Contra la reforma laboral, a favor de la consulta popular: Petro define un nuevo rumbo político
Un artículo sobre el trabajo por horas es el principal punto de divorcio entre el Gobierno y el Congreso frente al proyecto de ley que está siendo debatido en el Senado. “La reforma laboral se convierte en una verdadera contrarreforma”, dice el presidente


La reforma laboral aprobada en penúltimo debate en el Senado ya no es del agrado del Gobierno de Gustavo Petro. Atrás han quedado las celebraciones de la semana pasada del ministro del Interior, Armando Benedetti, por haber asegurado los dos puntos neurálgicos: un aumento del 75% al 100% de los recargos por trabajar domingos y festivos, y la ampliación de la jornada nocturna para todas las empresas, incluidas las micro y las medianas. Ahora, antes de que el proyecto pase a su última votación en la plenaria del Senado, el eje del debate está en un apartado sobre trabajadores de tiempo parcial que, según el presidente y las centrales obreras, desvirtúa todo el proyecto de ley. “La reforma laboral se convierte con ese artículo en una verdadera contrarreforma, de las más atrasadas de las que se han visto”, dijo Petro este lunes. “No es mi reforma laboral. Contiene partes, pero le agregaron un artículo que la derriba toda”, agregó.
El artículo de la discordia es el 37, que establece regulaciones en los pagos “para quienes laboren por días y horas en jornadas inferiores a las máximas legales”. Las centrales obreras interpretan que esto habilita el trabajo por horas, una modalidad que no está regulada en Colombia y a la que siempre han señalado como precarización laboral. En un comunicado difundido el domingo, tanto la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) como la Confederación General del Trabajo (CGT) denuncian que el artículo “elimina el salario mínimo”, “debilita la seguridad social” y “elimina las vacaciones”, ya que los trabajadores no sumarían el tiempo necesario para estos derechos. El artículo en el proyecto de ley, en tanto, no elimina el salario mínimo o las prestaciones, pero sí especifica que deben ser proporcionales a lo trabajado.
El presidente compartió el lunes el comunicado de las centrales obreras, que incluye 13 reclamos, e hizo énfasis en que el tema de los contratos por hora es lo que termina de desvirtuar todo el proyecto que avanza en el Senado, y lo que lo convierte en una contrarreforma. El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, lo respaldó unas horas después y dejó explícito que es esto lo que inclina la balanza en contra del proyecto que inicialmente presentó el Gobierno y que ambas cámaras luego modificaron. “Así es, presidente. El trabajo por horas destruye el relativo avance en recargos nocturnos, dominicales y festivos, logrado en el debate en la Comisión IV del Senado”, escribió en X.
Así es Presidente @petrogustavo : el trabajo por horas destruye el relativo avance en recargos nocturnos, dominicales y festivos, logrado en el debate en la Comisión IV del @SenaGovCo https://t.co/3Z64bORiyK
— Antonio Sanguino (@AntonioSanguino) June 2, 2025
Hasta ahora, el Gobierno había tenido un tono más positivo con el texto que la cámara alta aprobó en penúltimo debate. El ministro del Interior lo había definido como un logro “bastante amplio” luego de que la Comisión Cuarta modificara la ponencia original de la senadora Angélica Lozano e incorporara los dos reclamos principales del Ejecutivo: eliminar las excepciones del pago nocturno que se habían establecido para pequeñas y medianas empresas, y dejar el recargo por festivos en 100% —en vez de 75%—. “Lo más importante es que se buscó y se logró el 100% para los festivos y los dominicales, y que se cobren horas extras y sin excepciones”, había declarado Benedetti.
El Ejecutivo incluso había abierto la puerta a dejar atrás la convocatoria a una consulta popular, que hasta entonces había presentado como indispensable para sortear los obstáculos en el Congreso. Benedetti había declarado a medios de comunicación que era una posibilidad si el Senado aprobaba el proyecto de ley. “En ese futuro hipotético (...) uno podría pensar en no hacer la consulta, pero ahora viene la etapa más difícil, que es la plenaria del Senado”, había declarado. El ministro de Trabajo, en tanto, había sido más cauto: había señalado que el llamado a las urnas dependía de cómo quedara el texto final. “Se avanzó, claro. Pero hay una serie de asuntos que no se han incorporado (...). Hasta el último minuto no sabremos el resultado, y sobre ese resultado el Gobierno examinará los pasos a seguir. Mientras tanto, el seguro de vida de la reforma laboral es la convocatoria a que la gente se exprese en una consulta popular”, había dicho en Blu Radio.
El tono ha cambiado este fin de semana largo. No solo por lo mencionado por Petro y Sanguino, sino también por el ministro del Interior. Benedetti escribió en la mañana del lunes, en sintonía con el presidente, que “hay un Congreso que aún no quiere restaurar los derechos laborales de la clase obrera” y volvió a mencionar la posibilidad de que el mandatario convoque a una consulta popular por decreto, algo que produce incertidumbre sobre su validez. La bancada del Pacto Histórico, por su parte, ya había declarado el jueves que “la Comisión Cuarta del Senado aprobó una reforma laboral que desconoce las luchas históricas del pueblo trabajador”.
La senadora Lozano, en tanto, dejó en claro en una entrevista con este periódico, publicada el domingo, que los votos del petrismo son indispensables. “El único riesgo de que se hunda está en la conciliación con la Cámara. El presidente Petro y el Gobierno, que tienen allá las mayorías, tienen la palabra. Todo el país está viendo”, dijo.
Otros reclamos
Más allá del nueve eje de debate en torno al trabajo por horas, hay varios puntos que las centrales obreras reclaman en el comunicado del domingo. Uno de los principales es que se hayan eliminado los contratos laborales para los estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), pese a que de todos modos sumarán nuevas prestaciones: pagos de seguridad social (salud y pensión) y una remuneración del 75% de un salario mínimo en la etapa lectiva y del 100% en la etapa práctica. Otros son la ampliación de los contratos de término fijo a cinco años, lo cual consideran como una forma de sortear los acuerdos a término indefinido, y la eliminación del aumento de la licencia por paternidad.
Las centrales obreras, a diferencia de Benedetti, habían expresado su oposición al nuevo texto desde el primer momento. Mantuvieron la convocatoria a un paro que llevaron a cabo el miércoles y el jueves pasado. Aunque la concurrencia fue baja, los participantes criticaron una y otra vez a la senadora Lozano y aseguraron que su versión era regresiva. “Es una versión mutilada que quita lo esencial. Por eso necesitamos la consulta y que el pueblo se movilice”, resumió a este periódico Julia Edith Cabarcas, abogada y miembro de la Asociación de Mujeres Colombianas. Ahora el presidente parece concordar con ellos.
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