Rian Johnson, creador de ‘Poker Face’: “La fórmula de ‘Colombo’ es mágica, siempre funciona si lo haces bien”
El director de ‘Puñales por la espalda’ es el responsable de la serie que protagoniza Natasha Lyonne y que regresa con su segunda temporada

Para su primera serie como creador, el cineasta Rian Johnson (Silver Spring, Estados Unidos, 51 años) pensó en cuál era el tipo de historias que le apetecería ver en la televisión. “Como un montón de gente, vi el maratón Colombo en el confinamiento. Hoy hay mucha televisión muy buena, muy serializada, con una historia por temporada. Pero yo tenía hambre de historias episódicas, además del confort que provoca que todas las historias estén ancladas por un personaje que te gusta y que nos encanta volver a ver y pasar tiempo con él cada semana”, explicaba en una entrevista con EL PAÍS por videollamada a mediados de mayo. El director ya había recuperado el género clásico policíaco, al más puro estilo Agatha Christie pero aderezado con mucho humor, en Puñales por la espalda (2019). ¿Por qué no recuperar esa combinación ganadora para la televisión? De ahí, y de su amistad con la actriz Natasha Lyonne, nació Poker Face, serie que este 17 de julio estrena su segunda temporada en España en SkyShowtime.
Quien alguna vez haya visto Colombo, ya conoce la estructura de Poker Face: en los primeros minutos de cada episodio, el espectador presencia un crimen. Sabe quién es el culpable y cómo lo ha hecho. Lo que queda por resolver es cómo el detective dará con el malhechor. Solo que en este caso se cambia el tradicional detective por una buscavidas en permanente huida que, casualidades de la vida, en cada parada de su recorrido de un lado a otro se encuentra con gente implicada en crímenes. Su don para saber si alguien miente le hace ir un paso por delante del resto para resolver los casos.

La segunda temporada mantiene esa estructura que permite ver cada capítulo sin tener que recordar de dónde viene la historia. Y le añade una dosis extra de humor y diversión a las tramas, más ligereza, en palabras de Johnson. “Quizá sea porque, tal como está el mundo hoy en día, sentíamos que tenía que ser una temporada más ligera, con más luz”, reflexiona el cineasta. “Aparte de eso, la idea era que no sorprendiera. Quiero decir, espero que cada episodio les sorprenda, pero que la serie siga siendo la misma. La idea era hacer algo como Colombo o Los casos de Rockford o esas series antiguas en las que las temporadas se construyen sumando episodios en la cantidad que quieras”, continúa.

Rian Johnson no era completamente nuevo en la televisión. En Breaking Bad dirigió tres episodios, entre los que están nada menos que Ozymandias, considerado uno de los mejores capítulos de la historia de la televisión, o el recordado capítulo de La mosca. En Poker Face, además de estar al frente de la sala de guionistas, también se ha puesto detrás de las cámaras, aunque en esta tanda solo lo hace en el primer episodio porque la producción coincidió con la preparación de la tercera entrega de Puñales por la espalda: De entre los muertos, cuyo estreno está previsto a finales de año en Netflix.

El guion, confiesa, fue aún más complicado de escribir para la segunda temporada que en la primera. “Con las películas me pasa igual. No sé si es porque te haces mayor y te vuelves más exigente contigo mismo”. Pero sí llegaron a los nuevos capítulos con varias lecciones aprendidas. Una de ellas fue que a la protagonista, Charlie Cale, aunque pueda parecer lo contrario, le gusta mucho la gente. “Eso fue una revelación para nosotros: no es una detective cínica al uso. Es alguien que llega a una habitación y empieza a hablar con la primera persona que se sienta a su lado. Ese es algo así como su superpoder y es lo que la hace entablar esas relaciones que la llevan a resolver crímenes”, dice.
Otra de las características de Poker Face es la cantidad de estrellas invitadas que tiene. La nueva temporada arranca con un capítulo en el que Cynthia Erivo interpreta a cinco quintillizas. El segundo episodio incluye a Katie Holmes y Giancarlo Esposito. Kumail Nanjiani, BJ Novak, Margo Martindale, Melanie Lynskey, Awkwafina o la voz de Steve Buscemi también participan en los nuevos capítulos. Otra idea que copiaron de Colombo, por donde pasaron Johnny Cash, Dick Van Dyke o John Cassavetes.

Con Puñales por la espalda y Poker Face, Johnson se ha especializado en los últimos años en historias criminales cruzadas con comedia. Para él, es algo natural haber llegado hasta este punto. “Es lo que vi mientras crecía. A Albert Finney en Asesinato en el Orient Express. O fui muy fan de Peter Ustinov como Poirot en Muerte en el Nilo y Muerte bajo el sol. Esas películas siempre tenía un ligero sentido del humor que emergía de fondo. Además, el humor es un arma muy poderosa porque si metes una pista a través de una broma, los espectadores no se darán cuenta de que es una pista. Puedes deslizar cosas sin que sea obvio que lo has hecho si consigues que se rían y se diviertan con ello. La comedia es un arma muy, muy útil”.

Como se puede comprobar, en la conversación con Johnson es recurrente mencionar la serie que protagonizó Peter Falk. “Soy un loco de los misterios y la fórmula de Colombo me fascina. Porque sobre el papel, no debería funcionar. Ya sabes, según la física, los abejorros no deberían poder volar, y sin embargo lo hacen. Esto es un poco así. Aquí ya sabes quién lo hizo, lo normal sería que te aburriera porque sabes que el detective lo va a pillar, ¿dónde está la sorpresa? Y aun así, Levinson y Link [creadores de Colombo] perfeccionaron la fórmula, es algo mágico que siempre funciona si lo haces bien. También me influyó la nostalgia, recuerdo ver esas series de niño, y ver reposiciones muchas veces por la tarde. Un deseo de volver a ese placer, supongo”.

Los detectives ideados por Rian Johnson, el peculiar Benoit Blanc interpretado por Daniel Craig en las películas y la no más convencional Charlie Cale encarnada por Natasha Lyonne, son de lo más pintoresco. Pero su origen es de lo más sencillo. “Para Benoit Blanc fue divertido porque quería escribir un detective al estilo clásico y cuando empecé a escribir probaba con muchas peculiaridades que lo terminaban haciendo demasiado adorable: un parche en el ojo, maneras afectadas… Al final me di cuenta de que eso era terrible, lo descarté y dije, solo tendrá acento sureño. Y escribí el personaje plano. Cuando Daniel [Craig] se incorporó, encontró todos esos matices y fue capaz de dibujar algo a lo que luego pudimos agarrarnos y desarrollar en cada película. Con Charlie fue parecido. La escribí de una forma muy sencilla y plana en el papel. Como guionista aprendes rápido que no puedes intentar escribir diálogos al estilo de Natasha Lyonne, porque parecería que estás imitando su voz. El truco es escribir plano y luego ella va a aportar su propio toque. La clave fue no hacer personajes locos o peculiares como detectives, sino solo escribir alguien que sirviera al propósito de la historia de la mejor forma”, remata.
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