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Trump admite la escasez de trabajadores que genera su política migratoria y promete cambios

El presidente reconoce que los sectores de la agricultura, la hotelería y el ocio están sufriendo como consecuencia de las intensas redadas

King City, California
Paola Nagovitch

El presidente Donald Trump ha reconocido este jueves lo que los expertos venían advirtiendo desde hace meses: que su campaña de deportaciones masiva provocaría una escasez de trabajadores en sectores que dependen de la mano de obra inmigrante. El republicano lo ha admitido en una publicación en su red social, Truth, en la que ha señalado que los sectores de la agricultura, la hotelería y el ocio se han visto especialmente afectados por su política migratoria. Este reconocimiento, inusual en alguien como Trump, llega después de que su Gobierno intensificara las redadas en los lugares de trabajo, lo que desencadenó las protestas de Los Ángeles que se han extendido rápidamente al resto del país.

“Nuestros grandes agricultores y las personas del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria muy agresiva está alejándoles a muy buenos trabajadores de muchos años, cuyos puestos son casi imposibles de reemplazar”, escribió el presidente. “En muchos casos, los criminales que han sido permitidos en nuestro país por la política de fronteras abiertas de Biden, MUY estúpida, están solicitando esos trabajos. Esto no es bueno. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los CRIMINALES de EE UU. ¡Se avecinan cambios!”

Trabajadores migrantes recogen verduras en un campo del condado de Santa Bárbara, California.

En las últimas semanas, la Administración Trump ha puesto su punto de mira en los centros de trabajo de todo el país para redoblar sus esfuerzos de deportación, que no han alcanzado los objetivos del presidente. Esta misma semana, más de 70 personas fueron detenidas tras una redada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en una planta cárnica de Omaha, Nebraska. Funcionarios de inmigración declararon posteriormente que la redada en las instalaciones de Glenn Valley Foods —que se saldó con la mitad de la plantilla— se realizó “como parte de una investigación criminal en curso sobre el empleo a gran escala de extranjeros sin autorización para trabajar en Estados Unidos”.

También esta semana, el ICE llegó hasta varias granjas en zonas del sur de California para realizar detenciones. Un video publicado en redes sociales mostraba a agentes persiguiendo a algunos de los trabajadores mientras huían de los campos. La policía migratoria también allanó empacadoras en la zona en condados como Ventura, Tulare y Fresno, todos ellos potentes regiones agrícolas del Estado.

Redadas como estas han desatado las protestas masivas en Los Ángeles. El viernes, agentes del ICE llevaron a cabo operativos en tres lugares de trabajo: en un Home Depot, una tienda de materiales de construcción; en una bodega y en una tienda de ropa. Unas 44 personas fueron detenidas en las redadas de ese día, pero el Gobierno ha continuado realizando arrestos de inmigrantes en plena movilización ciudadana en contra de la política migratoria de Trump. Las protestas en California cumplirán pronto una semana, después de que se extendieran a casi todas las grandes ciudades del país.

Migrantes deportados de Estados Unidos caminan en el puente fronterizo internacional Paso del Norte, en Ciudad Juárez, México, en octubre de 2024.

En Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados representan entre el 4 y el 6% de todos los trabajadores. Según estimaciones del Centro de Estudios Migratorios de Nueva York, hasta 8,3 millones personas sin papeles trabajan en el país, es decir, el 5,2% de la población activa. Se concentran en unas cuantas industrias: en la jardinería, donde son el 19% de todos los trabajadores, en la agricultura (17%) y en la construcción (13%), según datos de Goldman Sachs de 2023. También tienen una gran presencia en la hostelería y en la los trabajos relacionados con fabricación de alimentos. Empleos que, debido a sus condiciones, sin inmigrantes se quedan vacíos, ya que los estadounidenses no quieren ocuparlos.

No solo contribuyen a la economía estadounidense con su labor, sino que también pagan impuestos: en 2023, los migrantes sin papeles abonaron 89.900 millones en impuestos federales, estatales y locales. La cifra supone el 2,6% de los ingresos federales para ese año, según el American Immigration Council.

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Sobre la firma

Paola Nagovitch
Periodista en Nueva York. Coordina la edición en inglés del periódico y forma parte del equipo fundador de EL PAÍS US. En 2022, fue Premio Ortega y Gasset de Periodismo por una investigación sobre la pederastia en la Iglesia española. Estudió Periodismo y Política en New York University e hizo el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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