Feijóo, Vox y la demagogia de los hechos
Son días en los que cuando se contempla y se escucha cualquier informativo de las cadenas generalistas se asume que vivimos tiempos políticos turbios


Son días en los que cuando se contempla y se escucha cualquier informativo de cualquiera de las cadenas generalistas se asume que vivimos tiempos políticos turbios. La derecha tradicional, cada vez más, le baila el agua a una extrema derecha pletórica. ¡Son las encuestas, estúpido! Y aquel líder periférico que llegó con fama de moderado ha demostrado servirse de cualquier argumento, incluso el que se adentra en la indignidad, para demostrar que sus únicos aliados siempre podrán contar con él.
Las últimas intervenciones parlamentarias de Núñez Feijóo sobre la familia de la mujer del Presidente del Gobierno son de una vileza inimaginable en quien pretende algún día ser la alternativa a Pedro Sánchez. Alguien capaz de utilizar ese tipo de reflexión para atacar a un rival político debería quedar descartado para el desempeño de cualquier función pública, pues, en lugar de señalar los importantes errores de su oponente en aras de clarificar una situación política compleja, encubre su ausencia de soluciones con el insulto: la bajeza considerada como una de las bellas artes.
Claro que si se supera la inicial estupefacción al contemplar el servilismo de la derecha hacia las huestes de Santiago Abascal, siempre se puede bajar un peldaño en el descenso a los infiernos al contemplar las imágenes de Torre Pacheco, imágenes que se producen poco después de que la diputada de Vox Rocío de Meer declarara que habría que deportar a ocho millones de inmigrantes y a sus hijos “para sobrevivir como pueblo”. Curiosamente, la diputada lo es por Almería una provincia en la que la labor de los inmigrantes en los invernaderos, en ese mar de plásticos, es fundamental.
Si como señalaba el clásico “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar…”, estamos deseando que pasen estos tiempos en los que lo demagógico alcanza la condición de hechos, en los que quienes llegaron con fama de moderados han mostrado su intransigencia y en los que quienes abogan por una especie de limpieza étnica dependen económicamente en buena medida de quienes pretenden expulsar.
Dicho todo lo cual, lo cierto es que los informativos en realidad lo que nos cuentan es lo que la Wikipedia define como “folletín”: “Un género dramático de ficción caracterizado por su intenso ritmo de producción, el argumento poco verosímil y la simplicidad psicológica. Recurre a la temática amorosa, pero también al misterio y a lo escabroso”. No se diga más.
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