Los habitantes de Santiago de Chile, de nuevo bajo alerta ambiental
Los 6,2 millones de habitantes de Santiago de Chile estuvieron ayer de nuevo bajo situación de "alerta ambiental" tras los elevados índices de contaminación atmosférica, agravados este año por la crisis en el suministro de gas argentino. El ministerio de Salud confirmó ayer que las atenciones por obstrucciones bronquiales en niños y neumonías en adultos mayores se incrementó un 30% en los últimos días, y las enfermedades respiratorias en ambos segmentos el 20%.
La alerta ambiental, la más suave de las previstas en una escala que incluye la preemergencia y la emergencia, es declarada por la Intendencia (Gobernación) de Santiago cuando los índices de partículas contaminantes llegan a 200 microgramos por metro cúbico de aire. Con menos de 100 microgramos el aire se considera bueno, regular si los índices van de 100 a 200 y malo si sobrepasan esta última cifra.
La alerta ambiental implica la restricción del 40% de los vehículos no catalíticos —unos 60.000— que circulan por la capital chilena y la prohibición de quemas agrícolas y de utilizar calefactores de leña en las casas.
Santiago soporta desde la semana pasada una ola de frío polar que se prevé que se prolongue hasta el viernes. Asentada en un valle rodeado por las cordilleras de Los Andes y de la Costa, la capital carece de condiciones de ventilación sobre todo en esta época del año —otoño e invierno austral—, lo que genera un "hongo contaminante".
Debido a esta crítica situación, el 26 de abril las autoridades decretaron la primera alerta ambiental para atenuar riesgos en seres humanos, especialmente en niños y ancianos.
Tras aplicarse varias veces la misma medida, el 12 de mayo se ordenó la primera preemergencia ambiental del año, que implicó la restricción de casi un 80% de los vehículos no catalíticos y del 20% de los que disponen de convertidores catalíticos.
La medida supuso que unos 200.000 santiaguinos tuvieron que dejar el coche en casa aquel día, más de 500 industrias debieron paralizar sus actividades 24 horas, se prohibieron las clases de educación física en los colegios y el uso de todo tipo de chimeneas de hogar.
A la falta de ventilación se sumó el hecho de que las industrias,ante los recortes de gas desde Argentina, tuvieron que comenzar a trabajar con petróleo y otros combustibles, lo que hizo que la contaminación ambiental "llegue a niveles críticos", no permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Chile importa de Argentina unos 22 millones de metros cúbicos diarios de gas, que abastece parte de la generación eléctrica y la industria, así como los hogares de varias regiones, entre ellas Santiago, Valparaíso y del Bío Bío. Las últimas semanas, sin embargo, el flujo se ha reducido a entre 1,5 y 1,8 millones de metros cúbicos, apenas suficientes para abastecer la red domiciliaria y comercial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.