Los empresarios alertan del peligro de recuperar las redadas en hoteles, restaurantes y granjas
Los agentes del ICE tienen luz verde para retomar las detenciones, después de que Trump anunciara que se pararían para evitar la escasez de mano de obra

El vaivén de las decisiones del Gobierno de Donald Trump, que se contradicen en cuestión de días y a veces horas, deja en suspenso a los afectados, que no saben por dónde soplará el viento. Ha pasado con la montaña rusa de los aranceles, que un día suben y otro bajan, y también con la inmigración. La última contradicción afecta a los empresarios de hoteles, restaurantes y el sector agrario.
Casi no les ha dado tiempo de celebrar la interrupción de las detenciones en estas áreas que anunció el presidente, cuando se han enterado de que la Administración revierte la decisión y ordena la continuidad de los arrestos. “Esto ha estado sucediendo desde el jueves, cuando vimos la oportunidad de asegurar que los restaurantes fueran reconocidos como trabajos esenciales. Ha sido un fin de semana muy movido. En nombre de la asociación, seguimos teniendo mucha esperanza, y la tenemos porque hay un diálogo abierto”, afirmó Emily Williams Knight, CEO de la Asociación de Restaurantes de Texas.
Sus declaraciones las hizo en una comparecencia virtual con la prensa que estaba prevista para celebrar el cambio de política de Trump, que la semana pasada ordenó que el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) interrumpiera las detenciones de migrantes indocumentados en el campo, las granjas, las fábricas procesadoras de carne y los hoteles y restaurantes.
El lunes, sin embargo, se conoció que el Departamento de Seguridad Nacional ordenó revertir esa orden y que dio luz verde de nuevo para las redadas, según adelantó The Washington Post.
Representantes de estos sectores tuvieron que adaptar su discurso ante el imprevisible cambio de directrices.
El tono conciliador y demandante de un diálogo que lleve a una solución se mezclaba con la advertencia de la catastrófica situación en la que las detenciones masivas de trabajadores están dejando en estos sectores.
En Texas, los restaurantes constituyen el mayor empleador del sector privado, con 1,4 millones de personas trabajando, de los que el 22% son inmigrantes, señaló Knight, alertando del efecto que han tenido las redadas de ICE: “Los restaurantes en Texas no pueden abrir. No tienen suficiente personal de cocina. Esto también representa un impacto económico enorme. Esas personas no vienen a trabajar y tampoco invierten en sus comunidades”.
Los empresarios se quejan de que las redadas de ICE contra los migrantes indocumentados están dejando sus negocios sin mano de obra. Llevaron su preocupación ante el presidente, que el jueves pasado anunció cambios en las detenciones para ayudar a “proteger a nuestros agricultores” de la pérdida de trabajadores.

Presión dentro del Gobierno
Trump se ha visto presionado por ambos lados. En su propio Gobierno, hay tensión con el tema. Mientras la secretaria de Agricultura, Brooke Rollings, se hace eco de las preocupaciones de los agricultores, uno de los artífices de la cruzada antiinmigración, su asesor Stephen Miller, se opone a la excepción de ningún sector en las detenciones la campaña de deportación masiva, según fuentes consultadas por The Washington Post.
Matt Teagarden, CEO de Kansas Livestock Association, alertó del riesgo de que aumente la inflación por la interrupción del suministro de alimentos. “Además de los trabajadores detenidos, [las redadas] también infunden temor en estas comunidades, incluso entre los trabajadores legales”, que dejan de ir a trabajar, dijo, aunque resaltó que le “alienta que el presidente haya reconocido la necesidad de un enfoque equilibrado en este asunto”.
Teagarden hizo referencia a las redadas que el ICE hizo en una planta de procesamiento de carne de Omaha, Nebraska, la semana pasada, que se saldaron con 70 personas arrestadas. Las detenciones provocaron protestas en las calles y varios negocios cerraron por el miedo desatado en una zona donde una cuarta parte de los residentes son extranjeros. “Podemos usar trabajadores importados o importar nuestros alimentos”, señaló.
Los ejecutivos piden que las detenciones se dirijan solo a los delincuentes, como el Gobierno dijo en un principio que iba a hacer. La realidad es que, para conseguir el objetivo de realizar la mayor deportación de la historia de Estados Unidos, es necesario ampliar el espectro de los deportables. Por eso, los agentes del ICE no se han limitado a los migrantes con historial delictivo y solo menos del 10% de los detenidos tiene antecedentes criminales.
Los empresarios sostienen que, incluso con un aumento del paro, los americanos no quieren hacer los trabajos que realizan los migrantes, muchos de ellos indocumentados, por lo que piden que se apruebe una vía para legalizarles, en vez de expulsarles.
“Apreciamos que la Administración comprenda la importancia de la fuerza laboral, pero necesitamos que se tomen medidas. El 72% de la industria de los purasangres son inmigrantes y no podemos operar sin ellos. Necesitamos trabajadores para alimentar y cuidar a estos caballos todos los días”, apuntó Dale Romans, presidente de la Kentucky Horsemen’s Benevolent and Protective Association.
Las granjas ganaderas han sido también objetivo del ICE. Beverly Idsinga, directora ejecutiva de Dairy Producers of New Mexico, puso de ejemplo una granja en la que los agentes migratorios arrestaron a 35 de los 55 empleados que tenía. “Así no se puede gestionar una granja. Las vacas no se pueden apagar. Hay que ordeñarlas y alimentarlas dos veces al día”, por lo que, explicó, el dueño ha tenido que recurrir a estudiantes de secundaria que ya están de vacaciones para hacerlo.
Las organizaciones de empresarios han estado alertando desde hace meses de los efectos negativos que se avecinan al prescindir de los trabajadores indocumentados, fuerza motora de sectores como el del campo y la restauración. Estos trabajadores son la columna vertebral de muchas industrias: el 22 % del personal de restaurantes, el 51% de los trabajadores de la industria láctea y ganadera, y el 72% de los trabajadores de las carreras de caballos son extranjeros, según Rebecca Shi, CEO de la American Business Immigration Coalition.
“La recomendación del presidente de la semana pasada de suspender las medidas de control de ICE en granjas, restaurantes y hoteles fue un paso importante en la dirección correcta. Ahora necesitamos que el Congreso y la Administración avancen con soluciones reales: visas de trabajo para trabajadores esenciales que paguen impuestos, estabilicen la economía y contribuyan a sus comunidades”, dijo.
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