecho. La Fiscalía colombiana lo ha imputado por considerar que lideró una estructura delictiva dedicada al contrabando con respaldo de funcionarios públicos.

Es la segunda vez que Pitufo queda en libertad condicional mientras se concreta la orden de extradición. El año pasado fue España quien, tras ser detenido en abril por los mismos motivos, lo dejó en libertad. En Colombia se hizo famoso en febrero pasado, cuando el presidente Gustavo Petro reveló que dos años antes, en su campaña presidencial de 2022, ordenó devolverle una donación de 500 millones de pesos, unos 120.000 dólares. En medio de una de sus peores crisis, reconoció ese hecho. “Diego Marín intentó infiltrar mi campaña y mi Gobierno”, dijo entonces. Dos días después, en un famoso Consejo de Ministros televisado, Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección, señaló al hoy ministro del Interior, Armando Benedetti, de haber recibido esos dineros. “El tema del señor Pitufo comenzó con él [Benedetti] y no sé dónde va a terminar”, comentó. Benedetti demandó a Rodríguez por calumnia, mientras el presidente reconoció que le presentaron a Marín en España, y explicó que no sabía de quién se trataba.

Desde entonces, Petro insiste en que Pitufo no es uno más dentro de la larga lista de presuntos criminales colombianos. Este lunes ha referido a él como “el mayor contrabandista de Colombia y quizás su principal lavador de activos”, y en otras ocasiones lo ha descrito como alguien que en los últimos 40 años ha comprado casi todo el Estado colombiano: la Policía, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), los ministerios, la Presidencia. Siempre ha pedido que sea extraditado al país.

Las noticias parecían ir en ese sentido. El pasado 3 de junio, en una rueda de prensa, la fiscal general Luz Adriana Camargo dijo que la justicia portuguesa había otorgado un plazo de 20 días para que la autoridad administrativa definiera una solicitud de asilo que hizo Marín y que frenaría su extradición. Por eso, la noticia de su libertad, tres días después, ha tomado por sorpresa al Gobierno. Una fuente cercana al caso judicial ha confirmado que a la fiscal encargada del caso “le dieron una información diferente sobre los plazos”.

El proceso de extradición de Pitufo ha tenido demoras por lo menos desde marzo pasado, cuando el Tribunal Supremo de Justicia de Portugal avaló el envío a Colombia, pero Marín no solo apeló, sino que interpuso una solicitud de asilo. En el documento conocido este lunes, la justicia de ese país deja en claro que su libertad inmediata no afecta esos dos procesos que siguen su curso y definirán su situación.

Esta tarde, la Fiscalía colombiana se ha pronunciado y ha dicho que le piden a la justicia portuguesa “prohibirle o evitar su salida de Portugal, retener su pasaporte, conminarlo a presentarse periódicamente ante las autoridades judiciales, el uso de un mecanismo de monitoreo electrónico, residencia vigilada u otras similares contempladas en la normatividad de ese país”.

El presidente Petro, en su cuenta de X, ha rechazado la decisión de la justicia en Lisboa. “No sé si no se le entregaron todas las pruebas que muestran las actividades ilícitas del contrabandista. No sé si hubo una negociación con el gobierno de EE.UU., que venía presionando una líder colombiana de la oposición con torvos intereses”. Según el mandatario, ha elevado una petición a la Comisión Europea para que Marín regrese a Colombia a responder por sus delitos. “La excusa que presentó el contrabandista era que era un perseguido del presidente. Claro que debía perseguirlo, porque es un gran criminal en Colombia y el mundo. Tiene orden de captura en Colombia”, afirmó.

Por eso, insiste en la necesidad de que sea extraditado. “El gran contrabando ha sido la bisagra entre grandes poderes políticos y estatales, y el narcotráfico ha arruinado la industria nacional. Es bueno que se revelen con nombre propio esas relaciones de la gran corrupción”, dijo en septiembre. En el más reciente Consejo de Ministros, el 3 de junio, dijo que su Gobierno estaba en contacto con el de Portugal para lograr su deportación. No era un anuncio casual: ese mismo martes la Fiscalía lo llamó a juicio por contrabando. La posibilidad hoy parece más remota.

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Sobre la firma

Valentina Parada Lugo
Periodista de EL PAÍS en Colombia y estudiante de la maestría en Estudios Políticos de la Universidad Nacional. Trabajó en El Espectador en la Unidad Investigativa y en las secciones de paz y política. Ganadora del Premio Simón Bolívar en 2019 y 2022.
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