Igualdad advierte a los entornos de las mujeres víctimas de violencia machista que “maximicen la alerta” porque eso puede “salvar vidas”
La ministra de Igualdad ha recordado tras el último comité de crisis por los asesinatos perpetrados desde abril que los próximos dos meses son los más peligrosos


¿Qué pasa cuando no pasa lo que debería pasar después de que un niño cuente en su colegio que en su casa su madre y su padre se están separando y alerte, a su manera, que puede producirse violencia? ¿Y cuando no es un colegio sino un centro de salud y no es un niño sino la hermana de una mujer maltratada quien avisa a profesionales sanitarios un día en el que la acompaña al médico? Como mínimo, en ambos casos, la violencia seguirá produciéndose. Pero justo en estos dos, esa violencia acabó en asesinato.
Son dos de los crímenes machistas que este jueves han formado parte del análisis del comité de crisis ―la reunión entre los ministerios de Interior, Justicia, Igualdad, las comunidades autónomas, la fiscalía de violencia sobre la mujer y las unidades de violencia sobre la mujer de las autonomías en las que se producen los asesinatos―, del que, aún sin finalizar, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha salido a hacer declaraciones.
Ese encuentro, que comenzó a las 10.00 de la mañana y que al mediodía aún no había terminado, tenía sobre la mesa los asesinatos que 14 hombres han perpetrado en abril, mayo y junio: 14 mujeres, dos niñas y un niño que fueron asesinados por sus padres, todavía parejas de sus madres, en fase de separación o divorcio o ya viviendo cada uno por su lado.
La casuística siempre es múltiple, pero en la mayoría de estos casos ―cuando la ministra ha comparecido aún quedaban cuatro por analizar― han detectado “vulnerabilidades que se superponen, por ejemplo económica, muy importante; vulnerabilidades de dependencia a sustancias tóxicas, alcoholismo; también una vulnerabilidad como consecuencia de problemas de salud mental; una vulnerabilidad en el ámbito rural, mayor aislamiento; también una vulnerabilidad en cuanto a las mujeres migrantes que efectivamente [en estos casos] viven sin red de protección, sin red familiar que las pueda acoger”, ha afirmado Redondo, quien también ha querido hacer hincapié en “desmentir el bulo” de la ultraderecha sobre que la mayoría de agresores son migrantes.
El 71% de los hombres que han asesinado desde abril a sus parejas o exparejas y en algunos casos a sus hijos e hijas eran españoles, y también lo eran el 57% de las víctimas, ha cifrado Redondo. Víctimas de las que, en su mayoría, el sistema no tenía constancia. “El sistema protege”, ha dicho la ministra, pero el sistema protege siempre y cuando sepa que se está dando esa violencia.
Solamente en tres de los casos analizados había denuncia, que es una proporción aún más baja de lo habitual en números globales ―alrededor de dos tercios de los asesinatos por violencia machista no cuentan con denuncia previa―, y que tiene siempre los mismos motivos: el miedo de las mujeres por su vida, por la de sus hijos, a no ser creídas o los diferentes obstáculos que encuentran según sea su situación.
Redondo ha insistido en la necesidad de alertar a las instituciones, por parte de las mujeres que están sufriendo violencia, pero sobre todo a los entornos, “porque ellas es verdad que muchas veces están aterradas o que tienen dobles y triples vulnerabilidades”.
Según ha explicado, han “detectado que en cuatro de los casos analizados el entorno lo conocía [el maltrato], y en tres de los casos analizados en algún momento el entorno ha llamado la atención o de las autoridades o de la policía, a veces de los servicios psicosociales o a veces de los servicios sanitarios”.
Ese entorno ―amigos, familia, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos― , “cuando conoce o puede tener indicios de la situación de violencia de género que está sufriendo una mujer, no puede omitir el deber de socorro, necesitamos que los entornos se activen, una llamada al 016″ o una denuncia ante la policía o servicios sociales o el recurso que tengan más cerca, ha insistido.
También, ha reconocido, es necesario “reforzar la coordinación de todo el sistema, de los servicios sanitarios, de los servicios policiales, de las unidades de género, de las delegaciones y subdelegaciones del gobierno. Eso está en el debe del gobierno”.

La última semana de junio se produjo la primera concatenación de asesinatos de este año, llamada clúster, en apenas 48 horas se tuvo constancia de cinco crímenes. Entre el martes y el miércoles de esa semana fueron hallados los cuerpos de cinco mujeres asesinadas a manos de sus parejas. Ante esos últimos casos y en previsión de lo que las instituciones saben, por estadística, que puede suceder en los próximos meses, tanto Igualdad como el Ministerio del Interior activaron diversas medidas para hacer frente a lo que Redondo entonces definió como “alarma real y cierta” en torno a la violencia machista.
“En los meses de verano se producen el 30% de los asesinatos por violencia de género, por lo tanto estamos en alerta máxima. Y vamos a intensificar toda la coordinación necesaria para que no se escape ningún dato que pueda ser relevante para evitar un asesinato. Este no es un problema de las mujeres, no es un problema aislado, es un problema de Estado”, ha repetido este jueves.
En lo que va de año, 22 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde que arrancó la estadística oficial, en 2003, son 1.316 mujeres. Y son tres los niños y niñas asesinadas este año por sus padres o las parejas de sus madres, 65 desde que se contabilizan, en 2013.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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