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El primer embajador colombiano ante Palestina: “En Israel hay una intención macabra de desaparecer la identidad de un pueblo”

El exsenador y exalcalde Jorge Iván Ospina destaca la decisión del Gobierno de crear esta delegación diplomática y pide a las autoridades israelíes que le permitan entrar en Cisjordania

Jorge Iván Ospina, en Bogotá, el 28 de mayo de 2025.
Diego Stacey

Colombia tendrá por primera vez en su historia una representación diplomática en Palestina, al que reconoció como Estado en 2018. El presidente Gustavo Petro ha encargado a Jorge Iván Ospina (59 años), exsenador y exalcalde de Cali, el liderazgo de esta embajada en medio de una guerra que ya suma más de 54.000 muertos en la franja de Gaza, mientras escala la violencia de colonos israelíes en Cisjordania. El embajador designado, que será posesionado en los próximos días, denuncia en una entrevista con este diario que lo que ocurre en Gaza es un “genocidio”, aunque no desestima tender puentes con Israel para poder consolidar una “embajada solidaria” que ayude a los palestinos.

Pregunta. Es el primer funcionario que ocupa este cargo en la historia del país. ¿Cuál es su relevancia?

Respuesta. La creación del puesto es una declaratoria política que consolida el reconocimiento que tiene Colombia de la existencia del Estado palestino. Nuestro país considera que Palestina tiene una historia, un territorio, unas costumbres y una identidad que deben ser promocionadas y protegidas. Estar allí también nos dará la oportunidad y la vocería para poder condenar la presión a un pueblo a través del hambre y los bombardeos.

P. ¿Cómo hacer todo esto sin una sede diplomática? El Gobierno se puso como objetivo hace más de un año establecer una embajada en Ramala [capital administrativa de Palestina], pero aún no lo ha hecho.

R. Ya tenemos el beneplácito de la Autoridad Nacional Palestina [que gobierna Cisjordania] y seguramente tendremos que construir una relación con Israel para que posibilite el ingreso de nuestro personal a Ramala. Ya lo ha hecho con otras representaciones diplomáticas.

P. Suena optimista, teniendo en cuenta que el Gobierno rompió relaciones diplomáticas con Israel por su rechazo a la guerra en Gaza.

R. Siento que estamos en un momento en el que el mundo le habla a Israel. Las manifestaciones en Londres, en París, en Berlín, en Estados Unidos y en España le están diciendo que las cosas deben cambiar. No veo [la ausencia de relaciones diplomáticas] como un problema, sino como una oportunidad para tratar de reconocernos ambos países, teniendo en cuenta que somos radicales en nuestra posición frente a la guerra. En el hipotético caso en el que no pudiésemos estar en Ramala, no dudaríamos en buscar un país vecino donde podamos cumplir con nuestras funciones consulares.

P. Es decir, Egipto o Jordania.

R. Son opciones a tener en cuenta. Hay una comunidad de refugiados palestinos muy importante en Egipto, por tanto, allí podríamos trabajar. También hay que pensar en la posibilidad de Amán, en Jordania, y no se puede dejar de lado Qatar. Pero si me preguntan por qué quiero ser embajador de Palestina, diría que es porque quiero estar en Cisjordania: quiero participar en todas las estrategias posibles para reconstruir un territorio que ha sido dañado. Como médico y humanista, quiero poder proteger la vida. Es una fotografía que el mundo debe ver para que sea condenada y para que no vuelva a ocurrir.

P. Gustavo Petro ha calificado en varias ocasiones lo que ocurre en Gaza como un genocidio. ¿Concuerda con el uso del término?

R. Si yo bombardeo un espacio donde hay mujeres y niños, si bombardeo una misión médica y si mato a más de 50.000 personas, no le puedo poner otro nombre. Llamar de otra manera lo que está ocurriendo sería tratar de ocultar la barbarie y eso, a su vez, es hacerle un mal camino a la sensatez del pueblo israelí. Yo no solo leo un genocidio, leo que en Israel hay una política de limpieza étnica, una intención macabra de desaparecer la memoria, la cultura, la historia y la identidad de un pueblo. En 100 años, la postura del presidente Petro y de nuestro Gobierno será valorada.

Jorge Iván Ospina, el 28 de mayo de 2025.

P. Otros libros de historia podrán decir que las declaraciones de Petro fueron antisemitas. ¿Dónde encuentra el equilibrio de criticar lo que hace Israel sin caer en la discriminación?

R. Lo primero es señalar que es una élite, un grupúsculo, la que está haciendo la guerra, no se puede meter allí a todo el universo israelí. Yo no soy antisemita y respeto el judaísmo. Conozco y he recibido la colaboración de la comunidad judía de Cali. Ellos han constituido empresas que generan y movilizan bienestar. Pero me parece un poco complicado que cada vez que se señala las irracionalidades y los exabruptos [en los que incurre el Gobierno israelí] se plantee que hay antisemitismo. Por el contrario, un verdadero semita entiende el dolor de la vida y no permitiría lo que algunos irresponsables adelantan con saña y sevicia [en Gaza].

P. Petro propuso el año pasado que traería a Colombia a heridos de la guerra para que sean tratados en hospitales de primer nivel, como han hecho países como España. Usted es médico de profesión, ¿lo toca especialmente este tema?

R. Sí, como embajador voy pegado a ese concepto. Lo que más me anima a asumir el riesgo de vivir de una forma distinta, de alejarme de mis espacios culturales y de mi vida, es tener la oportunidad de que en el año largo que nos queda de Gobierno podamos traer a un grupo muy importante de niños para que reciban de las mejores manos una terapia y rehabilitación integrales.

P. El ataque a un grupo de diplomáticos en Cisjordania por parte del ejército israelí hace un par de semanas demuestra que su trabajo conlleva grandes riesgos.

R. Es un trabajo riesgoso, pero creo que uno debe aprender a jugarse la vida en las bellas causas. Colombia, un país lacerado por la violencia y la guerra, puede mostrar que la reconciliación es posible, que dos pueblos con condiciones religiosas tan distintas, pero también con temas tan afines, pueden cohabitar un mismo territorio. La humanidad debe entender que no podemos crear un nuevo tipo de colonialismo y para eso está la acción política. Ahora, si me muero, espero que se movilicen para traer mis huesos para acá [risas].

P. Tendrá la tarea clave de insistir en la liberación del rehén colombo-israelí Elkana Bohbot, secuestrado por Hamás.

R. Los líderes de Hamás [que gobierna Gaza de facto] tienen que ver los gestos de Colombia de colocar un embajador en Palestina y de abrir los brazos a los palestinos a través de una embajada solidaria. Aspiro que esta señal se interprete de buena manera para que este colombo-israelí recupere su libertad. Claramente, condeno el secuestro como arma de guerra y aclaro que la liberación de Bohbot es otro de los objetivos en la embajada.

P. ¿Cuándo viaja?

R. Tengo interés de viajar lo más pronto posible y hacer fuerza para que me dejen entrar. Me sentiría muy mal si no lo consigo.

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Sobre la firma

Diego Stacey
Periodista de la sección Internacional. Anteriormente trabajó en 'El Tiempo', en Colombia. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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