Condenado a 71 años de cárcel un profesor de surf de Hondarribia por agredir sexualmente a 11 menores
El acusado debe indemnizar a las víctimas con cantidades entre los 3.000 y 30.000 euros, y queda inhabilitado para cualquier profesión en contacto con niños y adolescentes

Un monitor de surf de Hondarribia (Gipuzkoa) acusado de agredir sexualmente a once de sus alumnos varones menores de edad y de posesión de material de explotación infantil ha sido condenado por la Audiencia de Gipuzkoa a penas que suman 71 años, 5 meses y 9 días de cárcel, ha informado este lunes el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).
Según señala la sentencia, las penas impuestas varían para cada una de las 11 víctimas y oscilan entre cuatro años y un día, hasta 12 años de prisión. Las condenas responden al delito de abuso sexual cuya gravedad ha sido valorada individualmente. En el fallo se hace referencia al delito de abuso sexual sobre un menor de 16 años en su modalidad de prevalimiento de situación de superioridad, previsto y penado en el artículo 183 del Código Penal.
El agresor también ha sido acusado del delito de posesión de material de explotación sexual infantil, por el que se le ha impuesto una pena de cinco meses de prisión
Por otro lado, la Audiencia ha fijado que el acusado indemnice a las víctimas con cantidades que van desde los 3.000 a los 30.000 euros. Y decreta la prohibición de acercamiento a las víctimas, libertad vigilada (que empezará a computar después del cumplimiento de las penas impuestas) y la inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad.
Los abusos ocurrieron entre 2011 y 2021. En el momento de su detención, cuando el varón tenía 37 años, la Ertzaintza localizó en su domicilio un disco duro con 4.208 archivos de “explotación sexual de menores”, según la Fiscalía.
En palabras del Ministerio Público, el encausado se aprovechaba de las “actividades que desarrollaba como monitor” para ganarse la confianza de sus alumnos, que lo veían “como una figura a seguir”, circunstancia que usaba para acercarse a sus alumnos varones y menores de edad “sin levantar la más mínima sospecha” entre el resto.
El ‘modus operandi’ del procesado consistía en elegir a una víctima y darle atención y regalos para conseguir que se sintiera “especial y afortunada”. Les daba abrazos y besos e intentaba “provocar su dependencia”.
Una vez que lograba “despertar los sentimientos de dependencia del menor” en cuestión, presuntamente lo sometía a distintas prácticas de índole sexual “con la finalidad de satisfacer sus deseos más lascivos, sirviéndose además de la confianza que depositaban en él las familias” de las víctimas.
Una maquinaria de abuso
De hecho, durante el juicio, el fiscal sostuvo que el monitor de surf llegó a convertir su escuela de este deporte en “un auténtico rebaño y en una auténtica maquinaria del abuso sexual de menores”, mientras que la acusación particular dijo que este centro de formación fue solo “una excusa” para que el procesado pudiera “estar con menores de edad y poder satisfacer sus deseos sexuales” con ellos.
El juicio tuvo lugar en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa entre el 10 y 21 de marzo de este año. Tras las declaraciones a puerta cerrada de las víctimas y sus familiares, lo hizo el acusado, quien ha permanecido en situación de prisión provisional desde finales de agosto de 2021, cuando fue detenido.
En la vista, la Fiscalía pidió penas que sumaban 85 años de cárcel por los hechos ocurridos a lo largo de una década, entre 2011 y 2021, período previo a la entrada en vigor de la ley del solo sí es sí. Por su parte, la acusación particular ―que representó en el caso a la mayoría de las víctimas― solicitó cerca de 290 años de prisión para el procesado, quien además de regentar una escuela de surf, organizaba campamentos en distintas poblaciones.
Tras conocer la sentencia final, las familias de las víctimas han asegurado a EFE, a través de su letrada, Izaskun Porres del despacho Syner Abogados, que están “parcialmente satisfechas” con el fallo, aunque también “desconcertadas” porque la sentencia no reconozca la existencia de “intimidación” en el caso, lo que hubiera permitido agravar las penas.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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